Estrenos del 2025

Duki y Lali en versión documental: ascenso rápido, existencialismo y la admiración a Charly García como puente

Hicieron caminos musicales diferentes: Cris Morena y batallas de gallos, y encontraron desde pequeños cuál era su pasión. Obtuvieron reconocimiento rápido y en ese ascenso fugaz debieron repensarse, llegaron a llenar estadios y se transformaron en íconos de géneros no tan populares en el país.

Duki y Lali Foto: Prensa

En 2025, el álbum de Lali No vayas a atender cuando el diablo llama incluye la canción “Plástico” interpretada con Duki. El tiempo acercó a quienes desde diferentes géneros musicales y con apenas unos años de diferencia, son emblemas del artista que asciende rápido y debe aprender en el camino a regular las mieles del éxito y sostenerse. Para eso redefinirse.

Por eso, los dos documentales que ofrece Netflix sobre cada uno de ellos, tienen una progresión y una estructura parecida. Las historias de vida, lo que eligen contar, sus valores y estilo los diferencian, pero hay un nexo como puente generacional y artístico entre ambos proyectos audiovisuales: Charly  García.

En Rockstar, Duki desde el fin del mundo, el trapero recuerda con orgullo cuando en los Premios Gardel de 2018, cuando el ascenso del trap era incipiente y García pide: “Hay que prohibir el autotune”. Para Mauro Lombardo eso significó un logro: estar en el radar de semejante emblema. (En 2024, en Ameri, Duki también le hace un guiño al rock nacional usando como sample un fragmento de “Barro tal vez”, de Luis Alberto Spinetta).

El vínculo de García y Lali puede sonar más evidente por toda su épica vinculada al progresismo. En su película Lali, la que le gana al tiempo, la música de Charly aparece como una bendición durante un trayecto en auto en el que suena “Hablando a tu corazón”, algo que el ex Sui Generis, Serú, La máquina de hacer pájaros, hizo. Le habló a tu corazón, y al mío, y al de nosotros y por eso sigue atravesando edades y trayectorias diferentes.

Un sueño que se alcanza rápido y el vértigo de seguir

En ambos casos el eje es la primera vez en hacer un concierto en un estadio, para Lali implica ser la primera mujer en llenar un Vélez, y para Duki es el desafío de alcanzar un River y compartirlo con sus pares del mundo del trap. Aunque el camino parece sencillo en ambos casos, aparecen las complejidades de lidiar con tanto reconocimiento a temprana edad, cargar con la mirada de los otros, el prejuicio a sus géneros -trap y pop- y a sus edades. Ambos estaban llegando o habían llegado a los 30 y querían demostrar que se tomaban en serio.

Las estructuras narrativas, en ambos casos, tienen el toque “clean” de Netflix, aunque hay más rotura y descontrol en el caso de Duki, las historias con biografías épicas en la que nadie queda demasiado expuesto.

Duki con su show 60 del año se consolidó como el trapero más importante de Argentina
 

Para ambos las madres son clave, pero en el documental de Duki es una agradable sorpresa la aparición del padre y las decisiones que toma por acompañar a su hijo sin entender demasiado hasta qué punto llevará la autodestrucción y cómo abordarlo. Él junto a Ysy A son dos apariciones destacadas, muy centradas, menos cursis, menos edulcoradas y muy claras en su visión de lo que iba ocurriendo en el universo Duki.

De Modo Diablo a un Duki recuperado

El documental del trapero fue dirigido por Alejandro Hartmann, conocido por sus documentales sobre los asesinatos de José Luis Cabezas, María Marta García Belsunce, y los hermanos Menéndez,  gira en torno a la llegada del show en River, para eso repasa sus primeros años. Desde las batallas de freestyle en El Quinto Escalón alrededor de 2015 hasta su consolidación como pionero del trap en Sudamérica y España. 

El contenido destaca etapas clave, como la formación del colectivo Modo Diablo y el logro de éxitos internacionales, intercalando footage nunca antes visto con un relato del propio artista de sus emociones frente a cámara.

La pieza incluye apariciones de colaboradores como Bizarrap, Nicki Nicole y Ysy, Neo Pistea, quienes aportan perspectivas sobre su influencia en el género trap. 

Para fans, funciona como una carta de amor al artista; para novatos, como un curso acelerado en su relevancia. Una omisión del material que llama la atención es la de Brenda Asnicar que además de ser una relación que tuvo alta exposición, fue un vínculo relevante mientras el artista empezaba a ganar fama. En cambio, quien sí aparece es su pareja actual, Emilia Mernes.

De popstar a Lali Espósito

El documental sobre Lali se estrenó el 4 de diciembre de 2025, este documental dirigido por Lautaro Espósito —hermano de la protagonista y debutante en la dirección— dura aproximadamente 74 minutos. En este caso, se enfoca en la llegada de la artista a Vélez, luego de lanzar su álbum Lali en el que condensó una identidad nueva de sí, sin ruptura con lo anterior, pero con decisiones más conscientes sobre su responsabilidad como persona pública y consigo misma.

Centrado en Mariana "Lali" Espósito, sigue su regreso a los escenarios tras una pausa de tres años, documentando la creación de su quinto álbum homónimo y la preparación de su primera gira por estadios. 

Un elemento clave es su transición de estrella infantil, “gestada” por Cris Morena políticamente neutral a defensora de derechos de mujeres y la comunidad LGBTQ+, sin eludir desafíos personales. 

En esa narración, que no se mantiene cronológicamente, el espectador es testigo del trabajo de composición, de la vida cotidiana con su familia, de la emoción de llegar al Movistar Arena y luego un estadio. Los ataques que recibió del presidente de Argentina, Javier Milei y su definición de subir la apuesta y pasar a la ofensiva con su “¿Quiénes son?” y “Fanático”.

Lo que no se ve en el documental, que es su secuela en la realidad, es que después de ese primer Vélez, le siguieron cuatro más y que la artista en 2026 pisará por primera vez River Plate. La primera fecha se agotó en horas y debió sumar una segunda fecha.

En ambos casos de éxito hay caídas breves o no tan traumáticas. Lo que sí se observa en ambas recorridas es que le dedican su vida a la música, desde la composición constante, el trabajo por superarse. Son gente con objetivos claros, tocados por una varita, pero que trabaja 24/7 por lograr sus deseos y, dato no menor, con mucha contención emocional de amigos, familia y entorno. 

CP