Infancias vulnerables

Huérfanos atravesados por el femicidio: las víctimas que la violencia deja fuera de foco

El ensayo de la psicóloga Sonia Almada propone hablar de orfandad por femicidio, una categoría que permite comprender una experiencia marcada por el trauma extremo, la ruptura abrupta del vínculo materno y la convivencia previa con la violencia.

. Foto: Redes

El libro "Huérfanos atravesados por el femicidio", de la psicóloga Sonia Almada, pone nombre a una orfandad específica y extrema que afecta a niñas, niños y adolescentes en la Argentina, las víctimas que la violencia deja fuera de foco.

En la Argentina, los hijos e hijas de mujeres asesinadas por femicidio continúan siendo registrados como “víctimas colaterales” o indirectas. Sin embargo, Sonia Almada sostiene en su ensayo que el impacto que atraviesan los convierte en víctimas directas de la violencia de género, con secuelas profundas que los acompañan a lo largo de toda la vida.

El libro Huérfanos atravesados por el femicidio propone un giro conceptual clave: hablar de orfandad por femicidio, una categoría que permite comprender una experiencia marcada por el trauma extremo, la ruptura abrupta del vínculo materno y, en muchos casos, la convivencia previa con la violencia.

El rol de los hombres para una sociedad libre de violencia de género 

A diferencia de otras pérdidas, estos niños y niñas no sólo enfrentan la muerte violenta de su madre, sino que frecuentemente el femicida es el padre o la pareja de la víctima. A la escena del crimen se suman procesos judiciales prolongados, cambios forzados de hogar, fragmentación de los vínculos afectivos y una respuesta estatal que suele llegar tarde.

El ensayo introduce el concepto de Duelo Complejo para describir el proceso psíquico singular que atraviesan estas infancias. Desde esta perspectiva, la violencia de género no impacta únicamente sobre la mujer asesinada, sino que debe ser reconocida también como una forma de maltrato infantil, con consecuencias severas en la salud mental, emocional y social de niñas, niños y adolescentes.

La investigación de Almada abordar los casos de los hijos e hijas de Wanda Taddei, Vanesa Celma, Sabrina Ovalle y Melisa Kumber, entre otros, permiten dimensionar las secuelas psicológicas que deja esta forma particular de violencia: ansiedad crónica, depresión, sentimientos de culpa, dificultades vinculares, desarraigo y ruptura de los proyectos de vida.

En la Argentina, la Ley Brisa establece una reparación económica para hijos e hijas de víctimas de femicidio equivalente a una jubilación mínima, que se percibe hasta los 21 años. Sólo en los casos en que exista una discapacidad, la asignación se extiende de por vida.

Almada destaca que el acceso a este derecho está condicionado porque el pago comienza únicamente cuando la condena queda firme y asentada, lo que implica que muchas niñas y niños permanezcan durante años sin ningún tipo de asistencia económica en un contexto de extrema vulnerabilidad.

Los números reflejan la magnitud del problema. Según el Observatorio Ahora Que Sí Nos Ven, en 2025 se registraron 213 femicidios en la Argentina, uno cada 34 horas, que dejaron más de 200 niñas y niños huérfanos, testigos o sobrevivientes.

De acuerdo con datos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación – Oficina de la Mujer, en 2023 hubo 322 femicidios (uno cada 27 horas) y 191 niños huérfanos. Entre 2008 y 2020, 4.430 hijos quedaron sin madre, el 64% de ellos menores de edad. En 2024 se contabilizaron 247 huérfanos, y sólo en enero de 2025 se registraron 29 femicidios y 29 niños huérfanos en un solo mes.

El aporte central de Huérfanos atravesados por el femicidio es nombrar una realidad históricamente silenciada. Reconocer esta orfandad como una categoría específica es el primer paso para garantizar derechos, pensar políticas públicas con enfoque de infancia y ofrecer respuestas a tiempo.

Editorial ConTexto.

Sobre Sonia Almada, la autora de "Huérfanos atravesados por el femicidio"

Sonia Almada es Licenciada en Psicología por la Universidad de Buenos Aires. Es Magíster Internacional en Derechos Humanos para la Mujer y el Niño, violencia de género e intrafamiliar (UNESCO) y se especializó en infancias y juventudes en América Latina (CLACSO).

Es especialista en salud mental infanto-juvenil y en 2003 fundó la asociación civil ARALMA, dedicada a la protección de bebés, niñas, niños y adolescentes. Desde allí impulsa acciones de investigación, prevención, acompañamiento terapéutico, incidencia pública y activismo para la erradicación de todo tipo de violencias hacia las infancias y juventudes.

Desde ARALMA consolidó redes de trabajo en América Latina y Europa integradas por activistas, profesionales y redes de sobrevivientes de malos tratos y violencia sexual, orientadas a la construcción de infancias libres de violencia.

Desde 2021 presentó proyectos de ley vinculados a la erradicación de la violencia sexual infantil y a la creación de un Ministerio de la Infancia en la Argentina.

Es autora de los libros "La niña deshilachada" (prevención de la violencia sexual en la infancia), "Me gusta como soy" (prevención del acoso escolar, literatura LIJ), "La niña del campanario" (no ficción) y del ensayo "Huérfanos atravesados por el femicidio".

En 2025 participó como candidata finalista en el proceso nacional de selección para la Defensoría de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Nación, presentando una propuesta centrada en la salud mental, la reparación y la creación de un marco nacional de salvaguarda infantil.

 

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