Agroindustria

Empresa cordobesa apuesta a bajar la huella de carbono con bioetanol, biogás y vacas

En Río Cuarto, la firma Bio4 integra la producciones de biocombustibles y carne alrededor del cultivo de maíz.

Producción ganadera de Bio4. Foto: IPCVA

El Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) organizó su “Punto de Encuentro Córdoba” bajo el eslogan “Integración y economía circular en ganadería”, que reunió a más de 300 jóvenes de la zona.

El objetivo del encuentro en el FeedLot Bio5 fue abarcar temas de relevancia como nutrición animal, huella de carbono en producción intensiva, calidad de carne orientada a mercados y los desafíos de las nuevas generaciones de la cadena de ganados y carnes.

Bio5 se destaca por su planteo de economía circular que combina producciones de etanol en base a maíz, energía y carne, con el objetivo de bajar la huella de carbono.

En 2007 comenzó el emprendimiento Bio4 con una planta de bioetanol elaborado con maíz, que se puso en marcha en agosto de 2012. Tres años más tardes incorporaron la producción de biogás y hoy cuentan con dos plantas y luego, con la ganadería, en 2020 comenzaron a elaborar alcohol farmacopea durante la pandemia.

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“Pusimos en marcha la economía circular, integrando el biogás con la energía. En 2021 fundamos carbono neutral. La tecnología de biogás acoplada a la producción de etanol, utilizando la vinaza que es un proceso inédito que hemos desarrollado acá, así que ese es un poco el recorrido que hemos tenido en estos años”, sostuvo Manuel Ron, presidente de Bio4 Argentina.

La producción ganadera comenzó en 2015 en el establecimiento de la familia Morales. “Metimos la ganadería en nuestros procesos porque siempre la misión nuestra fue la producción de alimentos y energía. Siempre usar el maíz, el principal cultivo energético de nuestra zona”, comentó Ron.

Factores de la economía circular

Sostuvo que en Río Cuarto confluyen el maíz, los emprendedores y la universidad. “La universidad dentro de este ecosistema emprendedor juega un rol fundamental, porque genera la materia gris que permite hacer las transformaciones de forma eficiente”, agregó el empresario.

Manuel Ron.

"El gran problema que tenemos en Argentina con 40% de pobres, la única manera de solucionarlo es con empleo genuino. El sector agroindustrial es el que puede poner esa cuota", indicó Ron. 

En el proceso de etanol, por cada kilo o cada tonelada de maíz, produce 410 litros de bioetanol. Casi todo el almidón se transforma en alcohol. Primero pasa por azúcar, luego la levadura lo transforma en alcohol. Por su parte, la grasa, la proteína y la fibra se trasforma en burlanda. 

La vinaza se envía a las plantas de biogas, donde comenzó este proceso de economía circular. Incorporamos vinaza, incorporamos estiércol que sale de los corrales. Incorporamos algún suero lácteo de alguna industria láctea que lo deshecha y generamos una reducción de la huella de carbono vs el gas natural que viene de los gasoductos, que es de combustible fósil. 

Producción de Biogás

“El biogás que producimos acá, es del 95% de la reducción que generan estas plantas. Es un combustible súper limpio y esos residuos que iban a ir a un vertedero, que iban a generar metano, todo ese metano que se hubiese metano, tenemos una huella de carbono negativa en las plantas de biogas. Eso es súper importante en las economías de hoy, se trata de buscar que los procesos tengan la menor cantidad de emisiones posibles, el mercado ya está pagando”, describió Ron.

Planta Bio4 en Río Cuarto.

En la planta de etanol se produce, bioetanol, aceite de maíz y la burlanda va a la producción de proteína animal. La proteína animal se exporta a través de Río Beef, que una compañía dedicada a producir carne Premium.

El estiércol se devuelve a la planta de biogás, de la planta de etanol se extrae la vinaza, y recolectan el aceite usado de cocina para utilizarlo como fuente energética y producir biogás. Todos esos productos van a la planta de biogás que generan energía térmica, calórica, y eléctrica, que genera 6,6 MW en las dos plantas, así como un biofertilizante.

“Al final del proceso se genera un biofertilizante que es un producto como si fuera un barro marrón, que tiene todos los nutrientes originales de los sustratos que utilizamos, de forma mineral y sirve para fertilizar los campos. Esto baja la huella del proceso agrícola porque reemplaza los fertilizantes sintéticos, que tienen muchísimas emisiones asociadas”, describió el presidente de la empresa.

Ese fertilizante se utiliza en el cultivo de maíz, generando cerrando "el proceso de economía circular que es lo que más caracteriza a BIO4, a Bio5 y a Bioeléctrica. Está todo integrado en este proceso para bajar la huella de carbono".

LM / ED