Persecución a los Chamorro: la "venganza" del régimen de Daniel Ortega contra la familia de Violeta Barrios
En sus últimos años de vida, Violeta Barrios de Chamorro fue testigo del encarcelamiento, el exilio y la condena de varios de sus familiares por parte del gobierno nicaragüense. “Quieren desprestigiar lo que simboliza el apellido Chamorro, porque se asocia con la democracia y la libertad”, denunció uno de sus hijos.
Nicaragua despide este sábado a Violeta Barrios de Chamorro, la primera mujer presidenta del país y de toda América Latina. Conocida como "la madre de la democracia", falleció a los 95 años en San José de Costa Rica, donde residía exiliada debido a la persecución del régimen de Daniel Ortega contra su familia. Su vida política estuvo atravesada por la resistencia a dos dictaduras: la de los Somoza y la de Ortega, quien la obligó a vivir sus últimos días lejos de su patria.
Chamorro pasó a la historia al derrotar al entonces presidente Ortega en las elecciones de 1990, liderando la Unión Nacional Opositora. Durante su mandato, que se extendió hasta 1997, promovió un proceso de reconciliación nacional tras años de conflicto armado. Fue reconocida como un símbolo de libertad y transición democrática, a pesar de las tensiones con el sandinismo, que regresó al poder en 2007 y desde entonces es acusado de consolidar una dictadura.
Durante las últimas décadas, su imagen y la de su familia se convirtieron en una referencia de resistencia frente al autoritarismo. Sin embargo, la ofensiva del régimen sandinista en los últimos años derivó en un escenario de cárcel, exilio y silenciamiento para varios integrantes del clan Chamorro. En un comunicado oficial, sus hijos anunciaron que sus restos permanecerán en Costa Rica “hasta que Nicaragua vuelva a ser República, y su legado patriótico pueda ser honrado en un país libre y democrático”.
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Detrás de la figura de Chamorro hay una historia familiar de compromiso con la libertad. Su esposo, Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, periodista y director del diario La Prensa, fue asesinado por la dictadura somocista en 1978. Ella lo sucedió al frente del periódico y luego integró la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional, donde coincidió con Ortega y el escritor Sergio Ramírez. El destino, sin embargo, convirtió al exaliado en su más feroz perseguidor.
Los últimos años de vida de Violeta Chamorro: entre la persecución y el exilio
En los años finales de su vida, Violeta Chamorro se vio obligada a abandonar Nicaragua. El asedio del régimen de Ortega contra su familia y su estado de salud deteriorado la llevaron a residir en Costa Rica, acompañada por algunos de sus familiares. Por este motivo, su cuerpo permanecerá allí hasta que el país recupere las condiciones democráticas necesarias para rendirle homenaje.
Desde hacía años, doña Violeta padecía Alzheimer y su estado de salud era frágil. En 2021, su hijo Carlos Fernando Chamorro, periodista exiliado, advirtió: “Si ella estuviera sana probablemente también estaría presa”. Y agregó: “Y si su esposo estuviese vivo, estaría preso, porque las razones por las que se han ensañado con su familia son las mismas que lo llevaron a ser asesinado en 1978”.
Violeta Barrios Chamorro junto a Daniel Ortega en 1990.
Antes de dejar Nicaragua, Chamorro vivía en la casa familiar de Las Palmas, convertida en una especie de museo a la memoria de Chamorro Cardenal. En ese lugar se conservaban objetos personales como la ropa ensangrentada que vestía el día de su asesinato en 1978, fotografías, libros y hasta la motocicleta que utilizaba.
Claudia Chamorro, única hija que permaneció en Nicaragua, asumió junto a otros parientes el cuidado de su madre en ese contexto de tensiones. Mientras tanto, sus hermanos enfrentaban cargos judiciales, detención o exilio forzado, lo que imposibilitó a Violeta compartir sus últimos momentos en el país junto a toda su familia.
En octubre de 2023, finalmente abandonó esa casa. Con ello se cerró un ciclo que había comenzado en medio de la lucha contra la dictadura de los Somoza, continuado con la victoria democrática de 1990 y que culminó en un exilio silencioso, cargado de memoria, resistencia y nostalgia.
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La "venganza" del régimen de Ortega contra la familia Chamorro
La ofensiva del régimen de Ortega contra la familia Chamorro comenzó a intensificarse en 2021, año de elecciones presidenciales. Cristiana Chamorro, también exdirectora de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, se perfilaba como la principal opositora al oficialismo. Sin embargo, el 2 de junio de ese año, fue puesta bajo arresto domiciliario y, en 2022, condenada a ocho años de prisión por presunto lavado de dinero y otros delitos vinculados a su labor al frente de la fundación.
La condena es "una venganza contra el legado de mi madre", dijo Cristiana en ese momento. "De esa manera atroz se está desquitando de aquella derrota (de 1990) que pareciera que no supera", agregó. "La causa judicial en mi contra no es sólo para mi persona, sino en contra de la democracia", sostuvo Chamorro antes de ser detenida por acusaciones que consideró una "farsa" que, según ella, demostró el "horror" que Ortega tenía a su posible candidatura.
Cristiana Chamorro, hija de Violeta Barrios.
Sin embargo, la represión alcanzó a varios integrantes de la familia. Pedro Joaquín Chamorro Barrios, hermano de Cristiana, fue detenido el 25 de junio de 2021 tras declarar en una entrevista que no descartaba postularse. Pese a que no había confirmado su candidatura, fue acusado de “traición a la patria” y luego condenado a nueve años de cárcel. Su hermano menor, Carlos Fernando, periodista y director de medios críticos al gobierno, huyó al exilio para evitar una orden de captura por cargos similares.
“Lo más doloroso para mí fue separarme de mi madre por la condición de salud reservada en que se encuentra”, declaró Carlos Fernando al abandonar Nicaragua por puntos ciegos. “Hacer periodismo y reportar la verdad no es delito”, afirmó, tras ser acusado por el Ministerio Público de lavado de dinero y apropiación indebida de fondos.
También fueron arrestados otros miembros del clan. Juan Sebastián Chamorro, primo de los hermanos Chamorro Barrios y otro presidenciable opositor, también fue encarcelado. Su padre, Xavier, había dirigido El Nuevo Diario, cerrado años atrás. A Juan Lorenzo Holmann Chamorro, gerente de La Prensa, lo arrestaron luego de militarizar el diario familiar, y le imputaron cargos por supuestas irregularidades financieras.
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El mismo Daniel Ortega que en 2012 firmó la ley que declaró “héroe nacional” a Pedro Joaquín Chamorro Cardenal es quien persigue a sus descendientes. “Yo sí creo que hay una saña”, denunció Carlos Fernando. “Quieren desprestigiar lo que simboliza el apellido Chamorro, porque se asocia con la integridad, la democracia y la libertad”, añadió.
Todos lo presos políticos de Ortega fueron juzgados al amparo de una ley de Defensa de la Soberanía, aprobada en 2020 por el Congreso que controla el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). La oposición y la comunidad internacional consideran que las detenciones tuvieron motivaciones políticas y buscaron asegurar la continuidad de Ortega en el poder.
RV / Gi
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