Exministra peruana sobre condena a Castillo: "El sistema político es un parlamentarismo de facto"
Anahí Durand, exministra de la Mujer de Perú, señaló que la decisión judicial contra el expresidente es parte de “una sentencia direccionada políticamente” que refleja la crisis institucional del país.
Anahí Durand, ministra de la Mujer de Perú durante la presidencia de Pedro Castillo, aseguró que “el sistema político es un parlamentarismo de facto” luego de que la justicia condenara al expresidente a 11 años de prisión. En diálogo con Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190) la socióloga denunció que el juicio fue “eminentemente político” y afirmó: “Cada vez más los grupos de poder que controlan el Congreso amañan la ley para ser ellos los que tengan más poder”.
Anahí Durand es socióloga, doctora en Ciencias Políticas por la Universidad Autónoma de México, docente de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, es exministra de la Mujer durante el gobierno de Pedro Castillo.
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Me gustaría conocer su reflexión sobre la condena de ayer que sufrió el presidente Castillo.
Desde Perú, procesando esta condena que ya se veía anunciada, porque se trató de un juicio eminentemente político. Eso se denunció desde un inicio. Se forzó una figura primero de rebelión, cuando el Código Penal dice muy claramente que para rebelarse hay que alzarse en armas, hay que tener regimientos en las calles, más aún si él es el presidente de la República, como en este caso. No se probó esa acusación, que ya de por sí era absurda, y el tribunal, lejos de empezar un nuevo juicio por otra figura, en medio del proceso cambia y mete esta figura de conspiración para la rebelión, que es finalmente el cargo que se le ha imputado al presidente Castillo y por el cual se le ha dado 11 años de prisión, de los cuales ya lleva tres prácticamente con prisión preventiva. Entonces, sí, no se ha impartido justicia, sino que se ha concretado una sentencia direccionada políticamente. Y creo que esa es la sensación general aquí en el país y sobre todo en los sectores populares de donde viene Pedro Castillo.
Pero el presidente Castillo decidió cerrar el Congreso, y eso no puede hacer un presidente, ¿no? Me quedo a la distancia, y perdone la ignorancia desde el extranjero, pero cerrar el Congreso es algo que un presidente no puede hacer porque hay divisiones de poderes.
Bueno, ese es otro debate. Es un debate constitucional, no penal. Eso es distinto. Se le pudo hacer un juicio político y proceder a la vacancia, que de hecho la hicieron post-arresto. A Pedro Castillo se le detiene estando en funciones. Efectivamente, podemos entrar al debate constitucional. No se puede hacer un golpe de Estado, pero en el Código Penal no existe el delito de golpe de Estado ni el delito de cierre del Congreso. Por eso es que judicialmente esto no tenía, no tiene asidero. La sentencia está disponible, se va a terminar de leer el día jueves, y yo creo que no va a resistir ni la segunda instancia ni ninguna corte internacional. Podemos discutir si es una infracción constitucional, corresponde un juicio político y eso no se hizo, no se hizo después y se hizo mal. Pedro Castillo es bajado con menos votos de los que requiere el mismo reglamento del Congreso. Entonces, claramente configura un caso más bien de sentencia política, de una persecución política más que un afán de impartir justicia y dejar sentado algún precedente.
Es interesante lo que usted plantea. A mí me parece, a la distancia, que un presidente no puede cerrar un Congreso y, por lo tanto, si cierra el Congreso es un autogolpe, y que finalmente eso debe ser punido. Primero, puede ser a través de un juicio político, pero más tarde o más temprano no puede ser que simplemente la única pena sea la destitución, porque es atentar contra la democracia si un poder interfiere sobre el otro. ¿O usted lo entiende diferente?
Creo que no se puede analizar este caso sin el contexto ya de guerra política que vive el Perú. Acuérdate que Perú tuvo 10 presidentes en 8 años y solo dos han sido elegidos por voto popular. Ya tenemos un deterioro de la democracia e institucionalidad donde ya es cada vez más el Congreso el que pone y saca presidentes. Entonces, ese equilibrio de poderes en este país ya no existe, y eso creo que también es un elemento a tener en cuenta.
Entonces, el discurso que lee Castillo donde dice que va a cerrar el Congreso y llamar a una Asamblea Constituyente es un hecho discursivo, al final, porque como se ha demostrado en la sentencia de ayer, no hay apoyo de las Fuerzas Armadas, no hay apoyo policial, sino que es más bien un discurso que lee en el contexto de una vacancia que ya se venía horas más tarde.
Si fue un gesto político acertado, constitucional o no constitucional, pues yo creo que es materia de otro debate, pero judicial y penalmente no se sostiene. Y creo que, yendo al debate más del sistema político peruano, lo que nos deja claro todo este proceso es que es un sistema que está totalmente colapsado y donde cada vez más se ha vuelto un parlamentarismo de facto, donde cada vez más los grupos de poder que controlan el Congreso amañan la ley para ser ellos los que tengan más poder, y cada vez menos un presidente, sobre todo si viene elegido con el voto de los sectores populares.
Entiendo lo que usted dice, pero parece que la solución no es ir en contra de la legalidad. La forma es democráticamente cambiar la legalidad. Pero si finalmente la Constitución establece que hay tres poderes y un poder no puede destituir al otro, aunque haya en los hechos una afectación de la distribución de poderes. Ahora, ¿cómo se soluciona? Tendrían que modificar la Constitución y, para modificarla, tendría que haber una mayoría. Lo que usted está mencionando, más que un presidente decida por su cuenta cerrar el Congreso si no tiene mayoría.
Esa es la grave crisis institucional y política que vive el país y que derivó en un estadio tremendo, con más de 70 personas asesinadas bajo el mandato de Dina Boluarte, que sigue absolutamente impune. Yo creo que la democracia peruana debe verse como ya una democracia fallida, donde no es que la Constitución no se pueda cambiar: este Congreso ha cambiado el 50% de la Constitución. Y uno de los artículos que ha cambiado en pleno gobierno de Castillo es esta facultad del presidente para disolver legalmente el parlamento, porque esta facultad existió. A Martín Vizcarra también lo metieron preso hace dos días en estas venganzas políticas que tiene el actual Congreso, porque no es únicamente contra Pedro Castillo. También disolvió constitucionalmente el Congreso, fue la última vez que se pudo. Y luego, ya durante el gobierno de Castillo, el Congreso ha cambiado la ley.
En el plan ideal, obviamente el equilibrio de poderes y los constitucionales se dan de determinada manera, pero en la democracia peruana ya no,ya estas figuras no existen. Tenemos de facto un parlamentarismo que lo decide el Congreso y que fue amañando la ley de tal manera que ya Castillo no tuviera más opción. Ahora, esto puede entrar en materia de discusión. No es que los presidentes que llegan cierren el Congreso cuando les parece que su correlación de fuerzas es adversa, pero según una encuesta después del discurso de Castillo del 7 de diciembre, el 56% de los peruanos piensa que el golpe se lo hicieron a Castillo. ¿Por qué? Porque ya no lo dejaron gobernar y porque fue destituido de una manera absolutamente arbitraria. Siendo presidente, saltándose todos los fueros, es capturado por su propia escolta, es detenido con prisión preventiva ya tres años, a pesar de que las autoridades electas, según la Convención Americana, no pueden estar detenidas salvo sentencia firme. Entonces, sí hay una muestra que tiene que ver con un tema estructural en Perú.
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A lo mejor hay cierto prejuicio a la distancia al ver a un presidente con ese sombrero gigante y la banda presidencial y traje. Probablemente desde el punto de vista cultural, dentro de Perú, sea absolutamente comprensible y normal. A la distancia nos parece un poco excéntrico. ¿Entiendo mal o el presidente Castillo dijo que no se acordó lo que decía y que tenía amnesia?
No, no. De hecho, eso ha quedado desvirtuado. El sombrero que usa Castillo es el sombrero típico de los campesinos del norte del país. Por eso te hablaba del clasismo y el racismo que estuvieron presentes todo el tiempo. De hecho, el Congreso le quiso prohibir ese sombrero, como si a un occidental le quisieran prohibir la corbata. Entonces, también se le cuestionó todo el tiempo esos orígenes, la forma de hablar, de expresarse. Estuvo muy presente en todo este operativo golpista destituyente a Pedro Castillo el tema del racismo y el clasismo.
En tu caso se entiende la distancia cultural, pero en el caso peruano, que somos una república con 200 años, esto fue totalmente inadmisible. En el juicio político que terminó ayer, Castillo fue muy claro en su manifestación. Él dijo que él expresó lo que la mayoría de la población le pedía, que era que cierre el Congreso. De hecho, este Congreso tiene 98% de desaprobación. Dina Boluarte se fue con 19%. Entonces, en medio de una crisis muy extendida, lo que hace Castillo finalmente termina siendo aprobado por una buena parte de la población. Que sea lo políticamente correcto o no es materia de otro debate, pero esto nos vuelve, insisto, a la grave situación de la democracia peruana, que generalmente internacionalmente no se señala. Es un país que funciona supuestamente económicamente bien, pero políticamente estamos cada vez más deteriorados.
TV/DCQ