Gabriel Vommaro: "El PRO era el partido de los chetos, y hoy se hace gala de lo plebeyo"

Para el analista político, el partido amarillo atraviesa una crisis de identidad y sus propios líderes “desconfían de su utilidad histórica”: “Ya no encarnan un proyecto nacional potente como hace diez años”.

Gabril Vommaro. Foto: Captura de pantalla

El sociólogo y analista político Gabriel Vommaro advirtió que el cambio cultural hacia un perfil más “plebeyo” dejó al PRO en una “situación extraña” desde la irrupción de La Libertad Avanza en el escenario político nacional. “Es un partido que, hace diez años, vivía un auge histórico y cultural enorme, pero que también era el partido de los chetos”, señaló en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio JAI (FM 96.3).

Gabriel Vommaro es investigador del CONICET, doctor en Sociología por la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de Francia. Es autor de “Mundo PRO: La larga marcha de Cambiemos”, un libro donde analiza la gestación de la coalición opositora y las figuras que lo integraron. Ayer, el PRO cerró un acuerdo con La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires tras unas elecciones porteñas que lo dieron por derrotado en su territorio natural, la Ciudad de Buenos Aires.  

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¿Cómo cambia la sociedad en diez años? Se les achacaba ser chetos y ahora, por el contrario, los libertarios son ultrapopulares. ¿Podríamos decir aquella Gloria Case del Imperio Romano, aquí Gloria de El Pro, ¿es una metáfora del cambio social argentino?

Sí, sin duda es una gran metáfora. Vos mencionaste dos cosas que son clave. Es un partido que estaba hace diez años en un auge histórico cultural enorme, pero que era también el partido de los chetos. Hoy en día, ese cambio cultural hacia la derecha, la lleva un partido con un rasgo mucho más plebeyo y que se hace como gala de eso. El PRO era el partido de los chetos, y hoy se hace gala de lo plebeyo. Entonces, hay un cambio tanto en la sociedad como en los que conducen ese cambio, que deja al PRO ahora en una situación extraña. Primero, porque es un partido en el que ya sus propios líderes desconfían de su utilidad histórica, y solamente quedan los que están abajo, que tienen gestión y que no les queda otra que ver cómo pueden continuar en este contexto adverso. Y en parte, sus votantes piensan lo mismo. Creo que hay un tema ahí complicado para el PRO.

¿Cómo sigue?

Por supuesto, todo puede cambiar, pero lo que yo veo hoy en día es que el PRO se está pareciendo bastante a ese radicalismo herido que encontró cuando ascendía políticamente. Quiero decir, un partido que todavía va a tener gestión local, con algunos liderazgos locales más resilientes, pero que ya no encarnan un proyecto nacional potente como el que encarnaba hace diez años. Me parece que ese es el punto clave que yo veo ahora, y con sus líderes principales —no los líderes más de segunda línea tipo (Cristian) Ritondo— ya haciendo el duelo de ese proyecto más grande nacional al que se animaron hace una década.

Cristian Ritondo y Diego Santilli en Casa Rosada.

Sí, yo a recuerdo a (Ernesto) Sanz, que presidía el Partido Radical en hace diez años, que fue precandidato con solamente creo el 4 o 5 % de los votos, pero para mostrar legalidad o darle legitimidad a Mauricio Macri en aquellas PASO. Cuando se le hacía la crítica de que el radicalismo pierde su dignidad y se entrega hacia el PRO —algo parecido a lo que sucede ahora con el PRO en el caso de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires—, él siempre me decía que ellos aspiraban a ser un caballo de Troya. Como el radicalismo estaba flojo en ese momento, querían usar al PRO para recuperar intendencias y gobernaciones. Y hoy, visto en retrospectiva, parece que Sanz tenía razón. Hoy el radicalismo tiene mucho más territorio gobernándose que el que tenía hace diez años. ¿No podrá pasar algo parecido con el PRO? Hoy parece el fuerte La Libertad Avanza y el PRO se esconde bajo su ala, pero podría salir fortalecido una vez que la sociedad se canse de Milei.

Sí, podría ser, depende de lo que entendamos por “salir fortalecido". El radicalismo hoy tiene más territorio que antes, pero hay que ver comparado con cuándo. En todo caso es un partido que ya dejó de tener un proyecto nacional. Claramente hay radicales con peluca, sin peluca, radicales más críticos. Ya no es un partido que pueda marcar ni el pulso público, ni la discusión pública, ni que encabece un proyecto alternativo por el momento.  

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Es un conjunto confederado, pero no tiene un proyecto nacional, sino todos proyectos provinciales. 

Exactamente.

CM: ¿Cuánto juega ese shock? Porque el shock ha sido un elemento determinante, no solamente porque algunos siguen pensando en el PRO de hoy, un PRO que no aplicó el shock que le reclamaban y que finalmente condujo, eh, Javier Milei. ¿Queda PRO o sin shock en el futuro? ¿Qué puede reivindicar el PRO con la sombra de Javier Milei en muchos distritos y avanzando con la absorción de esos votos?  

Creo que el PRO puede reivindicar en la historia de mediano plazo ser el primer partido de centro derecha en llegar al poder por las urnas y en haber, en cierta medida, abierto el camino para Milei porque construyó un electorado más afín a esas ideas. También mostró que se podía ganarle al peronismo en su arena más fuerte. Te diría que ese es el gran plus histórico que el PRO deja como el padre de eso. 

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