Juan Carlos de Pablo: “Mirá si el Gobierno va a aumentar reservas para que después se las patinen los populistas"
El economista afirmó que la prioridad del Gobierno no es acumular reservas sino “trabajar con las circunstancias de hoy”. “Esto no es un cambio de teoría, es aprovechar la oportunidad”, explicó.
“Esta es una pulseada”, dijo Juan Carlos de Pablo, que celebra estar “aliviado” tras los resultados del domingo. Según el economista, el presidente “dejó de tener el apuro de la terapia intensiva propia de los días anteriores” y ahora “no tiene apuro para cambiar el gabinete”. “Todo es aquí y ahora”, resumió De Pablo, quien cuestionó la idea de hacer un esfuerzo fiscal para acumular reservas. “Pierde este gobierno, vuelven los populistas y se la patinan”, ironizó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).
Juan Carlos de Pablo es economista graduado de la Universidad Católica Argentina, es docente, periodista y miembro de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Es doctor honoris causa de Leucemia. Además, ha escrito una amplia variedad de libros sobre economía, analizando la realidad de Argentina y la historia económica del país.
¿Cuál es tu estado de ánimo respecto al resultado del domingo?
Aliviado. Con los resultados de este lunes, el Presidente dejó de tener el apuro de la terapia intensiva propia de los días anteriores. Un presidente que el domingo ratifica el Gabinete no tiene apuro para cambiarlo. Nadie está pensando en la famosa reforma o cosa del estilo. Se lo va a mandar a este Congreso, sino que estará trabajando en el texto, pero pensando que la va a mandar a partir del 11 de diciembre y seguramente llamará a Extraordinarias. Y en ese contexto aparece esta reunión de hoy con 17 gobernadores, que otra vez: el presidente no tiene apuro, así que se van a reunir, se va a sacar la foto. Y empieza un proceso de eso, pero con otra distinción y con otros tiempos.
Con los años de experiencia que compartimos, varias veces hemos visto esto que se planteaba como una metáfora: que una mariposa aleteaba en Asia y producía una caída de la bolsa en Estados Unidos. Cómo si el cambio de humor es tan lábil y pasamos de un presidente del que se hablaba de la posibilidad de juicio político y de no terminar su mandato, a otro que lo dan seguramente reelecto en 2027. Me gustaría que compartieras con nuestra audiencia, cuántas veces viste estos cambios y cuántas veces esos cambios se consolidaron, y otras veces fueron efímeros.
Por empezar, el plano de la palabra que es demasiado fantasioso. Argentina tiene un régimen presidencialista, es decir, no importa cómo hubiera salido el domingo. En Inglaterra, capaz que si le daba muy mal, el presidente de la Nación hacía la valija, agarraba los perros y subía a un avión. Fijate lo que paso en la provincia de Buenos Aires. El presidente de la Nación dice: “Muchachos, yo me pongo la campaña al hombro, dale que va, y el rumbo no se toca”. En el medio de eso, terminan una negociación con el Tesoro de Estados Unidos, se anuncia que se eliminan transitoriamente las retenciones a la exportación, se anuncia el Tesoro americano que dice “Whatever it takes”, que quiere decir “lo que sea necesario”, y los argentinos lo pusieron a prueba. Y bueno, compró pesos y aquí estamos. Entonces yo digo: hay que prestar atención a los procesos decisorios. Hoy, pero lo dije la semana pasada.
¿Cuál es tu mirada hacia 2026? Si creés que finalmente esta estabilización va a terminar generando una recuperación de la economía y cambiando el ciclo de los últimos dos trimestres negativos. Y si creés que finalmente va a generar, no sé si la palabra es ‘derrame’, que es una palabra que está catequizada casi peyorativamente por cómo se utilizó y su no logro, sino una mejora de la calidad de vida de los argentinos, que termina siendo que, por lo tanto, se ha votado una continuidad en 2027.
Hablando de cosas concretas. Primero, la teoría del derrame fue ridiculizada por el Papa Francisco, porque yo siempre decía: “Preguntale al cura que tiene una iglesia en un pueblo rodeado por sojeros si la limosna es la misma, independientemente del precio internacional de la soja”. No entremos en ridiculeces. Pensar que el jardinero que trabaja y vive alrededor de un country, a raíz del laburo, va a tener el mismo nivel de ingreso que el dueño de la casa del country es una pavada. Pero preguntale al jardinero si le conviene o no tener un señor que lo contrata. Terminemos con eso. Estimado Jorge, la vida se juega todos los santos días. Cuando alguien me dice: “¿Usted cómo ve 2026?”, yo todavía no sé lo que va a pasar la semana que viene. Y el equipo económico tampoco lo sabe.
Esta es una pulseada. Ahora, tenemos que entender lo que es un cambio de circunstancias. Si vos leíste los diarios de hoy, habrás visto que el Banco Central dice que va a comprar reservas. ¿Con qué? Va a emitir. ¿Cómo? Tiraron por la borda los libros de Milton Friedman. No. Lo que dijeron es: “Con este resultado de las elecciones está aumentando la demanda de pesos. Si está aumentando la demanda de pesos, vamos a aprovechar la oportunidad y vamos a emitir pesos contra dólares y no contra déficit fiscal”. ¿En qué dosis? Nos lo va a decir la pulseada de todos los días, lo que pasa, y te vas a dar cuenta, por lo que pase con el dólar, por un lado, y con las tasas de interés, por el otro. Ahora, todo el mundo dice: “Tiene que bajar la tasa de interés para que las operaciones de venta a crédito o cosas de este tipo se puedan normalizar”. Fenómeno. Es el anuncio de hoy. Pero digo: la velocidad y la dosis las van a dar las circunstancias.
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En nuestra última conversación vos dijiste: “Si alguien vende, alguien compra dólares”. Y ahora estás planteando: “Bueno, si se compran dólares, se emiten pesos”. Que le expliques de la manera más didáctica posible si hay otra forma de comprar dólares que no sea emitiendo pesos, y si finalmente uno quiere que la cantidad de dinero esté fija, no se pueden comprar dólares. ¿Cómo se hace para comprar dólares y al mismo tiempo que la cantidad de dinero esté fija? Y si la cantidad de dinero no está fija, ¿cuándo es bueno y cuándo es malo?
Uno podría agarrar y decir: “Bueno, voy a comprar dólares endeudándote, que sería peor todavía”. Esto es un tema de aprovechar oportunidades. No es que el Gobierno cambió la teoría de la inflación o cosas así, pero está atento al cambio de la demanda de dinero. Lo que pasó en los meses anteriores, que producto de la pulseada por razón de X, Y o Z, no importa, bajaba la demanda de pesos, y consiguientemente, si vos querías, tenías que bajar la oferta de pesos, porque estaba bajando la demanda de pesos. Si ahora se da vuelta, te da cierto espacio. No hay que reescribir los libros de texto, no hay ninguna relación entre la emisión monetaria y la tasa de inflación. Es un tema de dosis, porque lo que cambió, en función de las circunstancias, por ahora, es la demanda de pesos.
Recuerdo perfectamente que hace 20 años se planteaba que China, por ejemplo, solucionaba el exceso de dólares que tenía emitiendo yuanes, pero al mismo tiempo luego sacando esos yuanes del mercado a través de elementos económicos como fueron nuestras Leliq, nuestras Lebac, o que Sturzenegger marcaba que el aumento de las reservas que tuvo el Banco Central en 2016 y 2017 tenía la contraparte de que, para que no generara inflación esa mayor cantidad de pesos para la compra de dólares, que, como vos decías, siempre es mejor comprarlo con pesos que con deuda, bueno, creaba instrumentos en los que absorbía ese dinero a través de deuda. Y hay toda una discusión respecto de lo que pasó con las LEFI emitidas a un año con vencimiento en julio de este año o el año pasado. ¿Cómo se puede hacer para aumentar las reservas, comprar dólares y al mismo tiempo ‘esterilizar’ el efecto inflacionario que puede tener esa mayor cantidad de pesos en el mercado?
Vamos primero a lo que vos acabás de decir, porque vos acabás de mencionar un episodio donde parecería que la población argentina no quería más pesos. Si la población argentina no quería más pesos y vos, por alguna razón, querés aumentar las reservas, tenés que esterilizar los pesos. La forma de esterilizar los pesos aumenta la tasa, aumenta la deuda. Ya sabemos cómo terminó. Entonces, hoy parece que está aumentando la demanda de pesos. Si está aumentando la demanda de pesos, el Banco Central dice: “Tengo una oportunidad de abastecer ese mayor aumento de la demanda de pesos comprando algunos dólares”. ¿Cuándo es? No lo sé.
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Ahora vamos al otro tema, el famoso tema de la Reserva Federal Central. Muchachos, en flotación las reservas no son necesarias, porque flotás. Y yo escucho tipos que parecen que saben y dicen: “No, hay que tener muchísimas reservas”. Y acá voy a hacer un argumento. Eso lo escuché de un gran colega, Fernando Navajas, que apuntó un punto elemental, que dice lo siguiente: “Escuchame una cosa, ¿a vos te parece que el actual gobierno argentino le va a decir a los argentinos ‘vamos a hacer suficiente esfuerzo fiscal para, con el superávit fiscal, aumentar las reservas para que quede ahí 2027’? Pierde este gobierno, vuelven los populistas y se la patinan”. Este argumento es fenomenal. Entonces, todo son aquí y ahora. El aumento de las reservas no es una prioridad. Puede ser una conveniencia aprovechando momentáneamente una circunstancia. Métale nomás. Para mí no tiene más importancia que eso.
Vamos a suponer que Argentina va camino a 2030 con un superávit comercial, en el que tengamos una mayor cantidad de exportaciones por habitante, se solucione el problema de la falta de dólares y tengamos muchas más exportaciones que importaciones, y tengamos un superávit de cantidad de dólares. En ese caso, me gustaría si le pudieras explicar didácticamente a la audiencia si finalmente no tenés que emitir pesos también para pagarle a los exportadores.
Vuelvo otra vez a insistir. En la década del 70 se modeló una vieja idea de David Hume que era lo que se llamaba el enfoque monetario de la balanza de pagos, que decía: “Vos fijás el tipo de cambio, que la cantidad de dinero es endógena. Si la gente no quiere más pesos, va a venir, bajan las reservas, santas pascuas”, digamos, cosas por el estilo. Uno dice: pará. Ojalá sea lo que vos decís, y ojalá tengamos que discutir qué hacemos con un país que, en vez de tener 80.000 millones de dólares de importaciones por año, empieza a tener 120.000, y empezamos a ver qué otras alternativas. Primero que ocurra, después veremos. Muy importante lo siguiente: el planteo que vos hacés es un planteo de flujo, no de stocks. ¿Por qué digo esto? Porque lo que vos tuviste fue una pulseada de stocks: stock de pesos contra stock de dólares.
Un sojero, que había vendido toda la producción que estaba a mano de los transportadores, en la pulseada de la semana pasada no le servía al Poder Ejecutivo Nacional. Yo tengo que trabajar con stocks de dólares. Ahora lo que estamos planteando es qué pasa con energía, qué pasa con esto, qué pasa con lo otro, etcétera, etcétera. Donde uno tiene que agarrar y decir: “Bienvenido el aumento de las exportaciones, va a tener un correlato a las horas de importaciones, y lo que debería es ir más rápido con la revisión de los elementos de costo argentino: impositivo, laborales, judiciales, qué sé yo, regulaciones empresarias, etc, ¿para qué? Para que la actividad económica pueda trabajar en un contexto de economía más abierta”.
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