Explicación económica del invierno demográfico
En “Teoría de las familias” el premio nobel de Economía (1992) Gary Becker considera la fertilidad como resultado de una decisión racional. Llega a ello partiendo de tres postulados: a) Tener hijos es una decisión económica sujeta a costos y beneficios. b) Las parejas maximizan su utilidad, eligiendo cuántos hijos tener según su ingreso, preferencias y oportunidades. c) Por lo tanto, la decisión de tener hijos surge de una evaluación de costo de oportunidad en un contexto determinado.
En economías de subsistencia, tener hijos es una inversión, porque aumenta la mano de obra. Pero en economías de mercado un hijo se convierte en un consumo. Un lujo que la economía familiar solo puede asumir cuando supera cierto nivel de ingresos. Por ello, en economías de mercado se registra una permutación de la cantidad de hijos por la calidad de los hijos. Al percibir mayores ingresos, las familias prefieren tener menos hijos mejor educados.
En la Argentina el costo de criar a un niño se multiplicó por más de veinte en cinco años. A la luz de la explicación de Becker no sorprende que la tasa de fertilidad haya caído un 20% en el mismo período. En tanto decisión económica tener hijos queda, cada vez más, restringido a una elite millonaria (como Elon Musk con sus 14 hijos).
En Repensar la pobreza, Abhijit Banerjee y Esther Duflo (Premio Nobel en 2019) avanzan sobre el paradigma de Becker analizando las decisiones racionales de las personas pobres. Tener muchos hijos en familias muy pobres limita la inversión en la salud y educación de cada hijo. Poco antes Angus Deaton (Premio Nobel en 2015) explicó que el “gran escape” de la pobreza tiene como precondición la formación de capital humano.
Alcanzar un progreso sostenido requiere cerrar tres brechas de género: educativa, laboral y de ingresos. La transformación comienza con la incorporación de la mujer a la educación. Como consecuencia eso impulsa su participación laboral. Y, a más perceptores de ingresos, más prosperidad. La última conquista por lograr será la reducción de la brecha salarial.
En América Latina hay un notable progreso sobre la brecha educativa. En 1970, el 5% de las mujeres iban a la universidad, hoy lo hace más del 60%. Mientras que menos de la mitad de los hombres hace estudios terciarios.
La participación laboral es inversamente proporcional a la fertilidad. Es decir, los países en la fase post transición demográfica tienden a reducir las brechas laborales de género. En América Latina registramos un continuo, en el extremo inferior hay países como Guatemala y Honduras con 2,5 hijos por madre y donde solo 40%de mujeres en edad de trabajar están activamente empleadas. En el extremo superior está Argentina, con 1,33 hijos por madre y 52,3% de participación laboral femenina.
A su vez, las brechas salariales funcionan como un incentivo para reducir la fertilidad. Ante condiciones de desventaja salarial las mujeres no retraen su participación laboral sino que buscan aumentar su competencia. Esto se traduce en obtener más educación y tener menos hijos. Según el Banco Mundial, las mujeres en la región ganan en promedio 70 centavos por cada dólar que ganan los hombres, mientras que en los países desarrollados perciben 88 centavos.
Claudia Goldin (Premio Nobel en 2023) contribuye a la explicación de la caída de la fertilidad cuando analiza el child penalty. Que es el castigo que experimentan las mujeres con hijos en el mercado laboral, en comparación con los hombres o con mujeres sin hijos. En Colombia, un estudio de ANIF, Centro de Estudios Económicos, concluye que los ingresos por hora trabajada para las mujeres con hijos o hijas pueden disminuir hasta en un 48%.
En conclusión, hay un fértil paradigma que explica decisiones económicas que conducen a una reducción de la fertilidad. Aquello que el periodismo ha denominado “invierno demográfico”. Mientras no haya igualdad de condiciones para las mujeres y mientras no haya condiciones para que las parejas encuentren trayectorias laborales progresivas, sería muy difícil que la tendencia se revierta.
*Asesor en Financiamiento para el Desarrollo en el Fondo de Población de las Naciones Unidas.
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