Entre las últimas víctimas se cuentan L.K. Bennett -la firma de indumentaria favorita de Kate Middleton-, la pastelería Patisserie Valerie y la minorista de entretenimiento HMV, que ha caído en la insolvencia dos veces. La cadena de grandes tiendas Debenhams Plc cierra decenas de locales, en tanto, enfrenta el intento de control del multimillonario Mike Ashley. La rival House of Fraser se contrae luego de que el magnate la rescatara el año pasado.
En momentos en que el gigante del comercio electrónico Amazon.com Inc. aleja a los consumidores de las tiendas físicas, el plazo del brexit se acerca y las firmas de descuento suman presión sobre los comercios convencionales, no se ve luz en el horizonte. Las insolvencias han crecido más de un quinto desde 2016 y más de 1.200 comercios se derrumbaron el año pasado.
Las calles comerciales del Reino Unido se han transformado en los últimos 10 años. Nombres conocidos se han visto reemplazados por cafés, locales de tatuaje, ventas de segunda mano o simplemente locales vacíos. Han desaparecido la firma propietaria de grandes tiendas BHS, la cadena de productos electrónicos Maplin y la filial británica de Toys “R” Us Inc.
Amazon entra a la cancha en Argentina
Otros tratan desesperadamente de evitar el mismo destino mediante las llamadas disposiciones empresariales voluntarias, que permiten a las firmas que enfrentan la insolvencia cerrar las tiendas no rentables e interrumpir alquileres. Es el camino que han tomado la firma minorista de modas New Look, la cadena de productos para bebés Mothercare y la vendedora de alfombras y revestimientos para pisos Carpetright.
Los elevados alquileres y los impuestos inmobiliarios hacen que a las compañías les resulte difícil mantener comercios abiertos, por lo cual ahora los cierres superan a las aperturas. Centros comerciales en los que antes reinaba la actividad van quedando vacíos a medida que los locales bajan la cortina.
“No hay ninguna empresa comercial minorista que no prefiera perder algunas de sus tiendas muy rápido”, dijo Richard Fleming, jefe de reestructuración europea de Alvarez and Marsal.
Uno de los motivos por los cuales los comercios británicos se ven tan afectados es el crecimiento del comercio electrónico, en el cual el país es uno de los líderes globales. El 17 por ciento de las ventas minoristas británicas se hace online, por lo cual el Reino Unido supera por mucho a EE.UU.y otros países europeos.
Amazon extiende su presencia, mientras que las firmas minoristas de modas británicas Boohoo Group Plc y Asos Plc presentan una competencia local a las tiendas físicas. No necesariamente están a salvo de reveses, sin embargo: Asos emitió en diciembre una advertencia sobre menores ganancias, lo que llevó a una caída de 43 por ciento de sus acciones, que volvieron a bajar este martes luego de darse a conocer un crecimiento de las ventas menor al esperado.
A medida que cierran comercios, también desaparecen empleos. Si bien el desempleo ha declinado en el Reino Unido en los últimos años, el sector minorista experimenta una tendencia opuesta. El British Retail Consortium estima que podrían perderse 900.000 empleos en el sector hasta 2025.
“Esto es peor que la situación durante la crisis financiera de 2008 porque el estrés es mucho más real”, dijo Fleming. Si una caída de la actividad económica se suma a los efectos del desplazamiento hacia el comercio electrónico, la situación “será horrible”.
Las rentas elevadas y los impuestos a la propiedad están dificultando que las empresas mantengan las tiendas abiertas, y los cierres ahora superan en número a las aperturas. Una vez que el zumbido de los centros de las ciudades se están vaciando, como se cierran las persianas.
"Prácticamente no hay un minorista de escala que no preferiría perder algunas de sus tiendas muy rápidamente", dijo Richard Fleming, jefe de reestructuración europea en Álvarez y Marsal.