Meng Wanzhou sufre de hipertensión y tiene dificultad para comer alimentos sólidos, también tiene un trastorno del sueño y está dispuesta a ofrecer un par de casas de varios millones de dólares como fianza.
Estos son algunos de los argumentos que los abogados están esgrimiendo en un intento por liberar a la directora de finanzas de Huawei Technologies Co. Su arresto el 1 de diciembre desestabilizó a los mercados globales y llevó a la compañía de tecnología más grande de China al corazón de las delicadas negociaciones entre las dos economías más grandes del mundo. En los expedientes judiciales, sus abogados presentan el argumento de una sobreviviente de cáncer que ha sido sometida a múltiples cirugías y necesita medicamentos diarios para hacer frente a una serie de problemas de salud, al mismo tiempo que destacan que toda su familia tiene profundas raíces en Vancouver, donde se encuentra recluida.
La audiencia de fianza de la directora financiera se reanuda el lunes en la ciudad canadiense después de que los procedimientos del viernes no produjeran ningún resultado. La mujer de 46 años, madre de cuatro hijos, acusada de dirigir una campaña mundial para ocultar las violaciones de las sanciones por ventas a Irán, ha languidecido en la cárcel desde su arresto. Es un esfuerzo sin precedentes para responsabilizar a una alta ejecutiva que se considera parte del círculo íntimo de China: la hija del multimillonario fundador de Huawei Ren Zhengfei. Los abogados de Meng argumentan que su cliente no tiene antecedentes penales y que no supone riesgo de fuga.
El equipo de Meng describió sus problemas de salud con un detalle inusual. Una sobreviviente de cáncer de tiroides que también sufre de hipertensión severa y apnea del sueño, necesita medicamentos de uso diario, señalaron.
"Sigo sintiéndome mal y me preocupa que mi salud se deteriore mientras estoy encarcelada", dijo en un documento. "Actualmente tengo dificultades para comer alimentos sólidos y he tenido que modificar mi dieta para abordar estos problemas. Mi médico me ha proporcionado durante años paquetes diarios de medicamentos".
El otro lado de la discusión gira en torno a que Vancouver desempeña un papel especial para Meng, como lo hace para muchos chinos ricos, como un lugar para comprar propiedades, educar a sus hijos y simplemente relajarse de vez en cuando. Según los documentos judiciales, Meng se reservaría unas semanas de su agotadora agenda de viajes cada año para tomar unas vacaciones en la ciudad. Lo programaba para el verano, cuando sus hijos pudieran estar allí. En agosto pasado, fue vista paseando por un parque local, sacando fotos con sus suegros.
Meng, que visitó Vancouver por primera vez hace unos 15 años, compró una casa de seis dormitorios con su esposo Liu Xiaozong en 2009 que ahora se valora en 5,6 millones de dólares canadienses (US$4,2 millones), según los registros de propiedad y una declaración jurada de Meng leída en voz alta en el tribunal. En 2016, compraron una segunda propiedad, una mansión de ladrillo y vidrio situada en un terreno de 21.000 pies cuadrados (unos 1.950 metros cuadrados) valorada en 16,3 millones de dólares canadienses. Compradas con hipotecas de HSBC, ofreció registrar el capital de la familia en ambas propiedades como parte de su fianza.
"Ella no huiría", respondió el abogado defensor de Meng, David Martin. "Ella tiene un hogar aquí."
Pero su lugar de descanso ahora se ha convertido en una prisión. El 1 de diciembre, Meng bajó de un vuelo de Cathay Pacific desde Hong Kong alrededor del mediodía, y planeó una escala de 12 horas en Vancouver antes de dirigirse a México, pero fue arrestada y ahora enfrenta una solicitud de extradición de Estados Unidos por cargos de conspiración para defraudar a bancos –entre ellos HSBC– para que, inconscientemente, autorizaran millones de dólares en transacciones vinculadas con Irán, en violación de las sanciones de EE.UU.
Los casos de extradición a veces pueden llevar años, y que pase ese tiempo en una celda o bajo arresto domiciliario, puede depender en parte de su vínculo con Vancouver y si se considera lo suficientemente profundo como para evitar que huya. Se espera que la audiencia de fianza se prolongue todo el lunes, dado que su equipo de defensa llamará a testigos, incluidas compañías de seguridad. Los fiscales de la Corona, por su parte, se han centrado en su riqueza –el patrimonio de su padre se estima en más de US$2.000 millones– para justificar su argumento de que podría huir.
Ella tiene un incentivo para huir a China, que no tiene un tratado de extradición con EE.UU., y tiene los vastos recursos y conexiones para permanecer fuera de alcance indefinidamente, argumentó el abogado de la Corona John Gibb-Carsley.
"No estoy diciendo que los ricos no puedan obtener la libertad bajo fianza", dijo el viernes en la audiencia de fianza mientras más de 100 espectadores observaban desde una galería de vidrio. "Pero en términos de magnitud para sentir la fuerza de la fianza, estamos en un universo diferente".
Los abogados de Meng, a su vez, argumentan que cada caso debe ser considerado por sus méritos sin fijarse en las circunstancias de un individuo. Sobre el argumento de la Corona de que Meng ha estado evitando a EE.UU. como señal de complicidad, sus abogados dicen que esto se debe en parte a la creciente hostilidad estadounidense hacia Huawei, que ha sido excluida de los contratos gubernamentales y etiquetada como una amenaza a la seguridad nacional. "En esencia, la compañía abandonó el mercado estadounidense", según un documento judicial.
Más allá de su salud y sus vínculos locales, los abogados de Meng han atacado los argumentos centrales de su caso. Dicen que fue el equipo legal de Huawei, en lugar de finanzas, el que preparó una presentación en PowerPoint sobre Irán que los abogados de la Corona han presentado como evidencia de que ella fue cómplice en un intento interno de eludir las sanciones.
Meng es "una persona con grandes logros de buen comportamiento previo que tiene fuertes raíces y lazos con Canadá y con la comunidad de Vancouver", escribió Martin en una presentación. "Ella no representa una amenaza para la seguridad pública, y debido a sus problemas de salud, el encarcelamiento sería extremadamente punitivo".