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El gran problema de Houston sobre censo: inmigrantes asustados

Los funcionarios de la ciudad y los líderes empresariales están preocupados.

Inmigrantes ilegales desde México hacia Estados Unidos.
Inmigrantes ilegales desde México hacia Estados Unidos. | AFP

En el Ayuntamiento de Houston la semana pasada, el alcalde, Sylvester Turner, se reunió con máximos ejecutivos de empresas, profesores universitarios, policías, políticos y jueces locales para discutir un problema de US$6.000 millones que tienen en común: el censo de 2020.

Los funcionarios de la ciudad y los líderes empresariales están preocupados por personas como Ana Espinoza, de 21 años, ciudadana estadounidense de nacimiento que vive con familiares indocumentados. Espinoza no tiene intención de responder al censo porque le preocupa que eso pueda exponer a su familia y que sea deportada.

"Tengo miedo", dijo. "Si se van, estaré sola".

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En una región donde el 37 por ciento de los inmigrantes son indocumentados –la mayor proporción del país– el censo de 2020 se ha convertido en un caso de manejo de crisis. Cada persona que no se contabiliza representa una pérdida en fondos federales, lo que significa menos recursos para carreteras, escuelas y atención de salud.

Más que dinero, el censo ayuda a las empresas a planificar expansiones y dotación de personal para atender a una población multicultural. Y la “representación política, cómo trazamos líneas”, se determinan a través de un recuento exacto, dijo el alcalde.

Iniciativa de participación

La reunión del 18 de octubre de funcionarios municipales y de negocios marcó el lanzamiento de un proyecto conjunto del Ayuntamiento y la Cámara de Comercio Hispana de Houston para asegurar que se contabilicen la mayor cantidad de personas posibles. Cuando falta más de un año para que comience el censo, Houston está coordinando una iniciativa entre los distintos actores que cree que puede servir como modelo para el resto del país.

Obtener un recuento exacto tiene amplias implicaciones económicas en toda la ciudad, dijo Laura Murillo, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio Hispana. “Para todos, el censo es importante. No importa si usted es republicano o demócrata, negro o blanco o verde".

Para las empresas en crecimiento, el censo es crucial para entender la población a la que atienden en diferentes regiones. La empresa Rent-A-Car usó el censo de 2010 para ayudar a diversificar la base de empleados de la empresa. Gracias a los datos, la empresa dotó un nuevo local en Houston con empleados de habla hispana para atender mejor a los clientes del área, dijo Phil Dyson, gerente de recursos humanos de la compañía.

Haciendo cálculos

Texas puede perder al menos US$1.161 en fondos federales por cada persona que no se contabilice, según un informe de marzo de Andrew Reamer, un profesor de investigación del Instituto de Política Pública George Washington. Si eso se multiplica por los 506.000 inmigrantes no autorizados que se estima viven en la cuarta ciudad más grande del país, están en juego alrededor de US$6.000 millones para Houston durante los 10 años en que aplica el censo.

Eso es solo para programas como Medicare y Medicaid. La pérdida potencial es aún mayor cuando se toman en cuenta las subvenciones para partidas como carreteras y desarrollo comunitario, señaló.

Hay más razones para preocuparse: en pruebas conducidas por la Oficina del Censo de Estados Unidos en 2016 en vecindarios hispanos de Houston y Los Ángeles, hasta el 30 por ciento de la población no respondió a las solicitudes de encuesta, incluso después de que los trabajadores intentaron seis veces, según un informe sobre los preparativos para 2020 de la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de EE.UU.

Pesadilla logística

"Es un problema para el alcalde de Houston", dijo Steve Murdock, exdirector de la Oficina del Censo designado por el presidente George W. Bush. "Si no se contabilizan, tiene muchas personas a las que va a tener que prestar servicios, y podría no obtener ninguna ayuda del gobierno federal para hacerlo".

Cada censo plantea un enorme desafío logístico, pero 2020 trae un nuevo conjunto de obstáculos. El gobierno dependerá en gran medida de formularios por internet, lo que hace que sea más difícil para las personas pobres o los ancianos que puede que no tengan una computadora. La población estadounidense se ha vuelto más móvil, lo que dificulta el seguimiento de las personas. Y en Houston, miles de personas siguen estando desplazadas de sus casas después de las inundaciones provocadas por el huracán Harvey.