Las divisivas e inciertas elecciones presidenciales de Brasil están obligando a las empresas del país a suspender sus planes financieros, según el presidente del productor de celulosa y papel Klabin SA.
Horácio Lafer Piva, expresidente del grupo industrial de São Paulo Fiesp, dijo que a los empresarios brasileños les preocupa la posibilidad de que la polarización entre izquierda y derecha pueda poner en peligro la aprobación de una significativa reforma jubilatoria, lo que agravaría una situación fiscal ya difícil.
"Todos los emprendedores están tensos", dijo Piva en entrevista en las oficinas de Bloomberg en São Paulo. "Nadie sabe lo que va a pasar".
Klabin, el mayor productor y exportador brasileño de papel para empaque, no tomará nuevas decisiones de inversión hasta después de las elecciones, dijo Piva, y agregó que hay muchos proyectos en espera en la economía más grande de Latinoamérica.
Trece candidatos se postulan para la presidencia, pero si ninguno de ellos gana la mayoría en la primera vuelta, el 7 de octubre, habrá un balotaje el 28 de octubre. Las encuestas muestran que Fernando Haddad, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), y el legislador de extrema derecha Jair Bolsonaro, del Partido Progresista (PP), son los dos candidatos con más probabilidades de llegar a la segunda vuelta.
Encuestas recientes
La última encuesta de la firma de investigación Ibope mostró el lunes que Bolsonaro, excapitán de reserva del ejército, continúa liderando la carrera electoral con el 28 por ciento de las intenciones de voto, en comparación con el 22 por ciento de Haddad, quien reemplazó al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como candidato del PT.
"El tamaño de las concesiones que ambas partes necesitarían para aprobar cualquier cosa en el Congreso sería enorme", dijo Piva. "Va a ser una guerra, una situación muy tensa". El mayor desafío para quien gane las elecciones será abordar el creciente déficit fiscal del país, agregó.
Piva dijo que aún no ha decidido a quién votará, ya que las opciones de izquierda y derecha presentan serios problemas. "Esperaré hasta cinco días antes de las elecciones, me sentaré, me concentraré, escucharé jazz y luego trataré de decidir", dijo.
Bolsonaro. Tras describir a Bolsonaro como "un extraño", Piva agregó que Brasil ya tuvo una "muy mala experiencia con un extraño", en referencia a Fernando Collor de Mello, el expresidente brasileño destituido en 1992 en medio de un escándalo de corrupción y una crisis financiera.
Las opiniones de Bolsonaro sobre género, diversidad, democracia y seguridad están "un poco distanciadas del siglo XXI, son discusiones del pasado", dijo el empresario. "Por lo tanto, existe el riesgo de que Brasil dé un paso atrás".
PT. Si bien el PT tiene una presencia más fuerte en el Congreso brasileño y más experiencia en la negociación con el cuerpo legislativo, su último Gobierno "fue terrible", dijo Piva. La presidenta Dilma Rousseff encabezó el último Gobierno del PT hasta su destitución por juicio político en 2016.
Aunque Piva dijo que la comunidad empresarial confía en Haddad más que en su partido, quedan dudas sobre quién realmente estaría en el poder. "¿Quién dirigiría el Gobierno? ¿Haddad, Lula o la presidenta de PT, Gleisi Hoffmann? La presión del PT puede ser demasiado grande", añadió.
Para Piva, Geraldo Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), es el candidato con "más contenido, experiencia, estructura". Pero no está avanzando en las urnas. "El PSDB se perdió como partido de oposición y terminó discutiendo trivialidades en vez de temas importantes", dijo el empresario, cuyo padre, Pedro Piva, quien murió en febrero del año pasado, fue senador del PSDB.
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