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La Fed tiene muchas municiones contra el coronavirus

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jay Powell, y sus colegas tomaron la decisión correcta al recortar la tasa de fondos federales en 50 puntos básicos.

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EL CORONAVIRUS GENERA PÁNICO MUNDIAL Y AFECTÓ A LAS PRINCIPALES COMPETENCIAS DEPORTIVAS. | AFP

El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Jay Powell, y sus colegas tomaron la decisión correcta al recortar la tasa de fondos federales en 50 puntos básicos. Sabían perfectamente bien lo que dirían los detractores: un recorte de tasas es una reacción exagerada; no puede hacer aparecer por arte de magia una vacuna para el coronavirus; el banco central se quedará con pocas municiones para cuando realmente las necesite. Qué bueno que hayan ignorado todo eso.

Es cierto que la Fed no puede evitar que el coronavirus afecte el componente de la oferta de la economía. No puede rescatar a la industria de viajes ni compensar los días no trabajados. Lo que sí puede hacer es evitar que un impacto en la oferta provoque otro impacto en el componente de la demanda.

Eso podría suceder de dos maneras. Primero: cuando las perspectivas de crecimiento caen, como dicen tanto el sentido común como los pronosticadores económicos, también se reduce la tasa de interés neutral, que es la que no contrae ni estimula la economía. Si la tasa de fondos federales ya se ubicaba en la tasa neutral, entonces dejarla en su lugar a medida que cae la tasa neutral significa adoptar una política contractiva. (Si la tasa de fondos federales se ubicaba por encima de la tasa neutral para comenzar, dejarla en su lugar significa adoptar una política MÁS contractiva). Por lo tanto, se justificaba un recorte solo para reflejar la nueva realidad.

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Segundo: el coronavirus y la alarma pública que conlleva podrían generar una mayor demanda de dinero disponible, o, para decirlo de otra manera, una reducción en la velocidad con la que el dinero cambia de manos, a medida que consumidores e inversionistas se ponen más nerviosos. También se necesita una flexibilización de las condiciones monetarias para dar cabida a ese cambio en las preferencias.

 

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Si estos peligros se estuvieran materializando, anticiparíamos una caída en las expectativas inflacionarias y una curva de rendimiento invertida. Eso es exactamente lo que hemos estado observando.

La preocupación por las municiones, aunque ha sido recurrente para la Fed en los últimos 10 años, siempre ha estado equivocada. Por un lado, incluso con tasas de interés bajas, la Fed tiene otras formas de municiones. Por ejemplo, puede aplicar la flexibilización cuantitativa. Los principales obstáculos para ese camino son políticos, no económicos.

Lo que es más importante, la metáfora de las municiones es engañosa. En las últimas semanas, a medida que las condiciones monetarias se han endurecido, las expectativas para las futuras tasas de fondos federales han disminuido. La reacción del mercado de futuros a los recortes de tasas de la Reserva Federal, por otro lado, ha sido mayores tasas esperadas en el futuro.

Un ajuste de dinero, incluido un ajuste pasivo que se produce debido a la inacción de la Fed a medida que las condiciones económicas se deterioran, reduce las tasas de interés futuras. Al recortar las tasas ahora, la Reserva Federal realmente ha guardado sus municiones. Esperemos que haya acumulado lo suficiente.