Tal vez Donald Trump deba tener cuidado con lo que desea. Si el jefe de la Reserva Federal, Jerome Powell, hace lo que quiere el presidente de Estados Unidos, los activos del país podrían perder su atractivo como un refugio global.
Los estrategas advierten que algo más que la credibilidad del banco central se vería afectado si la Fed frenase el ajuste de su política monetaria. Trump obtendría el dólar más débil que desea, pero el aumento de las expectativas de inflación afectaría la seguridad que se percibe en los activos de EE.UU. y, finalmente, elevaría los costos de financiamiento a largo plazo para el Gobierno y los consumidores estadounidenses. Por otro lado, la liquidez y el crecimiento globales podrían recibir un impulso, al menos al principio, y los mercados emergentes que fueron difamados por Trump podrían beneficiarse.
Si bien pocos esperan que la Fed ceda a la presión, las presiones de Trump con el tema han sido lo suficientemente persistentes como para que los inversionistas comiencen a tener en cuenta sus efectos en sus cálculos comerciales.
’Jugar con fuego’
"Esto definitivamente es jugar con fuego, abrir esta puerta y comenzar a socavar el accionar y la independencia del banco central, en este caso la Reserva Federal", dijo Torsten Slok, economista jefe internacional de Deutsche Bank AG. "No vemos ese panorama en el horizonte, pero el hecho de que estemos debatiéndolo plantea en realidad la cuestión en la mente de muchos inversores. Los inversores se preguntan: ¿Powell comenzará a escuchar esto? ¿La Fed es verdaderamente independiente?
Las proyecciones más recientes de la Fed apuntan a otros dos incrementos de las tasas de interés este año, luego de los dos que ya implementó en 2018. Si la Fed diera marcha atrás, podría afectar la moneda estadounidense y, si se considerara que tuvo una mayor motivación política, estimularía un empinamiento de la curva de rendimiento, según Slok. Eso se debería a un aumento de los temores por la inflación y la preocupación por el papel de los activos de EE.UU. como refugio tradicional.
Desde que asumió el cargo en enero de 2017, Trump ha señalado reiteradamente su preferencia por un dólar más débil y ha acusado a otros países por sus tipos de cambio. Incluso con su retroceso más reciente, el dólar ha subido más de un 5 por ciento desde la cotización mínima que tocó en abril, impulsado por un fuerte crecimiento de EE.UU., el aumento de las tasas de interés y la intensificación de las tensiones comerciales. En julio, Trump arremetió contra China y la Unión Europea por manipular sus monedas, algo que reiteró esta semana, según Reuters.
Trump anunció la semana pasada en Twitter que la inflación era baja en EE.UU. y que el optimismo empresarial estaba más alto que nunca. Y pese a haber expresado anteriormente su preocupación por la fortaleza de la moneda estadounidense, también aprovechó la oportunidad para alabar el "preciado" dólar. Si bien ha aumentado las tensiones con los países de todo el mundo en el área comercial, si logra presionar a la Fed en realidad podría ayudar a algunos países en desarrollo.
Cualquier medida de Powell que se interpretara como ceder a la presión de Trump socavaría la idea de independencia de la Fed, según Neil MacKinnon, estratega macroeconómico global en Londres para VTB Capital y exfuncionario del Tesoro británico. "El mercado del Tesoro interpretaría que la Fed está aumentando las presiones inflacionarias".