Con el contexto inflacionario que atraviesa la Argentina, resulta muy complicado para los supermercados mantener una actualización constante de los precios. Por lo tanto, cuando el consumidor toma un producto, a determinado precio, de la góndola y luego se dirige a pagarlo, se encuentra con la sorpresa de que no es el valor que indicaba en el fleje del estante. Ante esta problemática, nos comunicamos con Fernando Blanco Muiño, ex Director Nacional de Defensa del Consumidor.
La ley de defensa al consumidor: La clave para los compradores
“El consumidor se tiene que manejar siempre con el precio que figura en la góndola, no hay discusión para otro precio alternativo. Ese precio, de acuerdo a la ley de defensa al consumidor, constituye la oferta del punto de venta”, comentó Fernando Muiño sobre la postura que deben adoptar los consumidores. “Es una práctica que tiene que ver con el contexto macroeconómico inflacionario, que cuando llegas con ese producto a la caja resulta que ese no es el precio”, complementó.
Con respecto a la explicación que dan los proveedores, Muiño manifestó: “No es legal. Con el cambio de precios que genera la inflación, no llegan a tiempo a poner el precio actualizado en el fleje de la góndola. El consumidor en este punto no tiene responsabilidad alguna”.
Frente al accionar que debería tener un consumidor, el ex Director Nacional de Defensa del Consumidor brindó 2 alternativas. La primera, consta de “defender el precio de góndola, que es el que el consumidor eligió. Si el mercado te dice que no puede modificarlo, la opción es dejarlo y comprar en otro lado”.
La segunda alternativa, tiene que ver con pedir el libro de quejas: “Tiene que estar a disposición del consumidor y radicar la queja. Dejando explícito qué producto quiere comprar, qué precio tenía en góndola y cuánto se lo cobran en caja. Porque esa denuncia en el libro de quejas va a ser fundamento y documentación para cualquier reclamo por vía administrativa”.
Los cambios del programa “Ahora 12”
A modo de cierre, el entrevistado mencionó el programa “Ahora 12” y lo catalogó como otro punto a prestar atención que debe tener el consumidor: “El consumidor tiene que entender que dejó de ser un programa de cuotas sin interés y pasó a ser un programa de cuotas fijas. No es lo mismo cuota fija que cuota sin interés, la cuota fija tiene interés y genera un precio final del producto mucho más alto al que lo estás comprando ahora”.
Sobre la misma línea, ejemplificó: “Una cosa es un producto de $12.000 que se paga en 12 cuotas de $1.000. Y otra cosa es un producto de $12.000 que se paga en 12 cuotas de $1.500. Son cuotas fijas de $1.500, pero son cuotas que tienen interés”.