CICLO DE ENTREVISTAS
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Carlos Fara: “Juntos por el Cambio está estancado”

El analista político participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil USAL. La incertidumbre por las internas de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. El fenómeno Milei y la posibilidad de que el peronismo haga la peor elección de su historia.

Ciclo de Entrevistas Posgrado Periodismo de Investigación con Carlos Fara
Ciclo de Entrevistas Posgrado Periodismo de Investigación con Carlos Fara | Ciclo de Entrevistas Posgrado Periodismo de Investigación con Carlos Fara

Carlos Fara participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación en la que analizó las internas del oficialismo, la oposición y el crecimiento de Javier Milei que “los complica a todos”. “Una renovación dentro del Frente de Todos quizá no suceda, aun con una derrota”, aseguró. En la coalición opositora “Patricia Bulrich llega en su mejor momento. Juntos por el Cambio sí, está estancado”, afirmó.

El consultor político también se refirió a las internas del oficialismo y la falta de liderazgos alternativos. “Scioli nunca fue líder, fue candidato y gobernador de la provincia de Buenos Aires, pero nunca fue un hombre de una construcción propia. Siempre fue surfista en busca de candidatura”. “El único que se animó a salir y plantarse por afuera es Sergio Massa, el resto fueron expresiones sueltas”, indicó en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—¿Cree que hay una confusión entre la agenda local y la nacional que explique el fracaso de Javier Milei en las elecciones provinciales?

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—Son otros contextos. Cuando las elecciones están separadas de las nacionales, precisamente tienen la ventaja de que, efectivamente, los electores pueden pensar exclusivamente en los factores provinciales y locales. Hay que tener en cuenta que el votante de Javier Milei, para la elección presidencial, el que medimos en las encuestas, es un electorado que se reconoce como independiente, son “despolitizados”. De manera que en general, tienden a ser selectivos con el voto, eventualmente cortarlo, votar distintos partidos en distintas categorías y en oportunidades diferentes, eso no debería llamar la atención. Quizá en el caso de Tucumán, es más llamativo, porque los otros candidatos eran novatos en la política. Entonces, para alguien que se presenta por primera vez, sacar entre siete y nueve puntos, tampoco es un mal resultado. En cuanto a Ricardo Bussi, es una fuerza absolutamente consolidada, que gobernó la provincia, tiene un estándar alrededor de los diez puntos, que en esta elección se diluyó, con lo que más allá de Milei, se acentuó la polarización. Juntos por el Cambio hace cuatro años sacó un veinte por ciento, y ahora está redondeando el treinta y cuatro por ciento, lo cual es un crecimiento muy grande, aunque haya quedado lejos de la competencia. Entonces, me parece que también es una lectura para hacer respecto de si hay una especulación del elector, para hacer un voto más útil, que definitivamente termina conspirando contra las posibilidades de las terceras fuerzas. Eso significa que no deberíamos extrapolar los resultados de las provincias en general, a lo que puede ser la potencialidad electoral de los distintos espacios.

—Si el Frente de Todos termina tercero en la elección, ¿cree que esto puede ser el principio del fin del peronismo?

—No, el fin del peronismo no. Lo que podríamos ver es un fuerte cimbronazo, que tiene que ver con la hegemonía que tiene el kirchnerismo desde 2003 para acá. Ahora, una mala elección, no te saca de la historia, es una advertencia, por supuesto. Pero es una gran oportunidad para una recomposición. Un detalle más, es cierto que probablemente el peronismo, más allá de si sale tercero o no, haga la peor elección presidencial desde 1983 para acá y eso per se va a generar un debate interno después de las elecciones.

—Entonces, ¿podríamos estar ante la peor elección del peronismo de la historia?

—Sí, con Perón, había un determinado contexto, por eso lo puse en el ochenta y tres. Pero en términos estadísticos es absolutamente indiscutible.

—¿Cuán certera es esa posibilidad?

—Que obtenga el peor resultado de su historia es altamente probable, porque hasta ahora, el peor fue el treinta y siete por ciento que sacó Daniel Scioli en la primera vuelta en el 2015. El Frente de Todos, con los estudios que tenemos, incluso de colegas, suena absolutamente extraño, pero que sea la peor, no significa que necesariamente salga de la opción del ballotage.

—Entonces, ¿el peronismo estaría dentro del ballotage?

—Sí, lo veo dentro del ballotage. En principio, cuando pasás una etapa de expectativa, donde después podés ordenar, eso siempre termina orientando la conducta de los votantes más fieles. Con lo cual, ahora al no tener candidato, estar con internas, etc., eso también conspira. ¿A quién tengo que votar? ¿A quién tengo que ver? ¿Tengo que ver a alguien muy conocido como Daniel Scioli o alguien bastante desconocido como Wado de Pedro? Lo que estamos viendo es que difícilmente el Frente de Todos baje de los 30 puntos. Sería improbable que el peronismo baje de eso, teniendo en cuenta que no solamente le interese hacer la mejor elección posible, aun perdiendo, la derrota más digna, sino además, todos los gobernadores juegan sus listas legislativas y entonces eso hace que la tracción de los oficialismos provinciales terminé quizá poniéndole un piso.

Estudiantes Posgrado Periodismo Investigación Perfil USAL con Carlos Fara
Estudiantes del Posgrado en Periodismo de Investigación en en Ciclo de Entrevistas con Carlos Fara

—Sobre los resultados de Tucumán, usted dijo que cuando se polariza una elección juega en detrimento de los que están por debajo de los porcentajes mayores, ¿eso pasaría a nivel nacional con Javier Milei?

—Sí, es una posibilidad concreta. Sin embargo, a medida que Javier Milei fue creciendo, se le planteó un límite a expensas de Juntos por el Cambio, y ese crecimiento fue favorecido por el Frente de Todos. Esto se explica por el carácter más policlasista del fenómeno Milei. Entonces, podría ser que se termine diluyendo en una situación, quizá un poco extraña, pero perfectamente factible, porque las dos coaliciones se polarizan, y que no solamente se favorezca una, con la caída de Milei, sino que eventualmente se favorezcan las dos.

—Con un posible mal resultado del Frente de Todos, ¿sería factible que Cristina Kirchner se esté retirando del plano electoral?

—Es posible que después de esta vuelta, quizás Cristina nunca más vuelva a ser candidata. Es muy razonable pensarlo, suena como más probable, lo cual no significa que salga del liderazgo preponderante dentro del Frente de Todos. Porque después hay que ver la posibilidad de que aparezca un liderazgo alternativo, por el hecho de que en una derrota electoral, como es muy probable que suceda en el frente, no necesariamente significa que va a perder ese lugar. En parte hay que preguntarles a los votantes de este sector, si consideran que Cristina sigue siendo líder. Para la mayoría, más allá de que se corrió de las candidaturas, está claro que era la opción con más votos a nivel individual. Y lo otro es que a diferencia de otro momento de la historia del peronismo desde el ´83 para acá, es que no terminan de surgir liderazgos alternativos que desplacen, en este caso el de Cristina y todo lo que tiene que ver con el kirchnerismo en su etapa cristinista. Una renovación dentro del Frente quizá no suceda, aun con una derrota.

—Decía que es altamente probable que el peronismo tenga el peor resultado de la historia, ¿esto se transcribe como el posible fin del kirchnerismo?

—No lo plantearía en esos términos porque no hay liderazgos alternativos. El único que se animó a salir y plantarse por afuera para provocar esa discusión es Sergio Massa. Después el resto fueron todas expresiones sueltas, obviamente lo de Alberto Fernández, pero nunca fue líder, o figuras que de alguna manera rondaban en el “filo peronismo” como Francisco de Narváez que tampoco lo fue. No veo hoy en los actores la voluntad de que alguien se plantee un proyecto sustitutivo al de Cristina Kirchner dentro del peronismo.

—Usted hablaba de que la figura de Javier Milei se va a diluyendo, ¿esto significa que queda afuera del ballotage?

—No digo que se va diluyendo. Tenemos un gran interrogante porque es la primera vez que se presenta en una elección nacional. Distinta es una elección en la ciudad de Buenos Aires, una legislativa donde la gente tiene menos miedo de jugar un nombre porque total es una voz en el Congreso. Ahora, en una elección presidencial con las limitaciones de estructura que tiene el movimiento de Milei, muchos se preguntan legítimamente si esto es más una bronca de la sociedad expresada en las encuestas o si realmente es una intención de voto. Esto no lo sabemos y solamente lo vamos a empezar a ver en las PASO. Dicho esto, creo que recién cuando se definan las candidaturas, vamos a empezar a ver un debate más real sobre la política. Porque una cosa es hasta acá, teniendo en cuenta que cada uno está distraído en su propia pelea interna y otra cosa es cuando se empieza a discutir concretamente. Por ejemplo, ¿cómo hará Javier Milei para gobernar?, teniendo en cuenta la fragmentación del Congreso. Nosotros preguntamos en un estudio de hace un mes: ¿Quién podría tener más fuerza para gobernar? Un candidato presidencial de Juntos por el Cambio obtuvo el 48% y un 25% respondió que votaría a Javier Milei. Después preguntamos: ¿Quién tendría más fuerza en el Congreso? Y ahí tuvimos casi un 60% a favor de Juntos por el Cambio contra un 17% de Libertad Avanza. Al final, eso puede llegar a generar incertidumbre sobre las posibilidades reales que tiene, no sé si en las PASO pero seguramente eso en la general va a terminar jugando porque vamos a tener una grilla más despejada en ese sentido.

—Dentro de Juntos por el Cambio, ¿quién sería el ganador: Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich?

—Para nosotros es un escenario abierto. No vemos una ventaja suficiente para poder dar una respuesta más concreta. Lo cierto es que Patricia Bullrich está en uno de sus mejores momentos y Horacio Rodríguez Larreta hace rato que está estancado, esto es absolutamente así. Dicho esto, hago una aclaración, los estudios indican un votante de Bullrich mucho más politizado e ideologizado que un votante de Larreta, más inclusive que uno de Milei. Entonces al haber una reticencia a responder encuestas, inclusive las domiciliarias aunque con menos rechazo, estamos teniendo para mi gusto un público no politizado bastante subrepresentado. Esto podría ser que estamos teniendo una imagen de un público más politizado y por eso vemos una dinámica más favorable a Bullrich. Por eso soy muy cauteloso porque entrevistando en provincias concretas, nos hemos llevado algunas sorpresas. Creo que la decisión de fórmulas puede generar algún desbalance para uno o para otro lado.

—Usted decía que Larreta está estancado, ¿cree que la intención de incorporar a Juan Schiaretti lo afectó más?

—No. Me parece es un debate muy de la política que no trascendió y se agotó en 48 horas. Prácticamente no se volvió a insistir con el tema, entonces realmente no creo que haya tenido efecto. Me parece que el sector de Larreta es un público menos politizado y consume menos noticias de este tipo.

—De los candidatos de Juntos por el Cambio ¿quién cree que puede alinear el partido a nivel nacional y mostrar una propuesta más consolidada?

-Está claro que Patricia Bullrich representa más al PRO, comparado con el resto del voto de Juntos por el Cambio. A la hora de la política, no va a ser tan sencillo que uno sea un buen representante de la mayoría de los votantes de una conducción colegiada, me parece, es una conducción bastante horizontal. Son fundamentalmente cuatro fuerzas, cada fuerza tiene su voz, no sé cómo lo sumarán a José Luis Espert, pero desde el punto de vista político, va a ser conflictivo. Digamos, ¿qué hay que hacer en materia económica?, ¿qué estilo de gobierno?, ¿cómo hay que llevar la campaña?, si hay que hacer o no acuerdos. Me parece que todo eso va a hacer mucho ruido, aun cuando Bullrich ganase de todas maneras la primaria.

—Si tuviera que mencionar a algún candidato para el “liderazgo alternativo” del peronismo, ¿sería Daniel Scioli?

—No, no lo creo. Scioli nunca fue líder, fue candidato y gobernador de la provincia de Buenos Aires, pero nunca fue un hombre de una construcción propia. Siempre fue surfista en busca de candidatura. Cada uno tiene su estilo, no es una crítica, sino una descripción de su historia personal. Sergio Massa sí construyó su espacio, le fue como le fue, volvió, paga sus costos, pero creo que dentro del propio peronismo, más allá de las desconfianzas que a veces genera la propia figura de Massa por las oscilaciones, nadie le ve futuro a Scioli. Me parece que la opinión pública lo ve así, se le pasó el cuarto de hora. Incluso para el propio votante del Frente de Todos, no representa gran cosa.

—¿Ve en Horacio Rodríguez Larreta a un líder más ideologizado que perjudica a Juntos por el Cambio?

—Horacio Rodríguez Larreta puede ser líder. Está claro que está en la construcción de eso. Cuando toma distancia en algunas cuestiones del propio Mauricio Macri, es porque trata de ser líder. Si llega o no es otra discusión, pero está tratando de lograr su autonomía. Respecto a la competitividad electoral, buena parte de la sociedad está cansada de la grieta, los extremos son los que más se hacen escuchar y son fragmentos de minorías intensas. Además, ninguna minoría intensa gana por sí misma esta elección. En realidad, como pasó en el 2015 y 2019, la termina ganando hacia donde se vuelca una enorme cantidad de centro moderado, que dice “hay que darle la oportunidad a Macri”, que después de cuatro años dice “Macri me defraudó”, o “pese a Cristina prefiero votar a Alberto”. Tengamos en cuenta que entre esos 37 puntos que sacó Scioli en el 2015 y los 48 puntos de Alberto con Cristina, hay 11 puntos, una barbaridad de gente que puede volcar la balanza para un lado o para el otro. Entonces, si va a votar una cantidad de gente normal, que no lo sabemos, siempre digo que ese centro moderado es el “santo grial” del electorado argentino. Si vos tenés ese moderado, te llevaste la elección en general. Ahora, como este no es un juego de dos sino de tres, tiene sus complicaciones teniendo en cuenta que el tercero es un personaje de situaciones polémicas. Reconozco que efectivamente este es un escenario distinto.

—¿El dato que tienen ustedes es que Patricia Bullrich está creciendo y Horacio Rodríguez Larreta está frenando su crecimiento?

-No, no diría creciendo, pero sí llega a este momento en su mejor momento, de un año para acá, con oscilaciones. Juntos por el Cambio sí, está estancado, y el único que creció desde que empezó el año es Javier Milei. La estrategia de pelear por derecha con un candidato que no tiene un electorado de derecha, que tiene un electorado no ideológico, también es un interrogante respecto a la eficiencia de las estrategias. Porque si Patricia Bullrich estuviese en gran ascenso, si la discusión fuera por derecha, teóricamente le tendría que estar sacando votos a Milei y no se los está sacando. Porque le está ganando votos, no solo a Juntos por el Cambio sino también al Frente de Todos. Entonces, esto es una dinámica más compleja de cualquiera que hayamos conocido. Si Milei crece y la pelea por derecha no está dando efecto porque es otra cuestión, entonces esta no es una discusión de izquierda y derecha para la Argentina, es otra cosa. El fenómeno Milei los complica a todos los demás, todos tienen un grado de desorientación respecto a qué hacer.

—¿Usted cree que Sergio Massa puede ser un “salvador” del kirchnerismo?

—Puede serlo. Es un personaje muy hábil, muy creativo, muy astuto, puede ser una posibilidad, perfectamente, es un gran ambicioso de poder. Está claro que si trata de desplazar del poder al kirchnerismo no es tanto por una cuestión personal sino más por satisfacer su ambición de ser líder. Por lo tanto, yo no lo descarto. Creo que, con todo su desgaste, ahora es el ministro con esta inflación, lo cual no le genera elementos positivos, pero sí creo que va a ser por mucho tiempo una figura importante de la política argentina. Con que su bloque se quede más adentro del Frente de Todos es para prestar atención, porque en un Congreso tan fragmentado, Massa puede tener la llave de la gobernabilidad.

—Agradecemos su participación y le damos la posibilidad de cerrar la entrevista con un comentario final.

—Muchas gracias por la invitación. Simplemente, para ayudar a tratar de comprender la complejidad del escenario. La primera cuestión es el hecho de que estamos en una situación inédita, en donde no solamente no se saben los frentes y el contexto es desde el ‘83 de una triple frustración, tres gobiernos seguidos con balance negativo. Para mi está la sociedad un poco desorientada. En el ´81 y 2001, había un jugador en el banco para reemplazar el que estaba en el campo de juego, eso hoy no sucede. Además, no solamente vamos a atravesar una elección más con crisis económica, sino que por primera vez la vamos a atravesar con crisis de representación en el sistema político. Esta es la primera vez que el desafío viene desde fuera del sistema político, a través de la figura de Milei. Y el tema es que, supongamos que sale tercero, va al ballotage, tenemos a la vuelta de la esquina una elección legislativa en el 2025 y, si al próximo gobierno no le va bien, la elección del 2025 puede ser muy complicada, la sociedad diciendo “tal vez no tenía razón Milei”.

 

Por Carolina Fabio Fiorini, Victoria De Dios y Sol Lacman

Estudiantes de Perfil Educación

Posgrado en Periodismo de Investigación Perfil–USAL