Cuando los exploradores rusos Fabian Gottlieb Bellingshausen y Mijaíl Lázarev descubrieron el continente antártico el 28 de enero de 1820, seguramente no imaginaban el valor que esa tierra tendría para el futuro de la Humanidad. Sin embargo, la huella del ser humano en el planeta Tierra es tan pesada que el Continente Blanco ahora sufre las consecuencias.
El hielo se funde, el agua sube
El aumento de las temperaturas en la atmósfera y el océano está contribuyendo a la pérdida continua de masa de la Antártida.
Producto de ello, sus hielos se derriten y la enorme cantidad de agua almacenada produciría un aumento significativo del nivel del mar, inundando zonas costeras en todo el mundo, según la conclusión de investigadores de la Australian National University que examinaron datos históricos y nuevos del “último interglacial”, que tuvo lugar hace 125.000 a 118.000 años, y en el que el nivel del mar se elevó hasta 10 metros por encima de los niveles actuales por causas naturales.
El estudio muestra que los niveles del mar aumentaron hasta tres metros por siglo, en gran parte debido a la pérdida de hielo en la capa de hielo antártica. Su autor principal, Eelco Rohling, dijo que el último aumento interglacial del mar se debe a inestabilidades climáticas naturales. "Estos fueron más pequeños y más lentos que la perturbación climática causada por los humanos de hoy", dijo.
"La Antártida, que durante mucho tiempo pensamos que era un gigante dormido en lo que respecta al aumento del nivel del mar, es de hecho el jugador clave”, afirmó Rohling.
La pérdida temprana de hielo antártico fue causada por el calentamiento del Océano Austral al comienzo del interglacial. Luego, el agua de deshielo de la Antártida causó cambios en la circulación oceánica global que resultó en el calentamiento del norte polar y la pérdida de hielo asociada en Groenlandia.
La huella humana en la Antártida:
- Los dos casquetes glaciares, en Antártida y Groenlandia, perdieron un promedio de 430.000 millones de toneladas anuales desde 2006.
- A causa del deshielo, el nivel del mar subió entonces 10 metros por encima del nivel actual, primero en la Antártida y luego en Groenlandia, debido a que el agua liberada por la fundición en el sur calentó las zonas polares del norte.
- En los últimos 50 años, probablemente 15% de todo el hielo antártico desapareció y en los próximos años esta curva se acelerará, más de lo que ha anticipado el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) en sus predicciones.
- En 2100, una porción importante del hielo, más de 35%, habrá desaparecido. El paisaje de la península antártica será diferente y la dinámica de las corrientes marinas desde luego que será diferente.
La temperatura aumenta y no piensa disminuir
Los polos (tanto la Antártida como el Ártico) y los hielos continentales, son una de las principales fuentes de moderación de la temperatura del planeta. A esto se suma el reflejo de la radiación solar por los hielos y la liberación del carbono atrapado en el permafrost. El cambio climático derrite los hielos y esto retroalimenta al cambio climático; la gran paradoja.
Otro estudio, de la Universidad de California (UC), en Estados Unidos, reveló recientemente lo rápido que se están calentando la Antártida y el Ártico: 0,75 grados solo en la última década, una cifra altísima si se la compara con la Tierra en su conjunto. que se calentó casi la misma cantidad, 0,8 grados, en los últimos 137 años. "Muchos de los cambios en la última década son tan dramáticos que hacen que uno se pregunte qué traerá la próxima década de calentamiento", señala el autor principal Eric Post, profesor de Ecología del Cambio Climático en la UC.
El estudio explica que lo que 2 grados de calentamiento global podrían significar para las altas latitudes: hasta 7 grados de calentamiento para el Ártico y 3 para la Antártida durante algunos meses del año. Ante esto, los autores dicen que las medidas activas a corto plazo para reducir las emisiones de carbono son cruciales para desacelerar el calentamiento a altas latitudes, especialmente en el Ártico.
El "corazón de la Tierra", necesita protección
La península antártica es una de las regiones que se calienta más rápido, casi 3° C en los últimos 50 años, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), tres veces más rápido que el promedio mundial.
En marzo de 2015, una estación de investigación argentina llegó a registrar 17,5° C, algo nunca visto. "Cada año, podemos ver y registrar el derretimiento de los glaciares, la desaparición del hielo marino, y en las zonas que se quedan sin hielo, la recolonización de plantas y otros organismos que no estaban presentes antes en la Antártida", describe el director del Instituto Antártico Chileno, Marcelo Leppe.
Aunque su población es ínfima y está situada a miles de kilómetros de la ciudad más cercana, la Antártida recibe igualmente el impacto de la actividad humana, se lamenta el director del Instituto Antártico Chileno (INACH), Marcelo Leppe, que define al continente como “el corazón de la Tierra”.
“La principal corriente marina del mundo es la Corriente Circumpolar Antártica, que se mueve de oeste a este alrededor de la Antártida”, explica el experto. “Apareció hace 13 millones de años y congeló un continente que en el pasado fue verde. Esta corriente tiene conexiones con las corrientes termohalinas (oceánicas) en todo el mundo”.
“Es como un corazón porque cada año cambia su forma de 14 millones de km2 a más de 20 millones”, explica Leppe. “Se expande en el invierno con el hielo marino y retrocede en el verano... puedes verla latiendo, realmente latiendo. Y la corriente subantártica se mueve alrededor del planeta como un sistema circulatorio. Probablemente tenga un papel importante en el control del cambio climático”. “ntonces es muy importante entender y predecir, pero también es muy importante preservar”, agrega.
“La Antártida no está tan aislada como pensamos”, explica Leppe al hablar de otras amenazas. “Los microplásticos están comenzando a ser un gran, gran problema en la Antártida. Están en todas partes... los hemos detectados en todos los ambientes. Los hemos detectado en los huevos de los pingüinos, por ejemplo”.
“Lo que producimos en el resto del mundo está llegando a la Antártida y esta naturaleza, que parece inmaculada, en realidad recibe el impacto de los seres humanos a través de los microplásticos”, afirma el experto. “Cuando tienes un continente que regula el clima de todo el mundo con estas teleconexiones, claro que debes prestar atención”.
DS