En cinco años aumentó el consumo nocivo de alcohol en las Américas, según advirtió un informe de la Organización Panamericana de la Salud presentado esta semana. El porcentaje de bebedores hombres que tienen consumos episódicos fuertes de alcohol –es decir, que han consumido cuatro o cinco bebidas alcohólicas al menos en una ocasión en los últimos treinta días– pasó del 18% a casi el 30% entre 2005 y 2010, y aumentó del 4,6% al 13% entre las mujeres.
En la región, uno de cada cinco bebedores (22%) practica episodios de consumo alcohólico excesivo, un porcentaje seis puntos superior al promedio global (16%).
América tiene el segundo consumo anual más alto per cápita de alcohol, después de Europa. En este sentido, el informe precisa que los países con las tasas más altas son Granada (12,5 litros), Saint Lucia (10,4), Canadá (10,2), Chile (9,6), Argentina (9,3), y Estados Unidos (9,2).
El ranking en América Latina lo lidera Chile, donde existe un consumo anual per cápita de 9,6 litros de alcohol, seguido por Argentina con 9,3. Según el informe las argentinas consumen 5,2 litros, y los argentinos, 13,6.
“El aumento del consumo problemático de alcohol puede adjudicarse a la alta disponibilidad del alcohol en los países de nuestra región, su bajo precio y la gran promoción y publicidad de estas bebidas”, afirmó Maristela Monteiro, asesora principal en abuso de sustancias y alcohol de la OPS/OMS. “Cualquier consumo de alcohol tiene un riesgo para la salud”, alertó, y agregó que “el consumo frecuente puede llevar a la dependencia”.
Riesgos. Se estima que alrededor del 6% de los habitantes de la región padece algún trastorno relacionado con la ingesta de bebidas alcohólicas. En las Américas, el uso nocivo de alcohol contribuyó con la muerte de alrededor de 300 mil personas en 2012, de las cuales, más de 80 mil no habrían fallecido si no hubiese intermediado el alcohol. Asimismo, dicho consumo se asocia a más de 200 enfermedades y lesiones, incluyendo la cirrosis hepática y algunos tipos de cáncer. También hace que las personas sean más susceptibles y menos adherentes al tratamiento de enfermedades infecciosas como el VIH y la tuberculosis, y es, además, el principal factor de riesgo de muerte en adolescentes.
El informe de la OPS apunta a contribuir a la formulación de políticas para reducir la ingesta nociva de alcohol. Entre estas medidas figuran el aumento de los impuestos al alcohol, la imposición de una edad mínima para la compra y venta y para el consumo de bebidas alcohólicas, restricciones en los horarios y locales de venta, y la regulación de su comercialización.
“La región de las Américas tiene una larga tradición de producción y consumo de alcohol, por la cual ha pagado un alto costo en salud, recursos y productividad”, aseveró Anselm Hennis, director del Departamento de Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OPS. “Este costo seguirá aumentando si no se adoptan medidas eficaces para promover, proteger y mejorar la salud y el bienestar de todos los ciudadanos por encima de los intereses comerciales”, concluyó.