CIENCIA
A 50 años de la llegada del hombre a la Luna

De la Luna a Marte

Las misiones tripuladas al satélite son posibles mientras que una misión con astronautas al planeta rojo es mucho más larga y complicada.

Jorge Vago- ESA
El ingeniero argentino Jorge Vago, responsable científico de la misión ExoMars | Gza: EZA

Cuando tenía seis años, mis padres me regalaron un libro sobre las misiones de NASA, que debió haber sido poco tiempo después del aterrizaje de Apolo 11. De esa misión no tengo recuerdos, mis padres me contaron que estábamos en viaje en auto, volviendo a Rosario, que el tráfico empezó a bajar de velocidad, y que cuando la radio anunció el alunizaje, todos los autos se detuvieron y tocaron bocina. Me acuerdo de otros alunizajes, en blanco y negro, y de leer todo lo que podía sobre las misiones, que fueron fuentes de inspiración para mi carrera.

La Luna es el objetivo espacial más cercano y más fácil de alcanzar. Es difícil pensar cómo pasar de misiones estilo Apolo, donde el objetivo era más bien geopolítico/ científico con un número reducido de astronautas, a un acceso más habitual, con más gente. Una base con varias decenas de personas permitiría explorar muchos aspectos de la vida en el espacio e investigar recursos en la Luna. En un futuro, quizás no muy lejano, alguien podría desarrollar un complejo turístico/deportivo. Además, la baja gravedad permitiría desarrollar toda una nueva serie de deportes espectaculares, como el vuelo humano, o acrobacias.

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Por otra parte, vivir en la Luna comporta la necesidad de poder protegerse contra la radiación cósmica y contra tempestades de partículas provenientes del sol. En este momento no tenemos una manera fácil de lograr esto. Los astronautas de las misiones Apolo corrían un cierto riesgo cada vez que dejaban la protección del campo magnético terrestre en su trayectoria hacia y desde la Luna.

Respecto de si la instalación en la Luna podría facilitar las misiones a Marte, hay ciertos aspectos de vivir en la Luna y Marte que son comunes como la necesidad de protegerse de la radiación cósmica y el desafío de producir aire, comida, agua, energía, y combustible in situ para poder abastecer la base. Sin embargo, hay otros que son totalmente diferentes. Por ejemplo, aterrizar en la Luna es mucho más fácil que en Marte. La Luna tiene gravedad más baja y no tiene atmósfera. Todo se puede hacer con un sistema de propulsión relativamente simple. Marte tiene gravedad más alta y suficiente atmósfera para necesitar paracaídas pero no bastante para poder eliminar retro-cohetes (como en el caso de la Tierra). Por otra parte, Marte es más interesante desde el punto de vista geológico ya que ha tenido una historia mucho más parecida a la de nuestro planeta.

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Creo que misiones tripuladas a la Luna son posibles con las tecnologías y presupuestos actuales mientras que una misión con astronautas a Marte es mucho más larga y complicada. Una vez que haya la decisión político/programática, las agencias espaciales grandes podrían poner astronautas en la Luna en unos diez años. Para ir a Marte, tenemos que desarrollar toda una serie de tecnologías. Se necesitan por lo menos 25 años de esfuerzo continúo, a lo largo de varios períodos de gobierno. Esto lo hace bastante más improbable.

* Ingeniero argentino. Responsable científico de la misión ExoMars de la Agencia Espacial Europea (ESA) que tiene el objetivo de estudiar el planeta Marte