Olvidarse cada mes de comprar toallitas y tampones, del dolor de ovarios, de consultar el calendario para que un sangrado inoportuno no arruine los planes... Cada vez son más las mujeres que, en plena edad fértil, deciden no menstruar gracias a la disponibilidad de una nueva generación de anticonceptivos hormonales.
En forma de píldora, DIU o implante subdérmico, estos métodos tienen un efecto que va más allá de la planificación familiar: con ellos se disminuye la regla o, directamente, se elimina. Si antes azafatas o bailarinas demandaban estas opciones por una cuestión laboral, hoy lo buscan mujeres de cualquier profesión, principalmente entre los 20 y 40 años, por comodidad: para evitar el síndrome premenstrual y los sangrados excesivos.
“La mayoría de mujeres que toman la píldora ignoran que no menstrúan sino que se produce un sangrado por deprivación, que es artificial. Con los nuevos anticonceptivos que tienen baja dosis hormonal, con estrógenos más naturales, las pacientes no llegan a formar el endometrio y no deprivan. Lo mismo con los métodos progestágenos. Esto no trae complicaciones a la salud, no afecta la fertilidad. Cuando dejan de tomar los anticonceptivos, vuelven a menstruar normalmente”, explicó Marisa Labovsky, vicepresidenta de la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil.
Tendencia. La “píldora sin regla” es algo que los médicos ginecólogos vienen utilizando desde años atrás: se sabe que, con tomar de manera ininterrumpida las pastillas, sin descansos (placebos), se evita el período. Muchas mujeres lo hacen para evitar, por ejemplo, que les coincida con un viaje o una entrevista de trabajo. Pero ahora existen presentaciones comerciales: está disponible en Argentina una pastilla anticonceptiva de uso constante que comercializa Elea (Femexin MD) y se sabe que Bayer está por lanzar un producto similar que permite planificar el ciclo menstrual.
“Intentar anticoncepción mediante métodos que promuevan la disminución notable del sangrado o lo eliminen es la tendencia actual en métodos anticonceptivos”, sostuvo Silvia Ciarmatori, presidenta de la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción. “La idea de la menstruación, de tenerla todos los ciclos, es algo que está muy arraigado en la cultura: si la mujer menstrúa todos los meses, es sana. Pero la realidad es que esto no es así. La mujer no va a ser más o menos sana si menstrúa todos los meses. Al contrario, el hecho de tener el período cada 28 días, en los casos que es muy abundante, puede tener consecuencias en la salud”, afirmó la especialista.
Si elegir no menstruar no tiene contraindicaciones más allá de las que presenta tomar un anticonceptivo oral, ¿qué pasa en la psiquis de las mujeres? ¿Repercute en su identidad? “Para muchas mujeres el hecho de no menstruar es algo que va en contra de la naturaleza y creen que eso les puede quitar feminidad. Para mí, la feminidad no está en sangrar o no sangrar todos los meses. Estoy convencida de que no hacerlo es mucho más cómodo y en algunos casos, como las pacientes que sufren de endometriosis o tienen tendencia a la anemia, puede resultar muy beneficioso”, opinó Ciarmatori.
Para Labovsky, algunas mujeres tienen miedo a la idea de quedarse sin menstruación. Pero una vez se les informan que no tiene repercusiones negativas y se les explica que pueden eliminar problemas de sangrado excesivo o el síndrome premenstrual, se muestran favorables. “Entienden que es más cómodo, no cumple ninguna función y es más económico”. Así todo la cuestión cultural persiste: en la web ya hay movimientos que reivindican la menstruación “como parte de la esencia femenina”.