El año 2019 terminará el 31 de diciembre y dejará atrás una década "de excepcional" calor a nivel global y de altos impactos causados por eventos meteorológicos extremos, según informó el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, en el marco de la XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU que se celebra en Madrid (COP25). "El cambio climático está provocando efectos devastadores", advirtió.
Taalas aseguró que se registró un retroceso récord del hielo y los niveles del nivel del mar aumentaron a consecuencia del aumento de los gases de efecto invernadero y la actividad humana. Además, explicó que el informe concluye que la media de las temperaturas del último lustro (2015-2019) y de los últimos diez años (2010-2019) fueron los más calurosos de la historia y se sitúan como periodos récord.
En ese sentido, precisó que el actual año 2019 es el segundo de los tres años récord de temperaturas, según la OMM en su informe 'Estado del Clima Global', que Taalas y que concluye que la temperatura global entre enero y octubre del presente año fue en torno a 1,1ºC superior (con un margen de +-0,1ºC) a las temperaturas de la etapa preindustrial, entre 1850 y 1900.
Cada década fue más cálida que la anterior
Las medias del último lustro y de los últimos diez años son, respectivamente las más calurosas y la OMM añade además que desde el año 1980, cada década sucesiva fue más cálida que la anterior. A poco menos de un mes para que termine el año 2019 se espera que este será el segundo de los tres años más cálidos de la historia, por detrás de 2016, que comenzó con un fuerte y excepcional fenómeno de El Niño, y que sigue siendo el año más cálido.
Por zonas, Taalas explicó que amplias áreas del Ártico fueron "inusualmente" cálidas en 2019 y que la mayoría de las zonas del planeta fueron más calurosas que la década anterior, incluidas regiones como Suramérica, Europa, África, Asia y Oceanía. Pero además, Alaska, en Estados Unidos esta última década fue también "excepcionalmente cálida", al contrario que el resto de Norteamérica, donde fue más fría que la media reciente.
El informe refleja además que el nivel del mar también observa una aceleración en su ritmo de subida, de acuerdo con los datos de altimetría satelital, que advierte de que la tasa de subida ha aumentado, en parte debido al derretimiento de grandes bloques de hielo en Groenlandia y en la Antártida.
Así, en octubre de 2019, el nivel global del mar alcanzó un nuevo récord desde que se empezaron a medir con alta precisión estos niveles en 1993. Más del 90 por ciento del exceso de energía acumulada en el sistema climático es el resultado del incremento de las concentraciones de gases de efecto invernadero que van al océano. En 2019, el calor del océano también volvió a rozar o superar los anteriores récord -en función de la altura-, que ya habían sido alcanzados el año anterior, en 2018.
Datos de satélite revelan que la temperatura de la superficie del mar puede medir olas de calor marinas. De ese modo, en 2019, el océano tuvo un mes y medio de temperaturas cálidas "inusuales" y el 38 por ciento de estas olas marinas fueron clasificadas de "fuertes" y otro 28 por ciento, de "moderadas". Incluso en el noreste del Pacífico, amplias zonas llegaron a registrar olas de calor marinas de la categoría "severa".
Otro de los efectos que el cambio climático están provocando a escala global es que se mantiene el declive del hielo marino del Ártico en 2019. En cuanto a la superficie de hielo en la Antártica, que crecía poco a poco hasta 2016, a partir de ese año su crecimiento fue interrumpido y desde entonces se mantuvo en niveles relativamente bajos, según el informe difundido por EuropaPress.
"Altos impactos meteorológicos"
En cuanto a los impactos meteorológicos en 2019, la OMM destaca las "anormalmente altas" precipitaciones registradas en el centro de Estados Unidos, el noreste de Canadá, el noreste de Rusia y el suroeste de Asia. Solo en Estados Unidos la media de lluvias de los últimos doce meses entre julio de 2018 y junio de 2019 fue de 962 litros por metro cuadrado, un nuevo récord.
En la época de lluvias el Monzón en India registró un déficit de precipitaciones en junio y un exceso de lluvias en los meses siguientes y las condiciones muy húmedas en Sudamérica llegaron en enero, donde se registraron grandes inundaciones en el noreste de Argentina, Uruguay y el sureste de Brasil que provocaron unas pérdidas en Argentina y Uruguay estimadas en 2.500 millones de dólares.
Irán fue afectada gravemente por las inundaciones a final de marzo y principios de abril y las inundaciones también llegaron a áreas muy afectadas por la sequía en el este de África en octubre.
Por el contrario, la sequía afectó a numerosas zonas de Asia y el Pacífico en 2019 y las condiciones de sequía prolongada siguieron en el este de Australia desde 2017 y 2018 y se intensificaron en 2019. De hecho, entre enero y octubre, Australia en su conjunto tuvo el periodo más seco de su historia desde 1902. Las condiciones de sequía afectaron también a América central hasta que llegaron las lluvias intensas en octubre y Chile también registró con un año excepcionalmente seco.
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Olas de calor
En cuanto a las olas de calor, la mayor de 2019 tuvo lugar en Europa, entre finales de junio y finales de julio y dejó una temperatura nunca antes alcanzada en Francia, con 46ºC, casi 2ºC (1,9ºC) más alta que su anterior récord. También en Alemania, con 42.6ºC; Países Bajos, con 40,7°C; Bélgica, 41,8ºC; Luxemburgo, 40,8ºC y Reino Unido, con 38,7ºC superaron sus anteriores récord. Incluso en los países nórdicos, se llegó a temperaturas nunca antes alcanzadas, con 33,2ºC el 28 de julio en Helsinki.
El informe del Estado del Clima 2019 resume también los efectos que dejaron los 66 ciclones tropicales como Dorian y los 27 ciclones en el hemisferio sur, como Idai que afectó a Mozambique, Zimbabue y Malawi donde dejó una gran devastación. Las olas de calor también provocaron su impacto en Japón, donde en julio murieron cien personas y 18.000 fueron hospitalizadas. La ola de calor en Europa también dejó efectos significativos, con cerca de 3.000 muertes asociados al calor extremo durante el verano, solo en los Países Bajos.
D.S.