Una semana después de que el ciclón Idai azotó el sur de África, aún había inundaciones el jueves debido a que las fuertes lluvias provocaron el desborde de una presa en Zimbabue, poniendo en riesgo a las poblaciones ribereñas. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estimó que el ciclón pasará a la historia como el "peor desastre meteorológico en el hemisferio Sur". La cifra confirmada de fallecimientos en Zimbabue, y las vecinas Mozambique y Malawi, superó las 500 personas, y se teme que haya cientos de decesos más en pueblos y aldeas que quedaron completamente sumergidos.
Las agencias de ayuda y varios gobiernos continuaron acelerando sus despliegues, aunque el servicio de helicópteros era insuficiente para asistir a los cientos de miles de personas que tuvieron que desplazarse por la tormenta. El portavoz Herve Verhoosel del Programa Mundial de Alimentos informó a los reporteros en Ginebra de la “alarmante noticia” de que la presa Marowanyati en Zimbabue se vio afectada por los torrenciales aguaceros de la noche, poniendo en riesgo a los poblados de la región según la Organización Meteorológica Mundial.
El ministerio de Defensa de Zimbabue informó que más de 120 cuerpos habían sido arrastrados por las aguas al vecino Mozambique, donde los residentes los sepultaron, y se continúan recuperando restos en ríos, por lo que la cifra oficial de muertos en el país se incrementó a por lo menos 259. “La mayoría de los cuerpos fueron arrastrados hacia Mozambique, y como estaban en muy mal estado, no pudieron conservarlos”, informó el ministro de Defensa, Oppah Muchingur, desde la ciudad oriental de Mutare. “Así que optaron por enterrarlos”.
La situación empeora en las afueras de la ciudad. Los centros de distribución de alimentos están hacinados. Los aldeanos son expulsados de sus casas y quedan varados en las carreteras, donde han establecido refugios improvisados con los materiales que pueden encontrar.
El ministro ambiental de Mozambique, Celso Correia, quien encabeza el equipo de respuesta gubernamental, dijo este jueves desde Beira que el número de muertos en su país es de 242, con al menos 142 lesionados y una cifra no revelada de desaparecidos. “No hay que crear pánico”, pidió Correa a los funcionarios del gobierno a medida que siguen llegando actualizaciones de la devastación. Señaló que más de 65.000 personas han sido puestas a salvo por las cuadrillas de rescate que las recogieron de techos y árboles, y que más de 182.000 resultaron afectadas por las inundaciones.
Difíciles tareas de rescate y entrega de ayuda
En algunas zonas, las aguas se han retirado parcialmente y las personas atrapadas en las aldeas inundadas por fin han logrado salir. Los sobrevivientes cuentan sus historias: algunos quedaron encerrados en sus casas y otros fueron expulsados y necesitan refugio. Muchos de ellos mostraron su enojo por la lentitud de los esfuerzos de rescate. Junto con los helicópteros, se utilizaron botes para las maniobras de asistencia, que aún no parecen ser suficientes. Pero lo que más se necesita es comida, ropa y refugio, que aún no ha llegado para todos, a pesar del creciente esfuerzo de rescate internacional centrado en Beira, una ciudad portuaria de Mozambique.
"Estamos preparados para ayudar y darle apoyo urgente al Gobierno para salvar a la población afectada, con agua potable, saneamiento y atención médica. Tenemos lonas, kits de higiene y tabletas de potabilización del agua y podemos entregarlos ya", declaró el representante de UNICEF en Mozambique, Marcoluigi Corsi. De las 600.000 personas que requieren asistencia, muchas están en situación delicada, luchando por sus vidas. Como respuesta, algunas agencias de la ONU y las autoridades de Mozambique evalúan construir dos áreas de recepción masivas para acomodar a 400.000 evacuados.
Aunque aún se desconoce el impacto total del ciclón, ha destruido escuelas, hogares y centros de salud, y dañado las infraestructuras de agua y saneamiento, lo que aumentaría el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua. "El ciclón Idai solo trae más sufrimiento para las familias. Muchos niños han perdido sus hogares, sus escuelas, hospitales e incluso seres queridos y amigos. Estamos trabajando con los gobiernos y nuestros aliados humanitarios en los tres países para atender las necesidades más urgentes", señaló Leila Pakkala, directora regional de UNICEF para África Oriental y Meridional.
La situación es incierta todavía y sólo cuando las aguas terminen de retroceder se podrá calcular el daño final de la terrible catástrofe y Mozambique fue el país más afectado. El peor desastre natural de la historia reciente de este país sucedió en el año 2000, pero el actual podría ser incluso peor. Casas, carreteras y postes de teléfono quedaron totalmente cubiertos por el agua. Los ejércitos de Mozambique y de Sudáfrica, junto a otras organizaciones, están trabajando para rescatar a personas desde el aire. Se dificulta que lleguen a la región provisiones y equipos de ayuda, ya que las carreteras y los puentes están destruidos o tienen enormes hoyos que impiden el paso.
M.D.L./ D.S.