Imagine en 2016 el kirchnerismo fuera del poder y que la posta de C5N o CN23 y todos los medios de Cristóbal López y Szpolski es continuada nada menos que por Vladimir Putin con su canal Russia Today. Imagine que además incorpora todas las producciones de Gvirtz en la TV Pública y Canal 9, o sea los periodistas y comentaristas de 6, 7, 8 y Duro de domar, y hasta Víctor Hugo y Maradona, se integran a una programación argentina del canal Russia Today financiada con los fondos –ahora– del Estado ruso.
Algo así es lo que viene sucediendo en Inglaterra y Estados Unidos, donde la versión en inglés de Russia Today (hay otra en español y otra en árabe) produce todo su prime time localmente, y además de noticias, programas de debate y entrevistas, hay deportes, el tiempo, servicios de interés general y le compite de igual a igual a la BBC y a la CNN (el año pasado, el ex CNN Larry King pasó a Russia Today).
Russia Today comenzó en 2005, durante la presidencia del actual primer ministro de Putin, Dmitri Medvedev, bajo el formato de un canal oficial, como podría ser en otra época Radio Moscú: defensivo e inofensivo. Pero a partir de que Putin decidió embarcarse en una política internacional más agresiva invadiendo parte de Georgia y anexando la provincia de Ossetia en 2008 y Crimea en Ucrania, recientemente, Russia Today pasó a tener un subsidio de 380 millones de dólares anuales y producir localmente contratando periodistas de cada país con los mejores equipos y logísticas de esos mercados.
Hoy, con 22 satélites, alcanzó una cobertura de 700 millones de hogares en más de cien países y fue el primer canal de noticias en superar un billón de views en YouTube.
El núcleo duro de su audiencia lo componen jóvenes y no tan jóvenes antisistema en EE.UU. y antinorteamericanos en el resto del mundo. Sus coberturas ponen especial interés en las manifestaciones “antipaquetes de austeridad” en Londres o temas que los medios tradicionales minimizan, como el movimiento Ocupa Wall Street o las nuevas revelaciones de WikyLeaks.
Irónicamente, la revista inglesa The Spectator sostiene que lo que Russia Today no cubre es precisamente lo que pasa en “Rusia Hoy”, donde la crisis económica es mucho mayor que en Occidente. Y se queja de los reportes financieros que con ácido humor hace el “anarquista provocador” de Max Keiser, quien antes trabajó en BBC News.
No sólo tiene una audiencia más joven e inconformista sino que, al dar trabajo a más de 2 mil profesionales de la comunicación fuera de Rusia y pagar muy buenos sueldos, Russia Today se convirtió en el primer empleador audiovisual para jóvenes periodistas que, salidos de las universidades del Primer Mundo, el único otro trabajo que conseguirían serían pasantías gratuitas en los grandes medios que están reduciendo su personal.
The Spectator reconoce que los periodistas que trabajan en los medios profesionales tradicionales, aunque se preocupan de cumplir protocolos sobre la confirmación de las noticias y verificación de fuentes, no pocas veces también tienen visiones sesgadas pero éstas son generalmente inconscientes y nunca llegan al cinismo del director periodístico de Russia Today quien dijo: “No existe tal cosa llamada periodismo objetivo” (entrevistado para el libro que en inglés lleva el nombre cuya traducción equivale a “Nada es verdad, todo es posible”, de Peter Pomerantsev). Conceptos similares al periodismo militante en Argentina.
Cuando Rusia invadió Georgia, Russia Today acusó de genocidio a los georgianos. Cuando se produjo el conflicto de Crimea, Russia Today acusó al gobierno de Ucrania de neofascista y de querer producir una limpieza racial. Y cuando Estados Unidos culpó a Rusia de derribar el avión de Malasia Airlines en Ucrania, Russia Today acusó a Estados Unidos de promover la propagación del Ebola.
Pero no todo en Russia Today es mentira, también tiene periodismo de calidad y notas genuinas sin propaganda, lo que lo hace más peligroso porque un constante abuso de intervención ideológica (error en el que, en Argentina, caen tanto los medios oficialistas como algunos opositores) alerta a la audiencia sobre que los contenidos están manipulados, develando que no se trata de periodismo sino de propaganda.
Una campaña de publicidad de Russia Today en Londres muestra a Tony Blair abogando por la guerra contra Irak que con el tiempo se convirtió en un fiasco, con una frase que dice: “Esto es lo que pasa cuando no se cuenta con una segunda opinión”. Esa segunda opinión es el punto de vista de Rusia sobre el mundo, que en gran medida es el punto de vista de Putin, quien se ha convertido en el hombre más poderoso del planeta. El presidente de China, una vez que cumple su mandato, se va a su casa y ni siquiera vuelve a aparecer en los medios, el de los Estados Unidos tiene un buen pasar dando conferencias pero tampoco puede volver a conducir su país, mientras que Putin logró establecer un sistema de alternancia entre la presidencia y ser primer ministro que le permite continuar en el poder casi indefinidamente.
Epílogo. La idea de un Russia Today K en Argentina suena disparatada pero sirve para hacernos reflexionar sobre cómo, en varios aspectos, Rusia es la Argentina de Asia. El rublo se devaluó aún más que el peso este año. En abril, un dólar costaba 30 rublos y hoy cuesta prácticamente el doble: 58. Más o menos en la misma proporción que bajó el precio del petróleo, que en junio costaba 115 dólares el barril y ahora cuesta 59. En 2008, el petróleo había llegado a 145 dólares el barril, financiando el renacer expansionista ruso y las reelecciones de Putin. Salvando las distancias, el petróleo para Rusia fue la soja para Argentina.