COLUMNISTAS
River, tras el no de Ramon

Ahora viene lo más difícil

Ramón Díaz no cumplió con las operaciones y vaticinios periodísticos. Se quedó en San Lorenzo y no fue a River, como querían los que aún sostienen a José María Aguilar, el atribulado presidente millonario.

1107fucks
|

Ramón Díaz no cumplió con las operaciones y vaticinios periodísticos. Se quedó en San Lorenzo y no fue a River, como querían los que aún sostienen a José María Aguilar, el atribulado presidente millonario. En San Lorenzo todo recuperó su ritmo normal.
En River, en cambio, Aguilar, su adlátere Mario Israel y el resto del oficialismo quedaron colgados del pincel, como habitualmente se dice. Algunos sostienen, incluso, que con un reto de Julio Grondona porque “jodieron (sic) a Savino”.
Pensaron en Francescoli dos veces. La primera fue antes que todos, cuando la silla que había dejado Passarella todavía estaba caliente. Pero el uruguayo dijo “no, gracias, estoy ocupado con mi empresa de televisión”. La segunda fue apenas Ramón Díaz dijo que se quedaba en San Lorenzo. Esta vez, dijo “no, gracias, pero les recomiendo a Carrasco y Alzamendi, juntos o separados”. Hay datos de una reunión de dirigentes riverplatenses con Paco Casal por Juan Ramón Carrasco (actual técnico del River uruguayo) y la chance de que Alzamendi llegue como ayudante. Está lejano, por ahora.
Pensaron en Carlos Bianchi…(sin comentarios)
Pensaron en Leonardo Astrada. El presidente de Colón, Germán Lerche, fue muy claro: “Con Astrada tenemos un proyecto de largo plazo y no vamos a apartarnos de él. Además, Leo nos dio su palabra y le creo”. Chau Astrada.
“¿Y Simeone?”, se le preguntó en Radio Continental al dirigente Héctor Cavallero. “Me encanta, ojalá podamos traerlo”, respondió. El contrato de Simeone con Estudiantes vence en junio de 2008. Aunque el Cholo podría no seguir más allá de diciembre, si es que el club de La Plata no se aviene a traer cuatro refuerzos de categoría y asegurarse el concurso de Sebastián Domínguez, zaguero que pertenece a la empresa IMG (la que regentea Corinthians) y cuyo pase vale tres millones de dólares. Simeone también quiere una buena resolución de la situación de Verón, cuyos conflictos con la dirigencia y una importante oferta de Estados Unidos podrían derivar en su salida. Si Simeone no tiene los jugadores que quiere para afrontar la Libertadores y el Clausura 2008, deja Estudiantes.
Aun así, nada indica que el Cholo vaya a aceptar un hipotético ofrecimiento de River, al menos en lo inmediato. Conoce la interna del club (tiene a un hijo en la escuela de fútbol riverplatense) y, aunque lo oculta bajo siete llaves, sabe que es el primer candidato a suceder a Alfio Basile en la Selección.
Américo Gallego es un eterno candidato a dirigir a River. Alguien lo llamó, pero, por ahora, está, y cómodo, en los Tigres de Monterrey de México y no piensa volver a la Argentina.
El otro apellido que da vueltas es el de Borghi. En su caso, no hay plafón, lo que en buen criollo se traduce como consenso, para darle el cargo.
El hecho de que Aguilar haya ido a buscar a Ramón Díaz –el último técnico con el que hubiese querido sentarse a conversar– habla de que no hay proyecto, de que sólo quiere apagar un incendio que no deja de propagarse. Aunque lo nieguen, la oferta que le hicieron fue exorbitante, una cantidad obscena que River no hubiese podido pagar de ninguna manera. En todo caso, iban a deberle también a Ramón.
Passarella, por ejemplo, pasó esta semana por el club para cobrar su deuda (todo 2007), pero apenas logró que se la documentaran en seis cheques que el Gran Capitán podrá cobrar entre enero y junio de 2008. El tema es cómo van a pagarles a los jugadores, a quienes también se les deben casi un año entre primas y premios. La mayoría se quiere ir, porque en River parece ser la única manera de cobrar la deuda o bien juntarse con una plata que les haga la diferencia. La mecánica es venderlos y exigirles la condonación de la deuda, bajo amenaza de que sus pases se caigan. Y el jugador, seguramente abrumado por el insoportable día a día del club, aceptará. De esa manera, los principales dirigentes disponen de abultadas sumas cuyo destino final es un misterio insondable.
En este contexto, la dirigencia millonaria tuvo el tupé de ofrecerle una fortuna a un técnico que al presidente le genera escozor. En junio-julio 2002, Aguilar (otro Aguilar, sin contaminación “afista”) prescindió de Ramón Díaz porque “del plantel, sólo tenía diálogo con Comizzo y Celso Ayala”. Tuvo razón por entonces. Eligió a Manuel Pellegrini como pieza clave de un proyecto y le fue bien. Pellegrini salió campeón local y perdió la Copa Sudamericana en la final. En San Lorenzo, Ramón Díaz progresó en su relación con los jugadores –Rambert, su ayudante, y el PF Oscar Dean fueron decisivos en este sentido– pero Aguilar descree de su capacidad. Aún hoy.

No seamos tan ingenuos de tragarnos que Ramón Díaz se quedó en San Lorenzo sólo por la palabra. Le dieron más plata, lo convenció un amigo, Marcelo Tinelli hizo lo suyo desde lo psicológico, aunque no termine de digerirlo. Pero hay otra realidad: Aguilar también respira aliviado porque lo suyo, después de todo, fue una movida para la tribuna. En ese contexto, que el Pelado no haya aceptado es su escenario ideal. “Fuimos a buscar a Ramón y nos dijo que no. Hicimos todo lo posible.”
Ahora tiene la coartada perfecta para buscar un entrenador que le guste. O que quiera meterse en el desquiciado e incumplidor Mundo River.
Esta es la parte más difícil.