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Panorama//que podemos esperar en 2008

Asia empuja; dudas en EE.UU.

El próximo será otro año de expansión en la economía mundial, a una tasa semejante a la de los últimos cinco (5% anual promedio), el nivel más alto, durante el período más prolongado, de las últimas cuatro décadas.

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El próximo será otro año de expansión en la economía mundial, a una tasa semejante a la de los últimos cinco (5% anual promedio), el nivel más alto, durante el período más prolongado, de las últimas cuatro décadas.
Todos los organismos financieros internacionales coinciden en esta apreciación (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Asiático de Desarrollo).
El Banco Asiático de Desarrollo prevé, incluso, que la región Asia-Pacífico tendrá una tasa de crecimiento superior a la de 2007 (8,8%), arrastrada por el auge de China –que este año creció 11,6%– e India –que se expandió 9,4%–. Ambos países, que sumados representan 42% de la población mundial, tendrían en 2008 una performance similar o superior a la de este año.
Con eje en China, el Asia-Pacífico crece en forma cada vez más integrada. Más de 2/3 de las importaciones chinas son bienes de equipo y de capital provenientes de la región asiática.
Un nivel semejante de sus exportaciones son bienes industriales ensamblados en su territorio con partes y piezas provenientes de todos los países asiáticos. Por eso, el crecimiento de su comercio internacional es sinónimo de expansión asiática. En los últimos siete años (2000-2007), no es el comercio el que arrastra las inversiones entre China y la región asiática, sino que ahora son las inversiones las que arrastran al comercio.
El principal mercado para las exportaciones japonesas no es más Estados Unidos, sino China: si se le suma Hong Kong, lo que Japón exporta al mercado chino es más de un tercio superior a lo que vende a EE.UU. Japón es el principal inversor extranjero en China. La IED japonesa supera los 80.000 millones de dólares, y tiende al traslado masivo de la industria nipona al territorio de la República Popular.
En 2008 se acentuaría –encabezada por la región asiática– el punto histórico de inflexión que tuvo lugar hace dos años, cuando el producto combinado de 28 países emergentes representó más de la mitad del PBI mundial.
También se profundizaría el próximo año la participación asiática en el crecimiento de la economía mundial, que en 2007 representó más del 50% del auge global.
La incertidumbre respecto a 2008 es la economía de EE.UU. Dos fuerzas pujan allí. La construcción de nuevas viviendas cayó 20,6% en el tercer trimestre del año, la mayor disminución en dos décadas. La caída de la construcción generó una gigantesca contracción financiera, con pérdidas que superan los 300.000 millones de dólares.
La Reserva Federal estima que el PBI norteamericano disminuyó al menos un punto porcentual en los últimos 12 meses.
En estas condiciones, el PBI creció 4,9% entre julio y septiembre, el mayor nivel en 24 meses, y la productividad aumentó 6,9%, récord en cinco años. Las exportaciones crecieron 18,9%, el doble que el promedio mundial. El sector exportador y el de las empresas transnacionales es 42% del PBI en EE.UU.; y la productividad multiplicó allí por cuatro el promedio nacional (26%).
La construcción es 5% del PBI estadounidense; el consumo, 70% del total. En el último trimestre del año, el consumo individual habría crecido 3%. Implica que el nivel de consumo se mantiene a pesar del derrumbe de la construcción y la consiguiente contracción financiera.
Frente al enorme freno que representa para la economía estadounidense el derrumbe inmobiliario y de la construcción, otra fuerza actúa y la contrarresta, de afuera hacia adentro: es la potencia de la economía mundial en su quinto año de expansión. Si las exportaciones aumentaron 18,9% en el tercer trimestre, las ventas a China crecieron 40% en ese período.
El primer martes de noviembre de 2008, EE.UU. elegirá presidente, renovará la totalidad de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 32 de los 50 gobernadores.
Las tendencias de la opinión pública llevan a un demócrata a la Casa Blanca a partir de enero de 2009. Hace cinco años, EE.UU. estaba dividido en partes iguales en cuanto a identificación partidaria. Los demócratas llevan hoy 15 puntos de ventaja sobre los republicanos (50%/35%).
Hasta octubre de 2007, los candidatos demócratas recaudaron un 70% más de fondos que sus rivales republicanos.
Hillary Clinton lleva una ventaja de 20 puntos o más sobre su más cercano rival en las filas demócratas, Barack Obama. Hillary representa la corriente demócrata (New Democratic Council) que en los 90 llevó como abanderado al ex presidente Bill Clinton (1992-2000), alejada de los sindicatos (AFL-CIO) y volcada a la globalización. La precandidata ha evitado cuidadosamente asumir compromisos para retirar las tropas norteamericanas de Irak; tampoco ha descartado, al menos en hipótesis, la opción bélica frente al desafío nuclear iraní.
Todo indica que el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, será una de las figuras internacionales de mayor relevancia en 2008. El mandatario galo tendrá que llevar a cabo las reformas domésticas que ha proclamado: terminar con los regímenes especiales en la seguridad social, flexibilizar los contratos laborales, disminuir el peso de la burocracia y del gasto público y desregular la totalidad de los mercados.
También deberá superar la pérdida creciente de competitividad de la economía francesa, que crecerá sólo 2,8% en 2008. La agenda de transformación de Sarkozy incluye la reforma drástica del sistema universitario francés.
La regla en Francia, señaló De Gaulle, es que “los franceses prefieren hacer revoluciones en lugar de reformas, o para ser más estricto, hacen revoluciones para evitar hacer reformas”.
La agenda interna que intenta Sarkozy tendrá lugar cuando se cumplan 40 años de la revuelta estudiantil de mayo de 1968, que puso al borde del abismo el poder político del fundador de la Quinta República (1958-2008).
Rusia, España y Taiwán elegirán presidente en marzo de 2008. El mandatario que será ungido el 2 de marzo en la Federación Rusa, Dimitri Medvedev, ha sido designado por el actual presidente, Vladimir Putin, quien ocupará el cargo de primer ministro.
El protagonismo internacional de Rusia se acentuará en 2008. Su condición de segundo exportador mundial de petróleo, con un precio del barril que oscilará los 80 dólares en los próximos 12 meses –según estimación de la Agencia Internacional de Energía–, asegura a Rusia un estatus geopolítico aún mayor que el actual, con un peso creciente en las decisiones de las repúblicas no rusas de la ex Unión Soviética y en la Unión Europa, en primer lugar Alemania.
La reaparición de Rusia como gran potencia no implica un desafío a la condición hegemónica de EE.UU. Previsiblemente, Rusia ingresará en 2008 en la Organización Mundial del Comercio (OMC), con auspicio de Washington.
Las elecciones parlamentarias españolas tendrán lugar en marzo. El dato político central de España en los últimos cuatro años es el quiebre del consenso nacional que sirvió de sustento a la transición a partir de 1975 (Pacto de la Moncloa). La ruptura del consenso implicó una polarización creciente, al extremo de reclamar la derrota del adversario como condición del propio fortalecimiento.
El socialista José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del gobierno español, ha perdido más de 20 puntos en la opinión pública desde que asumió, el 17 de abril de 2004. La violencia del grupo separatista vasco ETA, la devolución de poderes a las regiones y las sucesivas guerras culturales contra el legado de la Guerra Civil (1936-1939) y el régimen de Franco (1939-1975) dividieron profundamente a los españoles y quebraron el sustento del poder político de los últimos 27 años.
Esta crisis tiene lugar cuando se impone un cambio de la misma envergadura que el de 1975-78 (muerte de Franco/nueva Constitución).
La productividad está entre las más bajas de Europa; el déficit de cuenta corriente, que revela su pérdida de competitividad internacional, es 8,8% del PBI, el mayor de la “zona euro”; y el crecimiento depende casi en su totalidad de la construcción y del consumo: de la tasa de interés. A partir de marzo de 2008, en España lo que está en juego no es el pasado sino el futuro.
En marzo se realizarán elecciones presidenciales en Taiwán. Las encuestas muestran en forma consistente la posibilidad de un triunfo del partido de la oposición, Kuomintang (KMT). Si eso ocurre, la reunificación de la isla con la República Popular China adquirirá un carácter prioritario.
Taiwán tiene 22 millones de habitantes, es la 13ª potencia comercial del mundo, posee reservas en el Banco Central de Taipei por 280.000 millones de dólares y es uno de los tres centros mundiales de la industria de alta tecnología (Sillicon Valley/Israel/Taiwán).
Si Taiwán se reunifica con China, mantendrá sus autoridades, dispondrá de sus propias fuerzas armadas, su estatus económico será el de una economía capitalista de mercado, pero que, a diferencia de Hong Kong (1997), no estará limitado a 50 años, sino que será sine die. La isla conservará una “presencia internacional” y uno de los vicepresidentes de la República Popular China será su mandatario o un representante.
Si el Kuomintang triunfa en marzo, es probable que en las Olimpíadas de Beijing 2008, a la diestra del presidente de la República Popular, Hu Jintao, tome asiento el nuevo mandatario taiwanés.