La BBC llevó adelante una pequeña encuesta para descubrir cuáles son los libros sobre los que los británicos mienten más, ya sea porque aseguran haberlos leído cuando no lo han hecho o porque, viceversa, los han leído pero se niegan a admitirlo. La encuesta se realizó con un grupo de dos mil personas con la excusa de la emisión, el domingo que viene, del último capítulo de Guerra y paz, basada en el libro de Tolstoi.
El método de sondeo es interesante y ejemplificador: se le pregunta al encuestado si ha leído tal o cual libro y luego se profundiza con una corta serie de preguntas que ningún verdadero lector podría dejar sin responder, obviedades que en muchos casos las versiones cinematográficas o televisivas basadas en esos libros en ocasiones pasan por alto. De hecho los tres libros sobre los que los británicos mienten más a menudo son aquellos grandes clásicos que es fácil simular que se han leído gracias a las versiones cinematográficas y televisivas: Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll, seguido por 1984, de George Orwell y por la trilogía El señor de los anillos, de J.R.R. Tolkien. Siguen algunos clásicos rusos, británicos y estadounidenses, mientras que en el puesto 16 aparece Cincuenta sombras de Grey, de E.L. James, que muchos en la encuesta admitieron haber leído, pero de no revelarlo jamás en público.
A los entrevistados, en todos los casos, se le preguntó por qué habían mentido. El 60% dijo que de ese modo quería parecer más interesante y para no quedar afuera en las charlas entre amigos o conocidos sobre el tema. Los veinte libros sobre los que los británicos mienten más son, además de los tres ya citados: Guerra y paz, de Tolstoi; Anna Karenina, también de Tolstoi; Las aventuras de Sherlock Holmes, de Arthur Conan Doyle; Matar a un ruiseñor, de Harper Lee; David Copperfield, de Charles Dickens; Crimen y castigo, de Dostoyevski; Orgullo y prejuicio, de Jane Austen; Casa desolada, otra de Dickens; Harry Potter (toda la serie), de J.K. Rowling; Grandes esperanzas, de Dickens; El diario de Anna Frank; Oliver Twist (es obvio que los británicos creen que es menester leer a Dickens); Cincuentas sombras de Grey, de E.L. James; Diez negritos, de Agatha Christie; El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald; Trampa 22; de Joseph Heller y El cazador oculto, de Salinger.
Las versiones cinematográficas y las series de televisión inspiradas en los clásicos, contra toda previsión, parecen fomentar la lectura: el 44% de los encuestados dijo que por lo general al ver una película les dieron ganas de leer el libro. En este caso los encuestadores no disponían de demasiados elementos que los llevaran a confirmar si en este caso no les estaban mintiendo. Admiten que eso es cierto, porque son encuestadores, porque son británicos y porque trabajan para la BBC, pero creo que sobran razones para no creerles.