La presidenta Cristina Kirchner atrajo para sí la conflictiva situación en Aerolíneas Argentinas al ratificar que nombró ella y “no el Espíritu Santo” al joven titular de la empresa estatal, Mariano Recalde, y abrir un espinoso tema que puede volverse en contra de sus delegados en esa compañía: los sueldos pagados allí con el dinero de todos.
Es que, apretados por la Presidenta, los sindicalistas salieron rápidamente a negar que ganaran las cifras que ventiló Cristina y se preguntaron cuánto ganan Recalde y los jóvenes de La Cámpora que ocupan los cargos del alto escalón de Aerolíneas.
Según ya reveló el diario Perfil, Recalde ganó unos 70 mil pesos mensuales el año pasado, un salario que este año habría trepado a 90 mil pesos por mes.
La suma equivale a unos cuantos salarios mínimos, pero lo más grave es la falta de eficacia de la gestión juvenil: este año, en el que habían prometido que Aerolíneas quedaría saneada, terminará en el mejor de los casos con un déficit de 700 millones de dólares.
Si esa previsión se cumple, el presupuesto público habrá contribuido al agujero negro de Aerolíneas con 2.100 millones de dólares en los tres últimos años.
Mucho peor que eso es la aparente falta de estrategia de la compañía. Hasta hace poco, la Presidenta explicaba que el déficit de Aerolíneas se debía a que cubría ciudades alejadas de la Capital Federal pero, cuando se comprobó que esos costos representaban apenas el 5 por ciento del déficit total, los funcionarios salieron a decir que van a revisar las rutas a Europa, América del Norte y Australia, que son muy costosas. De ese modo, Aerolíneas se concentraría en el país y en la región aunque también pierde dinero en los vuelos a Lima y Bogotá.
Por otro lado, la Presidenta suele argumentar que todas las aerolíneas pierden dinero pero eso ha dejado de ser verdad: en 2010, las compañías de los países de la región, donde ya nadie defiende que haya una aerolínea de bandera, dieron ganancias, como LAN, Gol y Tam.
Otra más: los funcionarios se quejan de que hay siete sindicatos y acaban de otorgar la personería gremial a otro, sólo porque está en contra del gremio de los pilotos, sus antiguos aliados.
A diferencia de otros organismos y empresas del Estado donde falta eficacia y sobra personal bien remunerado, en Aerolíneas los errores se notan en el día a día; por ejemplo, en los atrasos de sus vuelos. Hay destinos a los que no puede partir a horario: tal vez Recalde crea que también en eso debe imitar a su dadora de trabajo.
*Periodista, autor de “Operación Primicia”.