Como se observa en el estudio la ventaja del espacio oficialista es notable, por 12 por ciento y esto se replica más allá de los candidatos que las fuerzas pongan en juego.
Se observa también claramente la hegemonía de ambas grandes coaliciones en volumen electoral a punto que juntas receptan 10 veces la intención de voto de otras alternativas de derecha e izquierda y esta tendencia a la concentración de votos en ambas coaliciones mayoritarias se ampliará a medida que decidan su intención de voto los indecisos, colectivo notable que aún hoy representan un 15% de la población bonaerense en condiciones de votar.
La perspectiva es que finalmente entre ambas coaliciones mayoritarias recepten casi el 90% de los votos válidos, por lo que la polarización signará la arquitectura electoral de estas elecciones de medio término, tal como viene sucediendo en el país desde hace ya más de un lustro.
La perspectiva es que las dos coaliciones mayoritarias concentren casi el 90% de los votos válidos
Queda así invalidada la tesis de tercera vía una vez más, y las fuerzas que corran por fuera de las dos grandes coaliciones solo deberán contentarse con volúmenes electorales muy inferiores a los proyectados por los analistas habituales en los medios que suelen encandilarse con “los nuevos actores” frente a la “vieja política”.
Con respecto a los indecisos, se trata fundamentalmente de segmentos medios y medios bajos donde la crisis socioeconómica golpea con fuerza y sin que se observe un horizonte de salida.
Estos segmentos medios y medios bajos son estratégicos y representan al 40% de la población ubicada entre el tercer y sexto decil de ingresos de la pirámide de estratificación social.
Son sectores que se apropian del 24% del ingreso total mientras que el 10% más rico toma hoy el 32% del ingreso total.
Segmentos muy castigados por la caída en el poder adquisitivo del salario que, junto a jubilaciones y pensiones, representa la modalidad dominante de ingresos de su grupo familiar junto a complementos de changas y cuentapropismo precario.
Alejados de los salarios por sobre el promedio general de la economía y sin beneficiarse de la saga de subsidios del Gobierno ni su trama clientelar, estos segmentos medios reiteramos descansan su ingreso básicamente en jubilaciones, pensiones y salario mínimo complementados por changas y son los más refractarios a ingresar en la polarización creciente y habitual que signa el comportamiento electoral en las últimas décadas.
En este universo de votantes indecisos las fronteras de los diferentes relatos son líquida y define su voto según las condiciones socioeconómicas que transitan y su memoria reciente del proceso de deterioro.
No es casual que no definan su voto puesto que sobre estos sectores opera aún la memoria reciente del descalabro macrista, tras cuatro años de gran daño social, eslabonado con la insatisfacción socioeconómica actual frente a una mejora prometida que no termina de llegar. Se “promete”, pero aún no se “realiza”.
De cómo definan estos segmentos su voto dependerá el resultado final de la elección, en particular será decisivo para marcar la distancia que el oficialismo actual obtenga sobre la coalición opositora, porque como se observa en este relevamiento de la estratégica Provincia de Buenos Aires, el triunfo de Frente de Todos sobre Juntos por el Cambio parece estar garantizado, aun faltando mucho tiempo relativo para las elecciones de noviembre.
*Director de Consultora Equis.