Un desafío en constante crecimiento que hoy tienen las democracias modernas, proviene de la fenomenal crisis ambiental existente; pues el deterioro del planeta, por lejano que parezca, tiene la potencia suficiente para afectar en forma directa el diseño estructural de un sistema político. Veamos:
1) La subida del nivel del mar, la erosión de las costas y las inundaciones están generando desplazamientos de poblaciones provocando una concentración urbana con altísimos índices de hacinamiento. Los denominados migrantes o refugiados ambientales crecen sostenidamente en todo el mundo ante la indiferencia de los Estados.
2) Los efectos negativos en la agricultura ya afectan la seguridad alimentaria. El descenso de las cosechas como consecuencia del cambio en las precipitaciones, las sequías y la desaparición de tierras cultivables está produciendo un incremento sostenido en el valor de los alimentos, desencadenando nuevos focos de conflicto y tensión social.
3) Fenómenos de calor extremo que ocasionan serios problemas de salubridad pública y alteración violenta de los climas sociales, sobre todo en las conglomeraciones urbanas, generando saltos cuantitativos en los índices de conflictividad urbana.
El futuro no es alentador, pues según la Organización Mundial de Meteorología el 2016 fue el año más caluroso desde que se tiene constancia, la cantidad de gases en la atmósfera alcanzó un nuevo máximo durante el año pasado superando al 2015, el cual, a su vez, también había superado la ya inédita temperatura del 2014. Es la primera vez desde que hay registros de calentamiento global que la temperatura aumenta por tres años consecutivos.
En este contexto, los Estados modernos han quedado como un conjunto de burocracias que –más allá de protocolos– no resuelven un deterioro ambiental que crece año tras año.
Somos la generación más afectada por el daño ambiental, nunca como en nuestra era fue tan claro el peligro ante el cual nos encontramos y cómo esto impactará en nuestras democracias.
*Doctor en Ciencias Jurídicas. (@rissoguido).
