COLUMNISTAS
la cuenta del 82% es mas dificil que rescatar mineros

De Cleto al veto

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“Y aunque mi amo me mate a la mina no voy.”
Quilapayún

¿Quién no moqueó mientras seguía en vivo y en directo algún pasaje del “milagro” de Atacama?
Todo ese futurismo anticuado. Andino. Tan sudaca y a la vez abastecido por la NASA.
Medio Verne. Un cachito Bradbury. Bastante Gabo y a la vez plagado al mango de lugares comunes, de esos que suelen aflorar cuando se impone lo que de veras importa.
Fénix.
Esperanza.
Fe que mueve montañas.
Viaje uterino entre la roca en fálico torpedo de latón tirado por cuerdas y roldanas que ya hubieran quedado viejas en las borrosas imágenes en blanco y negro de hace cuarenta y un años, cuando Neil Armstrong dio “un pequeño paso para un hombre y un gran salto para la humanidad” en la Luna, pero que allí, en Copiapó, no desentonaban un comino.
Abajo, los 33, tras la desolación y el violento descontrol iniciales, se peleaban por ver quién salía último.
¡Todos querían ser el último!
En la superficie, milicos, pacos y bomberos peleaban por ser los primeros en hundirse al rescate.
Evo Morales le hizo de telefonista a Piñera sin drama. Y el derechista chileno se dejó decir “compañero” por el izquierdista boliviano sin mosquearse.
Solidaridad y aguante, por abajo.
Unidad y claridad de lo que cada uno tenía que hacer, por arriba.
Tal vez ahí estuvo el único milagro, el genuino, el de sincronizar voluntades sin espacio ni tiempo para perder hueveando en Twitter.
¡Quiero 33!, cantaron los chilenos.
Eran mano, al final.
Mientras allá todos los planetas se alineaban para ir sacando a los 33, de este lado de los Andes, en el Honorable Senado, nos enroscábamos en un 35 a 35 para que Don Cleto se diera el gusto del doblete –extraña colaboración de sus enemigos K mediante–, pintando de no negativo por el 82% aquel no positivo de la 125. En el pozo, los jubilados, que son unos cuantos más de 33 y esperan que cada uno haga lo que debe hacer para sacarlos.
Hubo ley. Demostración de fuerza de una oposición ansiosa por correr pingüinos por izquierda. ¿Cómo se financia el 82%? Ya se verá. Plata sobra. Pero les ganamos, che, no seas amargo.
Y hubo veto. Demostración de fuerza de la Señora más anunciada que gambeta de Orteguita. Si garpamos el 82, nos fundimos. Ustedes son una manga de cachafaces.
¿Cómo es posible que la misma cuenta les dé tan distinto?
¿Dónde está escrito que desenterrar mineros es más fácil que un arqueo de caja?
Acaso sin querer (o queriendo, qué sé yo), la respuesta la dio Lavagna, ayer: “Se puede pagar el 82%, pero antes tiene que haber una discusión seria para reordenar a fondo las cuentas públicas”.
¿Será porque no abundan las discusiones serias, últimamente? El sabrá...
La tarea es sencilla. Lo importante es ganar. Salir primeros de la cueva. Tirar al otro por el agujero.
Gobierno amarrete. Oposición irresponsable. Gobierno popular y obrero, reventando River con Hugo para todos.Oposición civilizada, brillando en el Coloquio de IDEA.
Dos países falsos. De Cleto al veto, flor de boleto.
Arrancamos setentistas con los Quila. Ochentistas nos despedimos con Lito Nebbia:
“Esperando el milagro se me pasó la tarde... Bidú, bidú, bidú, birá, bidá...”.

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