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De donde son los intendentes

Ciencias morales, la novela de Martín Kohan que acaba de ganar el premio Herralde, transcurre en el Nacional de Buenos Aires durante el último año de la dictadura.

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Ciencias morales, la novela de Martín Kohan que acaba de ganar el premio Herralde, transcurre en el Nacional de Buenos Aires durante el último año de la dictadura. Como ocurría en Dos veces junio, el retrato de la protagonista (una preceptora del colegio) parece destinado a demostrar que quienes de un modo u otro colaboraron con el gobierno militar no sólo eran despreciables por su adhesión política confesa o implícita, sino seres carentes de todo atractivo, ejemplos patéticos de obsecuencia, incultura, perversión sexual e imbecilidad. Al enemigo ni justicia, parece ser el lema de Kohan en esas dos novelas.
Al pasar de la narrativa al ensayo, el escritor mantiene el mismo principio, a juzgar por la columna que apareció en PERFIL el pasado 8 de diciembre. Allí, Kohan analiza la trayectoria de Mauricio Macri como presidente de Boca de una manera singular. Lo culpa por los fracasos y frustraciones del equipo durante ese período, pero atribuye sus resonantes éxitos al mérito de otros dirigentes. Kohan razona como si concederle a Macri algún acierto como dirigente deportivo no fuera políticamente aceptable. Macri debe ser entonces el pariente rico de María Teresa, la preceptora virgen que se esconde en el baño de varones y se excita secretamente con los ruidos íntimos y los olores desagradables.
También en PERFIL, pero el domingo 9, Damián Tabarovsky concluía su columna de despedida de Jorge Telerman diciendo que, sin él, Macri no hubiera sido posible como intendente. Creo que se quedó corto: Aníbal Ibarra también hizo lo suyo para que un partido inconfundiblemente de derecha ganara por primera vez una elección importante. Telerman e Ibarra concurrieron al Buenos Aires, “el Colegio”, así llamado por sus orgullosos alumnos como si no hubiera otro. Durante la administración Ibarra–Telerman, muchos funcionarios eran también egresados de la institución. Y la atmósfera de progresismo y familiaridad del ambiente tenía también algo de los lugares en los que se da por descontado que todos son vips en algún sentido, aunque sea el de la enseñanza secundaria recibida. Debo confesar que yo también fui al Buenos Aires y que una vez asistí a una reunión de viejos condiscípulos. Fue en el ’81 (habíamos egresado en el ’67), más o menos para la época en que transcurre el libro de Kohan. En esa ocasión, uno de mis ex compañeros pronunció un discurso en el que empezó recordando que el primer día de clases el rector nos había anunciado que íbamos a ser los futuros dirigentes del país. Lo notable es que esta afirmación tan optimista era falsa: el orador había imaginado esa profecía, alucinado ese primer día escolar, soñado con su pertenencia a la elite nacional. Es que tal vez la autopromoción del Colegio sea en realidad un fenómeno reciente (tal vez fuera una tradición antigua, reflotada en su momento por Jorge Dorio y Martín Caparrós). Pero lo cierto es que el gobierno municipal anterior tuvo un aire de familia con esa reunión un poco indecorosa.
Volviendo a Ciencias morales, Kohan ha declarado (también en PERFIL) que su proyecto era opuesto al del reaccionario y elitista Miguel Cané en su abusivamente célebre Juvenilia. Sin embargo, tanto ensañamiento con la infeliz María Teresa sólo es posible por su esencial ajenidad al medio social de los alumnos que le toca custodiar. Esa mujer es ante todo una intrusa: nunca podría haber sido alumna del Colegio, como sí lo eran los celadores de otras épocas. Lo que el libro relata es también la historia de una usurpación, la que llevó en tiempos de la dictadura a colocar al frente del Buenos Aires a autoridades que no sólo eran fascistas sino ajenas a su historia. Ahora, la usurpación parece producirse en el Palacio Municipal, donde los muchachos del Cardenal Newman han reemplazado a los del Colegio de la Patria. A Ibarra y Telerman, el barrio les resultaba conocido. A Macri, en cambio, el lugar le queda un poco a trasmano.