Toda publicación de este diario puede ser objeto de crítica, análisis, descarte, elogio o reclamo por parte de los lectores, de personajes mencionados en ellas o por este ombudsman, digamos, de oficio. En los tres casos, dar satisfacción a quienes buscan PERFIL en el kiosco es el objetivo central. Si un lector disconforme envía un texto controversial al Correo, su Defensor habrá de investigar cuánto de cierto hay en sus críticas; si un protagonista reclama por lo que entiende ha sido un error del diario que lo perjudica directa o indirectamente, reclamará en la redacción si tiene razones para sentirse agraviado y actuará en consecuencia. Si se detectan datos equivocados, incongruencias, falta de coherencia, es también responsabilidad del ombudsman determinar qué pasó y rectificar lo que sea necesario.
Dos casos:
◆ El senador peronista por Santa Fe Carlos Reutemann se quejó telefónicamente al fundador de PERFIL, Jorge Fontevecchia, por haber sido mencionado en la nota “Fueros, sólo una licencia para hablar y no ir preso”, publicada el domingo 15, páginas 60 y 61. El legislador pidió que se aclare que no tiene ningún proceso ni imputación en la Justicia y que no se presenta como candidato a senador porque precise ningún tipo de fueros. Le molesta haber sido mencionado en un plano similar a los de Amado Boudou, Cristina Fernández y Máximo Kirchner, y estimó que la confusión podría venir por la inundación de Santa Fe en 2003, causa por la que fue citado como testigo años atrás. Tiene razón en esto: Reutemann no está imputado ni procesado por aquella tragedia, ocurrida cuando era gobernador, que causó al menos 23 muertos y una pérdida económica inmensurable. En dos oportunidades, según pudo confirmar este ombudsman en la Justicia santafesina, el senador presentó sendas declaraciones escritas en carácter de testigo y nunca fue interrogado personalmente.
La nota de El Observador, que firma Agustina Grasso, expresa claramente que son presunciones las que vinculan fueros con búsqueda de inmunidad, tanto en el caso de Reutemann como de otras personas, y no afirma que esto fuera a ser confirmado por la realidad. El editor de la sección, Santiago Farrell, suscribe esto último a requerimiento del ombudsman: “El objeto del artículo en cuestión era demostrar que no hay nada concreto detrás de la supuesta intención de algunos políticos de aspirar a cargos electivos para eludir a la Justicia, ya que los fueros no dan esa protección. Carlos Reutemann fue mencionado porque algunos de sus rivales, como el ex gobernador de Chubut, Mario Das Neves, lo acusaron de buscar esa protección. En ningún momento se afirmó que el ex gobernador y actual senador enfrente problemas con la Justicia”.
◆ En su correo publicado en esta misma página con el título “Segundo sombra”, el lector José Luis Correa demanda un pedido de disculpas por entender que se ha agraviado con el título homónimo –publicado en la tapa de Deportes del domingo 5– al jugador Javier Mascherano, cuya fotografía tras la derrota sufrida el día anterior por la selección de fútbol en la final de la Copa América sintetiza la imagen del dolor del plantel por lo ocurrido. El subeditor de Deportes, Andrés Eliceche, responde al lector: “Todos los valores que usted destaca en Mascherano son plenamente compartidos por quienes escribimos y editamos este suplemento. Incluso, uno de los integrantes de nuestro equipo es coautor de Jefe, una biografía del mismo futbolista de reciente aparición, en la que se hace foco especialmente en su personalidad obsesiva, detallista, hiperprofesional. (...) Nuestra búsqueda intentó unir el nombre de aquel libro con dos aspectos: un hecho objetivo (el ‘Segundo’ puesto obtenido en la Copa América) y nuestro análisis de lo decepcionante que resultó el juego del equipo en la final (una ‘Sombra’ respecto de lo atractivo que había sido en los partidos previos). Ni saña, ni sorna, ni mucho menos una crucifixión, como usted imaginó. (...) Por lo demás, sepa usted que, por una cuestión de normas de producción, nunca los títulos de tapa llevan la firma de quien los escribió. Pero si lo deja más tranquilo, puede atribuirlo a quien escribe esta respuesta”.
Dos errores. Ayer, en página 4, se dijo que el Senado de la Nación “da acuerdo para la designación de los jueces y también se encarga de los procesos de jury”. Es correcto lo primero, pero sólo interviene en el juzgamiento de miembros de la Corte Suprema. En otras instancias, interviene el Consejo de la Magistratura.
Y en la página 6, la bajada del título señala que el Gobierno entiende que el camarista Juan Carlos Geminiani es “imparcial” cuando el texto indica claramente que los abogados del Estado Nacional lo acusan de “presunta parcialidad”.