Los temas ambientales en general y la basura en particular se han puesto de moda, y si bien es parte de la concientización ambiental, también provocan que sea una materia en la cual hay muchas opiniones que no siempre tienen un fundamento cierto.
Durante un tiempo se generó cierta guerra silenciosa entre los que defienden el reciclado a toda costa y los que entienden los rellenos sanitarios como la solución.
En parte esto se debe a la abundancia de basurales: en el área metropolitana de Buenos Aires hay 14 millones de habitantes en 35 municipios, que sumados a otras 15 grandes ciudades del interior con rellenos sanitarios, llegamos a unas 20 millones de personas cuyos residuos se disponen correctamente. Pero el resto, casi otros 20 millones, o sea 2.050 municipios del interior de un total cercano a los 2.100, sigue arrojando sus residuos a basurales a cielo abierto, generando la peor contaminación.
Ya no podemos contentarnos con que hagan bien la disposición final, es necesario que toda la gestión integral se encare completa y coordinadamente desde el principio.
El resultado final al que arribamos en la Ciudad fue el “cirujeo” para hacer el reciclado de manera informal. Pero existen dos problemas: uno es la grave situación de pobreza y marginalidad social, y otro el sanitario y de gestión de residuos urbanos que requiere incorporar metodologías ambientalmente correctas.
Es necesario aunar esfuerzos para que todas las etapas de la gestión integral se cumplan cuidando la salud y el ambiente. En esto hay también un abanico de nuevas tecnologías de tratamiento, que seguramente vamos a tener funcionando en nuestro país. Son aquellas que permitirán una sensible disminución de los residuos a enviar a disposición final, enmarcadas dentro de lo ambientalmente aceptable y que, ya sean térmicas o biológicas, pueden producir energía limpia, aplicar para los Bonos de Carbono eliminando gases de efecto invernadero y pueden ser más amigables con el ambiente.
*Experto en nuevas tecnologías para la gestión integral de residuos.