La representante legal de dos adolescentes llegó a la Corte Suprema de Chile solicitando, cautelarmente, la protección de los derechos a la integridad física y psíquica de los menores así como del honor personal y familiar, previsto en el art. 19, inc. 1 y 4 de la Constitución de Chile. Los menores habían sido amenazados e injuriados por diversos seguidores del grupo de Facebook. “Castigo para todas esas personas que robaron en el Bigger de Yungay” en el cual una fotografía retrataba a los menores a la salida de un supermercado momentos después de los terremotos de febrero de 2010.
La Tercera Sala del Máximo Tribunal ordenó al creador y coadministradores del grupo y a los autores de las expresiones ofensivas eliminar la fotografía de los menores y los comentarios injuriosos y amenazantes considerando que estas publicaciones conculcaban los derechos de los menores consagrados en la Convención de los Derechos del Niño y la Ley Penal de Menores de Chile.
La inédita decisión constituye un valioso precedente regional reprobatorio de las publicaciones discriminatorias, difamatorias u ofensivas, que suelen proferirse al amparo de la masividad de las redes sociales, a la vez que opera como una instancia de interpelación para los usuarios, que deben dar un uso lícito de estas plataformas, más aún ante menores de edad.
Creemos que, para mayor seguridad, la orden de remoción de los contenido ilícitos debió dirigirse, antes que a los demandados, en contra de Facebook Inc., como lo han hecho nuestros tribunales en diversas causas (inasistencias colectivas de escolares en Mendoza, publicaciones injuriosas contra políticos, etc), y, por otro lado, que el desafío que la Internet le plantea a los estados y a los ordenamientos jurídicos es en relación al tiempo, pues la solución de la Corte de Chile llegó casi diez meses después de la publicación de la fotografía y luego de un revés judicial en la Cámara de Apelaciones.
Es fácil colegir que los mecanismos jurisdiccionales de reposición de las cosas a su estado de justicia, se encuentran todavía anquilosados frente al vértigo de la Internet.
*Abogado.
