COLUMNISTAS
ZANETTI, GABRIEL MILITO Y CAMBIASSO

El equipo está, el problema son los que no están

Los titulares para el debut contra Nigeria son una fija: Romero; Otamendi, Demichelis, Samuel, Heinze; Jonás Gutiérrez, Mascherano, Verón, Di María; Messi e Higuaín. Como noticia es buena. Que un entrenador, a un mes, sepa quiénes serán los once del debut en un Mundial, es una señal positiva. Y es bueno que sepa a qué va a jugar. Intuyo que tiene la estrategia y la táctica para enfrentar al conjunto africano.

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Los titulares para el debut contra Nigeria son una fija: Romero; Otamendi, Demichelis, Samuel, Heinze; Jonás Gutiérrez, Mascherano, Verón, Di María; Messi e Higuaín. Como noticia es buena. Que un entrenador, a un mes, sepa quiénes serán los once del debut en un Mundial, es una señal positiva. Y es bueno que sepa a qué va a jugar. Intuyo que tiene la estrategia y la táctica para enfrentar al conjunto africano.

El problema es lo que hay o lo que no hay a partir de estos once apellidos. ¿La lista de 23 dará como para reemplazarlo con idéntica eficiencia, suponiendo que los titulares no encuentren un funcionamiento acorde a lo que se espera de un equipo formado por jugadores de este nivel? Pensando en que esto es una “Selección”, se supone que Maradona tiene un menú infinito, a diferencia de un DT de club. Por ejemplo: si no funciona o se lesiona Higuaín o Diego decide atacar de otro modo, está Milito. O Agüero. O Tevez. Y para la heroica o de la búsqueda desesperada del gol por cualquier camino, Palermo.
Esto significa que en el ataque no hay dudas. Messi es irreemplazable porque nadie hace lo que hace él. Seguiremos esperando que se cargue el equipo al hombro, seguiremos pidiéndole que repita las hazañas que le vemos en el Barcelona o las que le hacemos hacer nosotros con el joystick de la play station. Si Lio no está por hache o por be, tenemos que pensar en otra cosa, en otro plan.
Pensamos en imprevistos porque las ausencias de Javier Zanetti, Esteban Cambiasso y Gabriel Milito resultan injustas y en algún punto inexplicables. En general, la convocatoria a un Mundial o a cualquier torneo internacional importante tiene varios factores de análisis. Los dos primeros tienen que ver con la participación en el ciclo del técnico y la adaptación a la idea madre. A los DT les gusta ver caras repetidas en un grupo, les da cierta seguridad. Pero la razón más poderosa es la coyuntura. Hay que llamar a los que mejor estén para que se sumen a los que vienen trabajando. El momento de Esteban Cambiasso es mejor que el de Mascherano. Es probable –esto es fútbol, nada está garantizado– que Cuchu funcionara bien aceitado junto a Verón, con una opción de recostarse a la izquierda. Cambiasso casi siempre fue utilizado como volante por izquierda, desde finales de los 90, cuando Enzo Trossero encontró la forma para que conviviera con Cascini en Independiente. De allí en más, trabajó en el medio o recostado sobre un lateral. Tener un volante que juegue con similar eficacia en al medio y a uno de los costados es muy difícil. Cambiasso lo hubiese garantizado y, además, con el plus de estar en un momento extraordinario.

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Zanetti cumplirá 37 años en agosto. Cuando José Pekerman lo dejó fuera de Alemania 2006 por razones poco claras, tenía 33 y estaba tan bien como ahora. En un plantel con un solo lateral de oficio (Clemente Rodríguez), tendría que estar y, no sólo eso, debería tener un lugar entre los once del debut. Zanetti también está en la cresta, ganándole una dura batalla al tiempo. La pelea con una vida ordenada, dejando la vida en cada partido y, además, con una virtud que a los técnicos les fascina: juega siempre. Faltó a un partido de casi 200, entre Champions, Copa Italia y Calcio. Es dueño de un físico impresionante, sabe lo que es llevar la celeste y blanca (es el que más la vistió con 136 presencias) y es capaz de adaptarse a jugar sobre cualquiera de las dos bandas, de marcador de punta clásico o de volante capaz de transformarse en delantero por afuera. Su actualidad era ideal para una convocatoria. Es difícil de explicar, sin desconocer el recorrido que tiene Jonás Gutiérrez –por qué Maradona escogió a un central para actuar sobre un costado. Salvo casos aislados (como el de Olguín en 1978), es raro que un central se desempeñe con igual eficacia que alguien que se pasó la vida contra la raya.
Gabriel Milito hizo lo indecible para recuperarse y estar a tiro. Como dijo Jorge Valdano en 1990, se ahogó en la orilla. Estaba con lo justo, es cierto; el caso de Marcos Angeleri (uno de los preferidos de Diego) era similar. Pero el Milito del Barcelona es un crack. Pensemos que Pep Guardiola le confió nada menos que para la semifinal de la Champions, en la que el Barca se jugaba la clasificación. La presencia de Milito en la nómina daba cierta tranquilidad ante algún imprevisto.

Un amigo me dijo el otro día que “cuestionar a tres jugadores de treinta es hinchar las pelotas”. Puede ser. Lo que pasa es que en mi equipo, Zanetti y Cambiasso son titulares y Gaby Milito es el primer suplente. Por eso me permito esta catarsis. Pero el técnico es nada menos que Diego Maradona, y él es quien debe armar el plan exacto para llevar a la Selección lo más lejos que se pueda.