Entre las medidas que el nuevo gobierno tendría que tomar se encuentra la eliminación de las retenciones a las exportaciones del campo. No estoy de acuerdo con el futuro ministro de Economía (Martín Losteau), que dijo que este impuesto debe ser permanente. Las retenciones tienen varias ventajas: son fáciles de recaudar, no se coparticipan con las provincias y no permite evadir impuestos. Pero son medidas para un momento de crisis y no me parece bien considerarlas definitivas.
La eliminación de las retenciones se podría hacer de manera gradual. Se podría empezar por los sectores que más sienten el impacto. Está el caso de las zonas agrícolas marginales, que encontraron rentabilidad con la soja, pero no consiguen las mismas ganancias que los productores de la pampa húmeda. Hay que conversar y buscar la manera de aprovechar los altos precios internacionales de los alimentos, pero sin afectar las necesidades del consumo interno.
Con respecto a la inflación, coincido con que las retenciones son un arma para combatirla, pero me gustaría que el nuevo gobierno utilizara otras medidas. Por ejemplo, incentivar el aumento de la producción. De esta manera, por la ley de la oferta y la demanda, si la oferta es abundante los precios deben bajar.
Hay que mantener la política de dólar alto, porque beneficia a las exportaciones. Y para subir el nivel de inversiones, deberían aumentar la previsibilidad para los negocios. Tenemos que vivir en un país donde quien abra un frigorífico después no se encuentre limitado para exportar.
Tengo la esperanza de que la llegada de Cristina Fernández mejore la relación del gobierno con nuestro sector. y que pueda haber un mejor diálogo.
*Presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA)