Voy a hablar otra vez del acuerdo Google-Verizon. Uno, porque es muy importante para el futuro de Internet. Y dos, porque quiero darle una respuesta a Alberto Arebalos, directivo de Google para América latina, quien el domingo pasado comentó mi columna del 29 de agosto sobre aquel acuerdo.
Mi artículo sostiene que el acuerdo Google-Verizon (GyV) pone en peligro a la Internet que conocemos y usamos. El de Arebalos sostiene lo contrario. Quizás los hayan leído. Para evitarnos larguísimas citas, leer la propuesta de Google y Verizon (GyV) en Internet o a través de un link en mi blog. Así pueden contrastar mis opiniones con lo que dicen aquellas empresas.
De entrada, digo que no puedo agotar el tema aquí. Prometo retomarlo en el futuro.
Luego, para evitar que algunos lectores que llegaron hasta aquí se vayan corriendo aburridos, les aseguro que la cuestión vale la pena. Imaginen que en la Argentina se abriera paso a la discriminación en Internet. Por ejemplo, telefónicas amigas de los Kirchner, eventualmente beneficiadas por un cierre de Fibertel, podrían bloquear contenidos del Grupo Clarín. Y Clarín podría vengarse con armas parecidas si Fibertel sobreviviera. Los usuarios, inermes y perjudicados.
Arebalos sostiene que GyV están a favor de la neutralidad en Internet, es decir, de la prohibición de discriminar contenidos, aplicaciones, servicios, etc., por razones comerciales, ideológicas y políticas, entre otras.
Quizás el principal problema de la propuesta de GyV es la ambigüedad. Mientras esas empresas dicen que defienden una Internet neutral, el documento que difundieron incluye previsiones que parecen apuntar a lo contrario.
Google y Verizon deberían reelaborar su propuesta en términos absolutamente inequívocos.
La propuesta habla de garantías para la neutralidad, pero permite a los proveedores de banda ancha un “razonable” control de la red. Yo no me quedaría tranquilo si mi libertad de elección dependiera de lo que cuaquier empresa o persona consideran “razonable“. GyV exponen algunas áreas para ese control, pero algunas son puertas abiertas para el uso discrecional de la red. Por ejemplo, los proveedores pueden discriminar contenidos o servicios para “asegurar un servicio de calidad para el usuario” y también para favorecer “las elecciones de un consumidor”. ¿Qué es “calidad”? ¿Qué elecciones? ¿Y si esas elecciones suponen una red que sólo transporta ciertos contenidos?
Y también, ¿cómo se interpretan estos conceptos? La propuesta de GyV es difusa: sostiene que aquel “razonable” control debe ser coherente con los estándares adoptados por una “organización independiente ampliamente reconocida” relacionada con Internet. ¿Cuál, cómo se la elige?
Ahora vamos a los puntos en que la propuesta oficial de GyV ha encontrado más críticas en EE.UU.
1. Las empresas prestadora podrían darle prioridad a servicios “adicionales o diferenciados”.
2. GyV quieren que la banda ancha móvil quede aparte, “por ahora”, de todas las seguridades que prometen porque ese servicio tiene características únicas, porque tiene una “naturaleza competitiva” y porque “todavía está en desarrollo”.
Con respecto al punto uno: ¿Qué servicios adicionales o diferenciados?
En cuanto al punto 2, el “por ahora” es inquietante. ¿Cuánto dura un “ahora”? Y si la Internet móvil es “competitiva” no necesita ningún trato especial en un sistema capitalista. Y si ese campo aún “está en desarrollo” es mejor no cercarlo. Los sistemas de búsqueda en Internet estaban en desarrollo cuando Google se inició. Y fue la neutralidad lo que le permitió pasar de ser una pequeña y vulnerable empresa a convertirse en la más grande de Internet. De lo contrario, alguna gran corporación se lo hubiera impedido.
Por último: Quizás Verizon, empresa de telecomunicaciones, socia de Google, no sea amiga sincera de la neutralidad. En septiembre de 2007, bloqueó mensajes de texto de una entidad partidaria del derecho al aborto. No eran spam. Estaban dirigidos a personas que habían aceptado recibirlos. Verizon pidió disculpas.
Ah, me olvidaba. Chile acaba de aprobar por ley la neutralidad de Internet.
*Periodista. www.robertoguareschi.com.