Contra todo lo dicho por los medios opositores y las consultoras que les proveen los libretos de alta peluquería, y suponen al gobierno nacional realizando un siempre despreciable (!) “ajuste ortodoxo”, con restricciones en la inversión social, la imposición de techos salariales para inducir deterioro del consumo doméstico y el enfriamiento deliberado de la economía, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tomó o convalidó decisiones de alto impacto en sentido contrario a las pócimas recalcitrantes (!!) del “ajuste ortodoxo”.
Junto al cierre de paritarias “sin techo” con un aumento del 29,7% promedio que preserva el poder adquisitivo del salario –frente a una inflación prevista de menos del 30 según evoluciona el IPCNu–, tanto por la población sobre la cual impactan como por la transferencia de ingresos que suponen, Cristina Kirchner realizó tres anuncios de gran magnitud que están destinados a sostener el consumo doméstico y el empleo, ampliando al límite de lo posible la inversión social en una coyuntura de restricciones regionales y mundiales severas.
Nos referimos a la actualización por sobre el nivel inflacionario previsto para 2014 de la asignación universal por hijo y la asignación por embarazo para protección social. Ambos beneficios tuvieron una suba del 40%.
Así, a partir del 1º de junio, los titulares del derecho que antes percibían $ 460 pasarán a cobrar $ 644. Esta medida, que coloca al beneficio en su mayor poder adquisitivo desde su lanzamiento, impactará sobre 3.414.759 niños, 82.531 embarazadas y 1.887.920 familias.
Se llega así al récord histórico de más de siete millones de asignaciones familiares –incluidas las de los trabajadores formales, que fueron incrementadas en 35% promedio–, lo que supone el 60% de los niños y adolescentes de nuestro país con cobertura social.
Esto significará una erogación de 55 mil millones de pesos anuales, que en su mayoría irán a estimular el consumo, dado que se trata de sectores beneficiarios que destinan casi la totalidad de su ingreso a la adquisición de bienes y servicios básicos.
Por otra parte, el salario mínimo vital y móvil, congelado durante la década de peronismo menemista y los años de la Alianza Progresista Frepaso-UCR, se incrementó en 31%, también por sobre el nivel de aumento de precios previsto, pasando de $ 3.600 a $ 4.716 en enero de 2014, siendo el de mayor poder adquisitivo de toda Latinoamérica.
El impacto del nuevo SMVM por el doble mecanismo de fijar el umbral/piso para los salarios formales y empujar a la suba los salarios informales, hará que el salario medio de la economía pase de $ 4.997 antes del aumento a $ 6.500 tras plasmarse el incremento de enero de 2015, con lo que esto implica para el incremento de la demanda agregada.
Finalmente, el aumento previsto para septiembre eleva el haber medio jubilatorio a $ 6.746,15 y lleva la jubilación mínima a $ 3.231,63, lográndose el mayor nivel en términos de poder adquisitivo del beneficio, según lo afirmaron los economistas Lucía Giambroni e Iván Weigandi, del Geenap.
Para valorar aun más las medidas del gobierno nacional, recordemos que en los 90 la jubilación mínima estuvo congelada en $ 150, y durante el gobierno de la Alianza Progresista Frepaso-UCR se redujeron las jubilaciones mayores a $ 574 en un 13% bajo el paradigma del abyecto (!!!) “ajuste ortodoxo”.
Para entender lo que significa en ganancia de poder adquisitivo el aumento de la jubilación mínima , tomado como referencia la inflación más alta del país (la de Tierra del Fuego, en cuyo cálculo no tiene injerencia el Indec), el aumento real del poder adquisitivo de la jubilación mínima fue del 200%.
Al mismo tiempo, con la reciente inclusión de 500 mil nuevos jubilados y pensionados, si en 2003 la cantidad de pasivos que recibían jubilación y/o pensión llegaba a 3.488.00 beneficiarios, hoy son 7.923.000. Esto logró que la cobertura previsional pasara del 66% en 2003 al 95% en la actualidad, siendo el nuestro el país de América Latina con mayor cobertura previsional y mayor poder adquisitivo de la jubilación mínima.
En suma, la batería de actualizaciones que desplegó el gobierno nacional beneficia directa o indirectamente a 15 millones de argentinos: las familias cuyos miembros perciben la jubilación o pensión mínima, el salario mínimo vital y móvil o la asignación universal por hijo o embarazo.
Nada mal por tratarse de aquello que la opo propala con sagrada furia y espíritu poco deportivo como un troyano nac & pop del repugnante (!!) “ajuste ortodoxo”. ¿O acaso no lo ven ustedes así, estimados lectores de PERFIL?
*Director de la consultora Equis.