Dos cartas publicadas en esta edición contienen críticas a encuestadores: el director de la consultora Equis y los responsables de González Valladares, que realizan estudios sobre política habitualmente publicados en este diario.
El lector Alberto Fabián Rodríguez emplea un lenguaje virulento para cuestionar la metodología y los mecanismos de interpretación que aplican González Valladares y periodistas de PERFIL en sus análisis de comportamiento social sobre clima preelectoral, imagen y posicionamiento de precandidatos y prospectiva en relación con las elecciones del año próximo. Es bastante habitual que quienes están encolumnados tras determinadas propuestas políticas (al parecer, el lector Rodríguez apuesta sus fichas a la coalición UNEN) apliquen razonamientos descalificatorios cuando los números no parecen darles sustento a sus posibles candidatos. Dice el lector que tanto la consultora como la sección Política de este diario “mandan al bombo” a los muchos presidenciables de UNEN en beneficio de sus colegas del Frente para la Victoria, el peronismo renovador y el PRO. Plantea que la coalición de sus amores, tras las PASO, logrará en 2015 un respaldo de votantes que la pondrá en un casi seguro ballottage, y afirma que estará primera o segunda en la intención de voto. Hace, para llegar a tal conclusión, una simple operación matemática sumando los electores potenciales de todos los líderes integrados a UNEN.
En política todo es posible, claro, pero los números no cierran de manera tan transparente como quisiera el lector. Le recomiendo una más pormenorizada y constante lectura de los diferentes estudios que viene realizando la consultora, que no difieren en mucho de lo que otros encuestadores han analizado en los últimos meses. En la nota publicada el domingo 14 (páginas 12 y 14), la lucha por los primeros lugares parece darse entre un Scioli candidato por el FpV, un Massa por el Frente Renovador y un Macri por el PRO, apoyado por sectores del radicalismo. En cuarto lugar aparece el precandidato mejor posicionado de UNEN, Julio Cobos. Y se señala en la nota de Gabriel Ziblat que cuando no se consulta por nombres sino por frentes electorales, UNEN crece cuatro puntos y se acerca mucho a Macri, aunque lejos del FpV y el FR. De tal modo, no parece haber fundamento para que el lector desborde su correo con calificaciones despectivas, negativas o acusatorias como ésa de “manipular tan descaradamente los datos de la realidad”.
De todas maneras, como ésta es una defensoría de los lectores y no de encuestadores o periodistas del diario, se trasladó la inquietud al editor jefe de Política, Damián Nabot. Su respuesta: “La crítica (del lector Rodríguez) es incorrecta. La mayoría de las encuestas de González Valladares midieron a candidatos de UNEN con el mismo sistema que se mide a otros frentes; por ejemplo, el Frente para la Victoria. Es una medición elemental. Y en ninguno de esos escenarios los candidatos de UNEN logran el porcentaje suficiente para llegar a un ballottage”.
Analizadas las encuestas de los últimos meses, debo coincidir con Nabot y no con el lector, a quien le sugiero emplear terminología menos agresiva para exponer sus ideas.
Artemio. La otra crítica apunta al columnista habitual Artemio López, uno de los muy escasos analistas progubernamentales que aceptan manifestarse en estas páginas. López ha sido desde 2003 uno de los encuestadores favoritos del universo K, muchas veces con cifras acertadas y otras con evidente sesgo favorable a lo que se ha dado en llamar “el modelo”. En sus columnas para PERFIL mantiene esas posturas acerca de las cuales, en más de una oportunidad, este ombudsman ha planteado críticas por frases agresivas o despectivas respecto de sectores (políticos, gremiales, institucionales, empresarios, del campo cultural) que no acompañan a este gobierno, y opiniones no sustentadas con datos fehacientes u objetivos.
Coincido en buena medida con el lector Silvio Piombino. La indudable brillantez intelectual de López no merece de su parte una argumentación tan sesgada. Sólo con citar ese “constitucionalmente” encomillado, como si fuese un condicionante proscriptivo y espurio para que la señora Fernández no pueda ser elegida por tercera vez, basta para relativizar su análisis. La Constitución merece mayor respeto.