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VUELVE KIRCHNER: POSIBILIDAD REAL O NUEVA PROVOCACION?

Expreso 2011

¿Es posible que Néstor Kirchner vuelva a la Presidencia en 2011? La sola formulación de la pregunta es una provocación intelectual y habla de un cambio, tanto en el matrimonio presidencial como en el humor de ciertos sectores sociales.

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¿Es posible que Néstor Kirchner vuelva a la Presidencia en 2011? La sola formulación de la pregunta es una provocación intelectual y habla de un cambio, tanto en el matrimonio presidencial como en el humor de ciertos sectores sociales.
Hace apenas algunas semanas el mundillo político tenía otras inquietudes más graves y contundentes: ¿Llegan a 2011? ¿Cómo van a superar el posible tsunami de votos en contra que les espera en 2009? ¿Concretarán la renuncia de Cristina con la que amagaron aquella noche en Olivos, inflamados de irresponsabilidad y rencor? Todos los dirigentes opositores, varios peronistas disidentes encabezados por Eduardo Duhalde y hasta Julio Cobos habían empezado a prepararse para un escenario de turbulencias cuesta abajo que iba a desembocar en el post-kirchnerismo. Pero la historia de la Argentina nunca es tan previsiblemente lineal. Y la de los Kirchner, mucho menos.
Algunos apresurados los vieron contra las cuerdas sacudiendo sus cabezas aturdidas por la derrota política más contundente que sufrieron en sus vidas y pensaron que se iban a desplomar en la lona por toda la cuenta. La realidad de los últimos días demuestra que no se puede subestimar a un peronista genético que viene cabalgando en el poder desde hace más de 20 años.
Es cierto que tanto Néstor como Cristina siguen sumamente cuestionados por la mayoría de la opinión pública y que ya se probó que no son invencibles. Están en el día a día, haciendo un delicado equilibrio en medio de la crisis, mixturando viejos disparates con nuevos aciertos. La situación relativa les permitió tomar algo de oxígeno. Están claramente mucho peor que durante el gobierno de Néstor, pero algo mejor que el día en que Cobos los crucificó con su voto no positivo. Han reaccionado. Cristina recuperó el timón y ése tal vez sea el subproducto más redituable del anuncio de la cancelación al contado de la totalidad de la deuda con el Club de París. Recuperaron la iniciativa y lograron instalar la agenda con un golpe de efecto sorpresivo que dejó boquiabiertos a los opositores.
Los países centrales decodificaron que ese volantazo los aleja del ideologismo jurásico y de los intereses usureros de Hugo Chávez, y los acerca a cierta racionalidad al estilo Lula o Bachelet. Es verdad que no tenían otra salida. Que el 15% de interés poco bolivariano y solidario y la inmediata venta con bicicleta corrupta incluida de los bonos argentinos cerró esa puerta de financiamiento por un largo tiempo. Nos quedamos sin prestamista de última instancia. Fue muy grave la metida de pata de Néstor Kirchner comparando con un Brasil que paga intereses tres veces menores. Ahora giraron hacia el realismo. Y nadie puede asegurar que ese viraje se pudiera haber concretado en sus días de mayor depresión y rechazo social.
Kirchner demostró una vez más que hace cosas de loco, pero que no come vidrio. Seguramente, estas decisiones no alcancen para que Cristina pueda recuperar la imagen positiva de sus comienzos ni para que Néstor pueda presentarse a las elecciones con esperanzas de éxito. Todavía les queda mucho camino por recorrer, muchas heridas por suturar y muchas deudas internas y sociales que pagar. Pero dejaron de caer en las encuestas. Dejaron de producirse daño a sí mismos. El cambio de gritos por sonrisas en las tribunas, la cuasi conferencia de prensa, el aumento a los jubilados que se viene, el pragmatismo para reducir o por lo menos no aumentar las tierras movedizas de los subsidios y la alegría para el Club de París fueron una forma de decir que están otra vez sobre el ring, de pie y dispuestos a dar pelea.
Pero como diría Kirchner, recién estan saliendo del fondo del infierno. Si quieren recuperar más terreno, es urgente que ofrezcan al país una batería de medidas, a saber:
* Plan de combate integral contra la inflación real y sus expectativas.
* Reconstrucción de las estadísticas y la credibilidad públicas que resuciten al INDEC y expulsen del poder a Guillermo Moreno y su patota. Sería una forma de terminar con el capricho de Estado generador de ese agujero negro que se deglute gran parte de los anuncios.
* Puesta en marcha de un nuevo diseño estratégico del transporte en general y de Aerolíneas y los ferrocarriles en particular. Se trata de dos bombas de tiempo que el Gobierno debe desactivar antes de que exploten en sus manos.
El Estado debería saldar con prolijidad legal el conflicto con Marsans, buscar un socio privado nacional o internacional que gerencie la empresa y poner una lupa gigantesca de controles sobre su funcionamiento para evitar que vuelvan los viejos privilegios y la maldita corrupción.
En el caso de los ferrocarriles, el único camino es desprenderse de Ricardo Jaime (credibilidad cero y casi treinta denuncias penales) y garantizar de verdad que se hagan las fuertes inversiones necesarias para que los habitantes del Conurbano viajen dignamente y sepultar el faraónico proyecto del Tren Bala, al que la mayoría de la sociedad ya le firmó el certificado de defunción. Si no lo hacen por sensibilidad social o por sentido común, deberían hacerlo aunque sea por especulación electoral. Los millones de trabajadores que padecen todos los días esos trenes rigurosamente colapsados están precisamente en el territorio que Néstor eligió para resistir y para utilizarlo como plataforma de relanzamiento.
Lo estrictamente político-partidario, Kirchner lo viene manejando desde Olivos con menos verticalismo y mejor trato. Sabe que no está en condiciones de imponer como antes. Pero todavía tiene caja y poder como para volver a seducir. Recibe a los intendentes leales de todas las secciones electorales acompañado por Florencio Randazzo y hace como que los escucha. En ese proceso de lenta vuelta al redil están Carlos Reutemann, Juan Schiaretti, Rubén Marín, Carlos Baladrón. Los huesos más duros de roer son los que tienen más ganas y chances de anotarse en la carrera presidencial: Felipe Solá y Mario Das Neves, siempre a un paso de irse del kirchnerismo; y Alberto Rodríguez Saá y José Manuel de la Sota, que hace rato saltaron el cerco.
Néstor sabe que para tener posibilidades de concretar su sueño de suceder a Cristina, antes debe garantizarse un piso mínimo de votos y un máximo de dispersión opositora en los comicios legislativos. Hace exactamente una semana, el secretario general de ATE, Pablo Micheli, tuvo una sorpresa apenas bajó del avión en Río Gallegos. Pasó al lado de otro pasajero famoso, Ricky Maravilla, y dijo en voz alta por su teléfono celular: “Esto es una provocación”. Estaba en Santa Cruz para presidir el plenario regional de la CTA que está organizando un gran acto nacional de protesta contra muchas medidas de los Kirchner. Sus compañeros locales le contaron que estaban por colocar pasacalles firmados por ATE que decían: “Kirchner Presidente 2011-Cristina gobernadora”. Lo sintió como un mensaje contra él y su organización que jugaron un papel muy combativo en la revuelta social de 2007, antes de que Daniel Varizat hiciera justicia por camioneta propia. Después lograron que se demoraran un par de días en colgar esos carteles y pusieron sus sospechas en el sector sindical, que apoya al gobernador Daniel Peralta y a los Kirchner. Otras fuentes dicen que esos carteles los hizo poner el mismísimo Néstor, como una especie de globo de ensayo para ir midiendo sus pretensiones. ¿Se pueden instalar pasacalles con semejante mensaje sin que Néstor dé, por lo menos, el visto bueno? ¿Quiénes fueron los autores materiales? Aseguran que los dos hijos de Néstor. Su hijo político, Rudy Ulloa Igor, y Máximo, su hijo biológico y líder en las sombras de la agrupación La Cámpora.
Son señales que vale la pena registrar. En el mismo sentido, desde el poder nacional, se difundieron esta semana encuestas con un par de escenarios para el 2011 donde los ganadores eran, irremediablemente, Cristina o Néstor.
Parece que se dieron cuenta de la magnitud de la derrota y ahora quieren pasar al ataque porque saben que no hay mejor defensa que esa.
Está claro que la mayoría de los cambios son más por conveniencia que por convicción. Pero hay cambios. Eso deja muchas veces desarmada a la oposición que no ha logrado beneficiarse demasiado con los altísimos costos políticos que pagó y sigue pagando el kirchnerismo. Elisa Carrió, Hermes Binner, Mauricio Macri por ahora están ubicados más o menos en la misma consideración que tenían antes del conflicto con el campo. Duhalde se juntó con demasiados impresentables que no tienen retorno entre ciudadano común. Pocos capitalizaron muy poco. Salvo Julio Cobos que sigue con una imagen positiva altísima pero entrampado en las instituciones que no le permiten renunciar y su partido que no le permite regresar. Otro límite claro que tiene Cobos es político, porque crece cuando los Kirchner decrecen. Su poder está en su imagen de racionalidad y respeto republicano. Si los Kirchner abandonan aunque sea por un tiempo las agresiones y la crispación social, dejan a Cobos sin combustible para mantenerse en el tope de las encuestas.
De todas maneras, las acechanzas que le esperan al matrimonio que tiene su lugar en el mundo en El Calafate son muchas y variadas:
* El contenido de la valija de Antonini Wilson puede convertirse en cualquier momento en un terremoto de financiamiento ilegal para la campaña de Cristina.
* En la misma oscuridad de los aportes está el dinero sucio de Sebastián Forza y del resto de los narcotraficantes de efedrina y otras yerbas y coimeros de todo tipo que aparezcan de ahora en más. Las pintadas de Los Irrompibles, autotitulados jóvenes alfonsinistas de izquierda, fueron mucho más que una chicana: “Forza Cristina. Vamos Néstor. Pablo Escobar Presidente”.
* La bronca y el resentimiento que instalaron con sus insultos en las clases medias urbanas, primero y rurales, después. Estos votos difícilmente puedan ser recuperados por los Kirchner. Ese malhumor y bajo umbral de tolerancia también se expresó entre los sectores más humildes en los incendios de las estaciones de Merlo y Castelar, más allá de la participación o no de grupos de agitadores.
* Los niveles de inseguridad siguen siendo muy elevados y el costo lo pagan por igual los gobiernos de Cristina y de Scioli.
* El peligro constante de que Néstor vuelva a las andadas, abandone su muy útil bajísimo perfil y muestre otra vez su hilacha desaforada y autoritaria desde la tribuna que el Partido Justicialista le va a ofrecer el 17 de octubre en Entre Ríos.
* La brecha que el giro hacia la ortodoxia de centro de los Kirchner abrió entre los movimientos sociales o de piqueteros con matriz ideológica en la izquierda insurreccional y foquista. Humberto Tumini, de Barrios de Pie, ya manifestó su oposición al pago al Club de París y su par, Jorge Ceballos (funcionario del ministerio de Alicia Kirchner), autorizó que Roberto Baigorria, el coordinador de esa agrupación, liderara un corte de cuatro horas que generó un caos fenomenal en la autopista Buenos Aires-La Plata a la altura del peaje Dock Sud, porque “se acabó la paciencia y el gobernador Scioli no escucha”.
* Las absurdas acusaciones del gobierno al Partido Obrero y otros grupos similares de haber cometido un atentado y sabotaje en los gravísimos incidentes en el Ferrocarril Sarmiento abonan los nuevos vientos que soplan en el poder. Claudio Lozano y otros legisladores cercanos caracterizaron en el debate parlamentario sobre la movilidad jubilatoria a Sergio Massa y Martín Redrado como ucedeístas que impulsan la reconciliacón del Gobierno con el neoliberalismo. Por eso Lozano, Víctor de Gennaro y Pino Solanas marchan a conformar un espacio común que ocupe el lugar de la izquierda democrática no gorila, pacífica y propositiva que, según ellos, el kirchnerismo y Carrió abandonaron por igual.
El pragmatismo kirchnerista olfatea que puede volver a pisar terreno firme si retoman su promesa original de país serio y confiable. Dicen que nadie canceló tanta deuda como ellos en medio siglo. Y que valoran el reconocimiento de Tom Shannon y de Europa por estos pasos de puro capitalismo sin culpas progres.
La firma de acuerdos de financiamiento común con Lula, el aporte teórico de Cristina con su “movilidad empresarial ascendente” y su inminente renuncia a los superpoderes (pero no a la lucha) permiten formular la pregunta provocativa sobre el posible regreso de Néstor Kirchner en 2011 y abrir las puertas de una polémica caliente