Domingo a la noche
Entrega de los Martín Fierro. Intratables fue bien tratado por los premios otorgados a Santiago del Moro y Jonathan Viale. El programa hizo revivir el debate político en los medios luego de un monólogo a dos voces durante años. Casi todos los programas bajaron línea editorial
desde que en 2008 se declarara la guerra a los medios “hegemónicos”. Otro premiado, Animales sueltos, supera hoy al de la época del Coco Silly y la farándula. La mesa que ahora forman con el Turco Asís, el profe de Pablo y el monje negro tiene humor y análisis. Durante la ceremonia, los insultos de Lanata estuvieron de más, a pesar de los silbidos y de otros que extrañaban públicamente a Cristina. Citó a Verbitsky, a quien el conductor rara vez olvida, porque en su columna de Página/12 habría escrito que la corrupción es una “excusa”, pero no
fue del todo así. El periodista cristinista propuso hablar “en serio” del tema incluyendo a Macri, Rocca, Eurnekian, Bulgheroni, y por supuesto al Imperio Británico y sus offshore planetarios. Lo que sí es cierto es que hace más fintas que Neymar para no nombrar a los Kirchner como parte de los negocios del poder que con esmero encubre.
Por otra parte, el mérito de Lanata no fueron sólo las investigaciones y las denuncias sino el dedo mayor bien levantado en el momento de mayor prepotencia del kirchnerismo, claro, con la ayuda de Clarín, que sabe blindar toda la mano. De todos modos tuvo un efecto sanador.
Lunes
Todos los que no cerraban los ojos y tenían los oídos destapados no se sorprenden de que no lluevan las inversiones privadas en la Argentina. La palabra “inversión” tenía virtudes mágicas. El macrismo la invocó todo el año pasado acompañado por el periodismo crítico del poder kirchnerista.
Hubo durante la campaña de 2015 dos consignas repetidas: que el país estaba hecho un desastre, y que de ganar Cambiemos… y sí, ahí sí, tendríamos una “inmersión” en dólares.
Criticar al anterior gobierno durante doce años no exigía para su último tramo vender espejitos de colores como lo hizo buena parte del periodismo y de la clase política.
Miércoles
Escuché decir a un periodista que Macri se plantó frente a los dirigentes sindicales y les dijo con firmeza que se olviden de que el consumo y el consumidor son el motor de la economía. Les anunció la nueva era de la inversión y del inversor. Nuevamente se desempolva el viejo manual del liberalismo económico. No hay inversor sin consumidor, más aún en un país donde el trabajo depende de las pymes, de los servicios y del comercio.
Reglas de juego claras, seguridad jurídica, movilidad de capitales, pueden ser condiciones para que haya inversiones directas, pero no alcanzan. Un mercado deprimido, conflictividad social, un
gobierno que no da garantías de continuidad apoyado en una sólida alianza política, son tan importantes para el desarrollo económico como las garantías mencionadas.
El mercado de capitales tiene más tiempo para esperar que nuestro país, y mejores oportunidades que las que les ofrecemos, aun en estos tiempos de estancamiento global.
Jueves
Alejandro Rozitchner es un intelectual con mucho coraje. Pocos saben de su fuerza polémica. A pesar del encono de algunos círculos y del escándalo de quienes veían con rubor esa “desgracia” familiar como lo dijo más de uno, tenía una relación entrañable con su padre, el filósofo marxista León Rozitchner. Posee un buen conocimiento de los puntos débiles de ciertos revolucionarios. Replica con inteligencia a su sectarismo, mala fe, conoce su frivolidad y su resentimiento. Soportó ser un marginal además de la difamación del mundo progre.
Sin embargo, su filosofía del entusiasmo es un error. No es lo mismo la política que la dinámica de grupos, ni la literatura del liderazgo que la conducción política.
Jueves a la noche
Felicidad y entusiasmo son lemas evangélicos. Están pensados para gente con culpa de ser ricos. Por eso funciona en una agrupación política que piensa a la política como una devolución de favores dados por la providencia.
Corresponde a una mentalidad de patriciado. Lo que no excluye inteligencia, entrega, honestidad e ideales colectivos. La ayuda espiritual de un experto en felicidad y otro de entusiasmo, les permiten moderar las exigencias superyoicas de quienes reclaman justicia en nombre de los más pobres.
Hay tres modelos para la interpretación del campo político: el de la guerra; el del contrato, y el de la fiesta. Para el último falta bastante.
Viernes
El pensamiento de Alejandro Rozitchner sobre el entusiasmo es anterior a sus nuevos receptores políticos. En sus cursos en la universidad, elaboraba conceptos sobre el tema de la subjetividad. Un interés que compartía con su padre, pero desde un punto de vista diametralmente opuesto. León Rozitchner partía de la deuda, de la culpa, de la muerte y del terror. Alejandro lo hace desde una perspectiva afirmativa en la que prima la voluntad de vivir y de hacer.
Su “gay saber”, o saber jovial, se inspira en un Nietzsche prometeico, en los escritos de Bataille sobre el erotismo, y en el tono de un Gilles Deleuze cuando escribe sobre las máquinas deseantes. Además del rock como forma de vida.
Luego, su curiosidad lo llevó a la literatura de autoestima y de ayuda mutua, como también a la literatura oriental. Pero jamás se le ocurrió disfrazarse de gurú. Es un intelectual crítico del pensamiento vengativo.
Viernes a la noche
Me olvidé de decir que cree que Dios ha muerto. También olvidé que fue partícipe del programa de Mariano Grondona Hora clave, y la izquierda cultural que hoy llama a la resistencia es la misma que en los años noventa rendía pleitesía al apologista del terrorismo de estado (ver Mariano, de
Eduardo Rinesi (1992), académico militante que consideraba la palabra grondoniana como la presencia del discurso universitario en la televisión, cito: “Grondona es un sabio en la televisión”, pág. 27). Esos revolucionarios lo excomulgaron de manera definitiva. Pero él siguió en el espacio televisivo hasta que dejó el programa en disidencia sobre dichos de Grondona sobre el Proceso.
Después compartió otro espacio televisivo con el embajador del kirchnerismo y ex secretario de cultura Torcuato di Tella. En síntesis: estimo que disfruta de su libertad de pensamiento.