La jueza Arroyo Salgado es el principal obstáculo para el esclarecimiento de la muerte de Alberto Nisman hoy. Con su intento de sacar la causa de la órbita de la fiscal Fein y pasarla a la Justicia Federal, territorio en el que se mueve ella con comodidad, está demorando las principales medidas de prueba que podrían esclarecer los hechos de inmediato. Increíblemente duermen en el despacho de Fein las agendas, las computadoras y los teléfonos de Nisman sin que los toque nadie. ¿¡Cómo puede conciliar el sueño, doctora!? Quizá abra el iPad y contenga una carta de despedida a las hijas, o imágenes autofilmadas de sus últimos instantes; los teléfonos contienen seguro las llamadas que efectuó o recibió ese día. ¿Por qué no se peritan? Porque la fiscal debe aguardar que Arroyo Salgado presente un escrito especificando cuáles pericias quiere realizar. Injustificable esto. Ya sabemos que la ex esposa no apoyaba en absoluto las acciones de Nisman, todo lo contrario, se oponía fieramente a que presentara su caso contra Cristina Kirchner y el canciller. Ahora pretende adueñarse de la causa y con eso la demora. ¿Y si fuera un simple suicidio? El ex ministro de Justicia de la Nación en épocas de Kirchner, el doctor Horacio Rosatti, declaró en forma pública que leyó la presentación de Nisman y no vio delito, la misma conclusión a la que arribó el juez Rafecas este jueves. Podría llegar a decirse que son parte interesada, pero muchos otros analistas leyeron el escrito y no encuentran sustancia como para construir un caso penal. Recordemos que Nisman se encaminaba a solicitar el arresto de Cristina Kirchner en primera instancia, el arresto de una presidenta en ejercicio. ¿Y si los participantes de una interna de la SIDE contra el Gobierno le insuflaron excesivamente los ánimos? ¿Si su sed de revancha por haber quedado excluido del intento de acuerdo con Irán lo cegó? ¿Si creía tener la bomba atómica y se dio cuenta antes de su presentación ante el Congreso (y ante el mundo) de que tenía una granada de mano?
Fiscal Fein, estimada señora, usted tiene toda la potestad y legitimación para abrir esas computadoras y teléfonos. Comuníqueles fehacientemente a las partes que tal día a tal hora se iniciarán las pericias, y realícelas. Sí, doctora, cúbrase con dos filmaciones más tres testigos y diez peritos, y lleve adelante lo que todos esperamos. Fuimos 400 mil personas a mojarnos a Plaza de Mayo para que esto se esclareciera, y usted convive a diario con las principales pruebas en su despacho sin tocar. Y otra sugerencia, si me permite, doctora Fein: convoque a diez hombres blancos de 50 años y hágase traer una pistola Bersa calibre 22 igual a la de Lagomarsino, y que disparen un tiro cada uno. Practíquele luego las pericias de pólvora y balística: si sólo dos presentan restos, tiene usted casi plena certeza; si ocho presentan restos, también tiene casi una certeza; en cambio, si son cinco y cinco, no aporta demasiado. ¡Pero son pericias muy fáciles de realizar!, le lleva tres horas de reloj. ¿Y si Nisman tomó conciencia de que haría un papelonazo, escribió despedidas en su computadora, limpió el arma para no implicar a su amigo y se pegó un tiro? También puede haber ingresado la custodia, haberlo encañonado, haberle pedido que se metiera en el baño convenciéndolo de que venían por sus papeles y de que no le sucedería nada malo, y haberle disparado con la pistola de Lagomarsino; después se la colocaron en la mano, cerraron la puerta y salieron. Quizá tenían las claves para ingresar al departamento. Muy complejo y riesgoso de llevar a cabo, sin testigos. La fiscal Fein tiene la grabación de las cámaras de Le Parc –si se produjo, no lo sabemos– y puede indagar quiénes ingresaron ese día al departamento. Nadie limpió la escena de la muerte, no fantaseemos delirios.
Fiscal Fein, usted tiene todos los elementos para resolver el caso al alcance de su mano, y así llevar un poco de tranquilidad a este sufrido pueblo. Decídase y actúe. No espere más a nadie. Usted es la dueña de la causa.
*Hijo de Julio, fundador del diario Ambito Financiero.