Desde que en julio de 2020 se arregló con los bonistas privados que íbamos a tener que arreglar la deuda que manteníamos, tanto con el FMI como con el Club de París, aun cuando son de momentos plenamente distintos, si bien el FMI es por los acuerdos realizados en mayo y septiembre de 2018, el del Club de Paris es por no haber pagado la última cuota pactada de U$S 2.400 millones que debía abonarse en mayo de 2016 y con distintos artilugios la administración anterior logró estirar sus tiempos hasta el fin de su gestión, llegando incluso hasta este momento con el OK del grupo de países como consecuencia de notarse la buena voluntad para establecer las formas de pago. En forma concomitante con lo recién expresado el mismísimo Club de París estableció que para dar una solución al tema argentino primero tiene que existir el cierre de la negociación con el FMI.
Por ello es necesario entender que el Board (Junta Directiva) del Fondo a mediados del mes de enero pasado remitió a su oficina de Evaluación de Créditos Otorgados (IEO, su sigla en inglés) los acuerdos firmados con el anterior gobierno argentino para que evalúe si eran correcto otorgarlos. Para determinar su legalidad esa oficina trabaja de conformidad a la Carta Orgánica del Fondo y por ello podemos decir que desde ya no era legal otorgarlos por dos motivos, los cuales son: 1) que el organismo solo puede prestar a nuestro país máximo de U$S 10 MM por sus aportes y categoría de miembro en lugar de los U$S 58 MM firmados y; 2) si verificamos con los informes emitidos por el organismo esos U$S 45 MM que en definitiva arribaron al país terminaron saliendo del mismo para la generación de activos externos (lo que en definitiva conocemos como lavado de activos).
En base a lo que dictamine la IEO-FMI Argentina podrían darse tres alternativas: a) que se elimine la deuda del país; b) que la eliminación sea parcial, o; c) que dictaminen que se debe pagar la deuda. Con la determinación mostrada, hasta ahora, por la Directora Gerente Giorgieva de establecer a modo ejemplificador para que nunca más vuelva a ocurrir dentro del organismo lo que se notó en los acuerdos argentinos de 2018, estaría dispuesta a llevar adelante una demanda penal en EE.UU. contra el ex staff del FMI y de los funcionarios argentinos firmantes de los acuerdos por defraudación al FMI y connivencia con lo que estaríamos en las dos primeras alternativas enumeradas. Pero en las alternativas b y c tendríamos acceso, en caso de ser necesario, a un plan de facilidades extendidas a diez años con cinco años de gracia y diez cuotas semestrales iguales y consecutivas para pagarlos. Si bien esto es beneficioso por plazos y forma de pago, el punto controvertido es que ante una falta de fondos el país que los recibe no puede recurrir al organismo hasta que no se termina de pagar el plan de facilidades. Y como último dato para tener en cuenta es que todos los países miembros del FMI reciben misiones de revisión de sus cuentas solo por ser miembro, en caso de tener deudas con el organismo, esa revisión se torna más exhaustiva; aunque la única forma de no tener revisiones es dejar de ser miembro y en caso de necesidad es muy caro y tortuoso reincorporarse que seguir abonando la membresía.
En cuanto al Club de París, como para cerrar esta negociación se está dependiendo de lo que ocurra con el FMI nuestro país está generando un plan de pagos propio con fechas y monto a pagar para no caer en default demostrando voluntad de pago mientras se encuentra estableciendo mejores condiciones al acuerdo ya establecido. Por lo tanto, estamos ante casos de acuerdos en lo cual lo único que hace falta es anunciarlos y decir los montos que se van a tener que firmar o no.
*Economista y tributarista.
Producción: Silvina Márquez.