Nacemos, crecemos, nos alimentamos, trabajamos y morimos. Entonces ¿qué es la vida? Para algunos, la vida es el regalo más importante que podemos tener y que además, vale la pena vivir, para otros, es como un infierno lleno de sufrimientos donde tenemos que pagar las culpas, que debemos tolerar y ser resilientes. La mayoría de nosotros no tiene idea de lo que realmente es la vida.
Experiencias, aprendizajes, enseñanzas, amor, sufrimiento, felicidad, familia, amistad, ser poderoso o millonario ¿Qué más? Puedo encontrar millones de metas y sentimientos diferentes que integran la vida, pero estoy segura de una cosa: ¡que nunca puede ser aburrida! A menudo nos damos cuenta de que la vida es algo temporal donde debemos sentirlo todo al máximo, por eso hablamos del tiempo, como si este fuera tacaño con nosotros y vivimos alocadamente, sin tomar conciencia de ello.
Están quienes creen en un destino donde lo que debe suceder, sucederá y por otro lado encontramos teorías del libre albedrío donde es responsabilidad de cada uno los caminos a tomar. Siempre encontraremos opiniones controvertidas. Y aceptar esto, es parte del camino hacia la felicidad.
Vivimos en un mundo dual, positivo y negativo, y necesitamos ambos para hacer que el mundo funcione. La luz no existe sin oscuridad y viceversa. No sabríamos qué es el calor, si no hubiera frío ... y no extrañaríamos la paz, si no conociéramos la guerra.
Entre lo positivo y lo negativo, entre un extremo y el otro, encontramos lo neutro, al igual que en el átomo, entre la luz y la oscuridad tenemos muchas posibilidades de grises y matices para elegir nuestro camino en la vida. Por lo tanto, es imposible no ser feliz, que es lo que todos queremos alcanzar.
Entonces, ¿qué podemos hacer con nuestras vidas? si cambiamos la mirada hacia el mundo podemos cambiar el curso de ellas.
Imagina lo siguiente, que la vida es como un juego de computadora y el mundo es la pantalla-tablero en la que absolutamente todos somos jugadores y podemos elegir diferentes puertas y caminos para nuestra aventura de vida. Así podríamos elegir ser felices incluso si perdemos puntos en este juego. Perder un juego no sería tan grave ni nos causaría sentimientos negativos importantes. La vida sería una larga serie de juegos. Mirar la vida como camino recreativo nos da la posibilidad de sonreír ante nuestras propias debilidades, caídas y fracasos.
Lamentablemente hay quienes piensan que este juego es de dominación y explotación para beneficio propio, como pensaron Darwin, Nietzsche y Hobbes y estos actúan de forma descarnada hacia los demás. El dilema de la humanidad actual se repite y hay que elegir entre el juego de la vida para ser feliz o ser el dominador descarnado o el dominado.
No importaría quién diseñó el software de este juego, estamos en el campo lúdico, por lo tanto: ¡vamos a jugar! es la manera más rápida de aprender y la más acertada.
Con el concepto y creencia de que la vida es un juego, podemos manejar fácilmente los sentimientos negativos que las vivencias nos presentan a diario. Recordemos que según juguemos y las alianzas de piezas que tengamos se puede ganar en ajedrez con un peón.
Muchos creen que la felicidad es un estado de corta duración que eventualmente vivimos. Otros sienten que la felicidad son estados descontrolados de fiestas, o consumos compulsivos de productos.
Recordemos la maravillosa historia de León Tolstoi, Happy Mans’s Shirt, el hombre sin camisa, donde la felicidad consiste en la actitud sobre las posesiones, pues si eres feliz no necesitas nada más. Una sociedad feliz tiene bajo consumo de medicamentos y productos innecesarios para la vida. Ser feliz no es tan difícil, solo tenemos que cambiar el color del cristal con el que nos miramos, a pesar de que nos parezca imposible, el ser humano puede lograr lo que ningún otro ser vivo ha hecho.
Lo que debemos aprender es a no dañar a nadie ni a nada ni a nosotros mismos y aunque sea un juego vivir debemos siempre lograr que sea un juego limpio.
*Escritora uruguaya.
Producción: Silvina Márquez.