Para el Gobierno argentino, el desarrollo y fortalecimiento del Mercosur, así como la estrecha relación de trabajo con Brasil, no son puestos en duda en tiempos de bonanza ni de crisis. Si bien es cierto que los momentos de certidumbre respecto del flujo de comercio, financiamiento e inversiones a nivel internacional son naturalmente más propicios para pensar medidas de mediano y largo plazo, la incertidumbre respecto del nuevo esquema económico que emergerá de la actual crisis financiera mundial no ha sido obstáculo para seguir avanzando en programas de desarrollo conjunto con Brasil, en paralelo con otras iniciativas que apuntan a hacer frente a la actual coyuntura económica.
En el primer grupo de acciones se inscriben las iniciativas englobadas en el Mecanismo de Integración y Coordinación, que fue lanzado el 22 de febrero de 2008 por los mandatarios de los dos países y permitió implementar un sistema de comercio en monedas locales; establecer un convenio marco de cooperación entre el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil y el Nación y Bice argentinos, y entre las respectivas industrias aeronáutica y naval. Si bien el volumen de intercambio en pesos y reales es aún poco significativo ($ 122 millones en sus primeros siete meses), lo cierto es que la mayoría de las operaciones fueron realizadas por pymes, y existe un amplio margen para crecer una vez que se atenúen las turbulencias financieras internacionales y se promocionen convenientemente sus ventajas entre los agentes del sistema.
El convenio de cooperación de las entidades financieras de los dos países, a su vez, en coordinación con el fondo de garantías del Mercosur, y utilizando de manera prioritaria las monedas locales, tiene todas las condiciones para ser un instrumento formidable para el diseño e implementación de políticas crediticias para el desarrollo y consolidación de cadenas de producción integradas en forma bilateral. La provisión de equipamiento a Petrobras por parte de empresas argentinas será uno de los primeros pasos en ese sentido.
Entre las medidas coyunturales, en tanto, se destacan el swap de monedas por US$ 1.500 millones, que permitirá consolidar las reservas y la posición financiera de los dos países, y los acuerdos entre privados promovidos desde la Comisión de Monitoreo del Comercio. En ese ámbito ya se rubricaron convenios referidos a la industria de baterías y papel, que implican el establecimiento de cupos voluntarios. Paralelamente, los gobiernos llevarán adelante, dentro de los límites fijados por la Organización Mundial del Comercio, las acciones que sean necesarias para evitar que los productos regionales sean reemplazados por artículos de países de fuera del bloque comercial.
Durante la última cumbre presidencial, el 22 y 23 de abril últimos, Cristina Fernández de Kirchner y Luiz Inácio “Lula” da Silva reiteraron la necesidad de implementar modelos de desarrollo basados en la producción de valor agregado, la generación de riqueza y la creación de empleo como forma de superar las desigualdades sociales y regionales persistentes. Los presidentes coincidieron en la necesidad de continuar trabajando en proyectos nacionales de desarrollo convergente, fomentando la promoción de justicia e inclusión social y trabajo digno. La adopción de medidas coyunturales para enfrentar la crisis, como se ha visto, no ha hecho perder de vista los objetivos de mediano y largo plazo, ni ha sido obstáculo para continuar con la implementación de acciones que van por ese camino y ayudan a consolidar una relación que es fuerza motriz para el crecimiento y consolidación del Mercosur.
*Subsecretario de Integración Económica Americana y Mercosur de la Cancillería argentina.