El Gobierno sigue defendiendo los números oficiales de la inflación. Cada vez que aparece la polémica por los precios, los integrantes del gabinete salen a decir que se están midiendo bien, que nadie está manipulando el índice del consumo, que no hay ninguna distorsión de las estadísticas.
Estas páginas revelan datos que van a hacer más difícil defender esas cifras: los funcionarios más importantes de la administración kirchnerista están recibiendo aumentos de sueldos más altos que la inflación oficial y en muchos casos, más elevados que las subas conseguidas por cualquier gremio.
PERFIL informa por primera vez cuánto subieron los salarios de los ministros y secretarios de Estado a partir del año 2007, cuando fue “intervenido” el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Ese mismo año, el costo de vida oficial fue apenas 8,5 por ciento y a los empleados del Estado nacional les aumentaron un 16 por ciento. Pero la mayoría de las autoridades nacionales tuvieron incrementos que superaron todos los porcentajes, con casos insólitos como Néstor Kirchner (37%), el ministro de Trabajo Carlos Tomada (59%) y el secretario de Inteligencia Héctor Icazuriaga (92%).
La historia se repitió en 2008, que tuvo una tasa inflacionaria del 7 por ciento, una mejora del 19 por ciento para los estatales y otro “salariazo” más grande para los bolsillos oficialistas. Entre los beneficiados estuvieron el primo presidencial Carlos Kirchner (62,5%), el ahora ex presidente del Banco Central Martín Redrado (49%) y el secretario Legal Carlos Zannini (47%).
Con respecto al año 2009, la Casa Rosada se negó a mostrar los recibos de sueldo de la Presidenta y de otros diez funcionarios (ver recuadro). Cristina Fernández –al final– aceptó informar cuánto dinero cobraba, pero habrá que esperar unos cuantos meses para que los demás hagan lo mismo en sus declaraciones juradas.
Esta sorprendente información fue extraída de más de setenta declaraciones patrimoniales, que están en manos de la Oficina Anticorrupción (OA) y que fueron solicitadas –una por una– por este diario.
Hace un tiempo, se demostró que se habían producido “milagros salariales” entre los directores del INDEC, un fenómeno que después volvió a suceder (ver recuadro). Ahora se detallan los increíbles aumentos que perciben los dirigentes kirchneristas de primera línea, que trabajan para el mismo Gobierno que jura que la inflación es baja.
Salariazo I. Para averiguar cuánto subieron los sueldos, PERFIL solicitó a la Oficina Anticorrupción las declaraciones de bienes de todos los ministros, secretarios y subsecretarios de Estado. También fueron incluidos los jefes de aquellas entidades públicas donde tiene injerencia directa o indirecta el Poder Ejecutivo.
Durante la investigación se tomaron varios recaudos para no cometer errores. Por ejemplo, no se incluyeron las autoridades que cambiaron de puesto desde un año al otro, porque ese cambio de funciones podría ser un motivo legítimo para aumentar su salario.
Vale aclarar que no es ilegal recibir grandes subas salariales, pero estos datos sirven para demostrar –una vez más– que la inflación oficial no es verdadera y que incluso muchos funcionarios no consideran suficientes las subas pactadas por los sindicatos.
El primer año que se analizó fue el período 2007, cuando el gobierno “intervino” el Instituto de Estadística y aparecieron las sospechas en torno al índice de precios.
El costo de vida del INDEC fue tan sólo 8,5 por ciento y los empleados del Estado nacional tuvieron un aumento de haberes del 16,5 por ciento. Pero muchos habitués de la Casa Rosada sobrepasaron esos límites.
Algunos gozaron un incremento que superó el veinte por ciento. Entre ellos estuvieron el ministro de Planificación Federal Julio De Vido (21%), el secretario de Minería Jorge Mayoral (22%) y el entonces ministro de Salud Ginés González García (26%). En aquel momento, los tres percibían un sueldo que rondaba los 120 mil pesos por año.
Otro que disfrutó una suba parecida fue nada menos que Martín Redrado (27%). Pero lo único parecido fue el porcentaje, porque este ex kirchnerista cobraba tres veces más que cualquier ministro: sus honorarios habían trepado a los 408 mil pesos anuales. El grupo se completó con Oscar Cuattromo, el secretario de Planeamiento del Ministerio de Defensa (29%).
También hubo funcionarios que se alzaron con mejoras del treinta por ciento. Son los casos del secretario de Turismo Enrique Meyer y el ex jefe de Gabinete Alberto Fernández, que pasaron a cobrar unos 28 mil pesos extra por año.
La ministra de Defensa Nilda Garré tuvo un poco más (33%), pero la frutilla del postre fue Néstor Kirchner. El entonces presidente de la Nación se embolsó un aumento del 37 por ciento, porque llevó su salario de 118 mil pesos anuales hasta 162 mil.
Y hubo ascensos que fueron todavía más jugosos. El vicepresidente del Banco Central Miguel Angel Pesce consiguió un cincuenta por ciento. Cruzando esa barrera se encuentran hombres históricos de la gestión kirchnerista, como el secretario General de la Presidencia Oscar Parrilli (53%) y el secretario de Culto Guillermo Oliveri (57%).
Un caso más sorprendente es el ministro de Trabajo Carlos Tomada. Mientras recomendaba que los sindicatos no pidieran más del diecisiete por ciento para ese año, él recibía una suba del 59 por ciento en sus bolsillos.
Una tajada similar sacó Luis Bontempo, otro fiel kirchnerista que trabaja para Julio De Vido y ocupa el puesto de subsecretario de Desarrollo Urbano y Vivienda.
El funcionario que tuvo el mayor aumento de 2007 es el jefe de la Secretaría de Inteligencia. Héctor Icazuriaga –alias “Chango”– es un amigo personal de Néstor Kirchner y su salario fue subido a una increíble tasa del 92 por ciento.
Salariazo II. Durante el año 2008 se repitió este curioso fenómeno. La inflación oficial fue más baja (7,2 por ciento) y el gremio de los estatales consiguió una suba mayor que antes (19,5 por ciento). Pero otra vez la primera línea del Gobierno disfrutó aumentos muy superiores.
Entre los afortunados se encuentra la ex secretaria de Justicia Marcela Losardo (31%), una dirigente vinculada a Alberto Fernández que se alejó del cargo en agosto pasado. La misma porción recibió José Granero, un odontólogo santacruceño que ocupa la Secretaría de Lucha Contra el Narcotráfico y que llegó a cobrar 163 mil pesos por año. Y un poco más obtuvo Rafael Llorens (33%), el importante subsecretario Legal de Julio De Vido.
Apenas más arriba se ubica Enrique Meyer, que otra vez aparece en el top ten de sueldos. Le siguen dos hombres que consiguieron un 35 por ciento: el secretario de Empleo Adolfo Deibe y el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. El cordobés multidenunciado en la Justicia nunca cobró un salario exorbitante, pero en esta oportunidad logró un incremento considerable.
Otra reincidente es la ministra de Defensa, que superó su marca anterior y se alzó con un 43 por ciento. El secretario Legal y Técnico Carlos Zannini aparece por primera vez en la lista, aunque no se quedó para nada atrás. El cerebro jurídico del kirchnerismo consiguió un 47 por ciento, lo que significa que se agregaron 56 mil pesos a sus honorarios anuales.
Siguiendo con los reincidentes, Pesce se llevó un porcentaje idéntico. Podrá haber tenido diferencias con Redrado, pero los dos coincidieron en disfrutar incrementos altísimos. Y en este caso el golden boy incluso lo superó, porque su paga creció un jugoso 49 por ciento.
En el segundo puesto, se encuentra el ex secretario de Medios de Comunicación Enrique Albistur (56%), que manejó la poderosa pauta publicitaria del Estado y que renunció hace más de dos meses. El mayor “salariazo” del año fue para un primo del ex presidente, Carlos Santiago Kirchner (62%). Trabaja en el ministerio de Julio De Vido, donde le crearon un cargo llamado “subsecretario de Coordinación de Obra Pública Federal”.
El INDEC sigue elaborando una inflación muy baja, que representa la mitad de los cálculos privados y que hace difícil que los asalariados puedan conseguir aumentos acordes con la realidad. Los únicos que no deberían preocuparse son muchos funcionarios kirchneristas, que en público defienden los números oficiales, pero después reciben las subas salariales más generosas.