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aliento en riesgo

La Bombonera: ampliaciones demoradas y una clausura en medio de la disputa electoral

Por segundo partido consecutivo, Boca volverá a jugar con su tribuna alta sur cerrada por peligro de derrumbe. El debate sobre qué hacer con el estadio se torna cada vez más urgente. Ameal descongelará su promesa electoral y presentará en marzo un proyecto de rezonificación en la Legislatura porteña. Mientras tanto, los vecinos de la calle Iberlucea aseguran que están dispuestos a vender y aprueban el Proyecto Esloveno Plus, motorizado por el empleado del club Fabián Fiori. Las elecciones de diciembre profundizan posturas.

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Símbolos. Conocida mundialmente, pero con una capacidad que se convirtió en un problema. | Télam/fotobaires

La Bombonera no tiembla ni late: pregunta. ¿Qué se debe hacer con ella? ¿Hasta qué punto la clausura de su tercera bandeja sur se convirtió en la primera estrategia política de un año electoral que no dará tregua? ¿Por qué no se avanzó en todos estos años con los proyectos de ampliación? ¿Prima más el interés del socio o el de los dirigentes?

Hoy, otra vez, la postal de una tribuna vacía actualizará un debate que seguirá dentro de algunas semanas, cuando el club presente en la Legislatura porteña un proyecto de ley para rezonificar esa parte del barrio. 

Será quizás el primer paso de una vieja promesa de campaña del presidente Jorge Amor Ameal, quien siempre enfatizó que su única opción de ampliación es el de la Bombonera 360. Sin embargo, ese proyecto –que establece la construcción de una cuarta bandeja perimetral además del reemplazo de tribunas en el lugar de los actuales palcos– tiene un impedimento: alrededor de 35 propietarios de las 129 unidades a comprar en las dos medias manzanas ubicadas en el radio de Iberlucea, Aristóbulo del Valle, el pasaje Zolezzi, Pinzón y Brandsen no quieren vender. 

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Rubén Lopresti, referente vecinal de los frentistas de la calle Iberlucea, le recuerda a PERFIL que hace varios años, él y varias personas más fueron convocados a una reunión con Ameal. El encuentro no terminó en los mejores términos: el presidente de Boca empezó a golpear su escritorio, les adelantó que si no vendían iban a sacar la ley de expropiación y luego a derribar las casas con topadoras. “La convivencia entre el club y el vecindario es malísima. Siempre fuimos ignorados y maltratados”, dice Lopresti. 

Además de vecino, Lopresti es hincha y socio de Boca. Nació en el barrio y quiere –como casi toda la masa societaria del club– que el estadio albergue muchos más espectadores que en la actualidad. “Los frentistas apoyamos el Proyecto Esloveno Plus. Porque el señor Fabián Fiori camina las calles de La Boca, preside las reuniones vecinales y se interesa en saber las inquietudes de los vecinos”, asegura. 

Fabián Fiori es hincha y empleado de Boca. Trabajó muchos años con el plantel profesional y ahora trabaja con las divisiones inferiores. Se obsesionó con la idea de una Bombonera ampliada, por eso registró y patentó con su nombre el Proyecto Esloveno, que tuvo dos versiones. La última y vigente consta de comprar la primera y segunda línea de casas, y desplazar la calle Iberlucea para generar una pequeña S. Sobre ese terreno ganado se construirían 25 mil butacas y 100 palcos vip. A diferencia de la Bombonera 360, solo comprende 67 unidades en 23 lotes. “Todas las personas estamos dispuestas a vender”, asegura Lopresti. 

Promesas. “En la campaña dijimos Bombonera 360… En marzo vamos a presentar el proyecto a la Legislatura para tener una zonificación que nos permita ampliar nuestra querida Bombonera”, aseguró Ameal en enero, mientras presentaba la remodelada Bombonerita.

Días después, las fotos y videos de la primera fecha ante Atlético Tucumán, con una Bombonera visiblemente desbordada que luego generó la actuación de oficio y la posterior clausura de parte de la fiscal Celsa Ramírez, volvió a poner en debate aquella vieja promesa congelada durante tres años. 

Ameal sabe que hay que dar respuestas, pero que ninguna se concretará antes de que termine su mandato. Una presentación en la Legislatura –dominada por Juntos por el Cambio en un año electoral– es lo único a lo que podía aspirar. 

Mientras tanto, Boca volverá a jugar con una tribuna clausurada. Tanto en las oficinas de Brandsen –Ameal– como en las de Ezeiza –el búnker de Juan Román Riquelme–, los dos vértices desde donde se conduce a Boca, no dudan en sospechar de la influyente mano de Daniel Angelici, el expresidente xeneize que le prometió al macrismo xeneize ayudar y consolidar la candidatura de Andrés Ibarra de cara a las elecciones de diciembre. 

Si no hubo avances con el vecindario, ¿por qué Ameal esperó tanto en presentar el proyecto en la Legislatura? En los próximos meses, tanto Ibarra como el candidato del oficialismo –¿la fórmula Riquelme-Ricardo Rosica?– se pronunciarán sobre el tema. El tiempo sigue pasando, Boca continúa sumando socios, pero pierde capacidad en su estadio. “En estos ochenta años, cada presidente impulsó su deseo personal. ¿Por qué no se avanzó con ningún proyecto? Por el ego de los dirigentes”, afirma Fiori. El presente solo homologa esa historia repetida.

 

Sin tercera bandeja

Luego de la inspección del viernes, el juez en lo Penal, Contravencional y de Faltas porteño Rodolfo Clerici resolvió ayer no levantar la clausura de la tribuna sur alta de la Bombonera por considerar que no están dadas las garantías de estabilidad estructural y que se mantiene el riesgo de derrumbe, según los informes de los peritos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

La dirigencia de Boca determinó que hoy ante Platense haya un filtro: los socios para ingresar tienen que haber visto 13 de los últimos 16 encuentros de local, o si no, anotarse en la web.