India crece este año entre 7,5% y 8%, una ligera disminución con respecto al promedio de los últimos cinco años, en que creció 8,8% anual. La previsión para el 2009 es 5,5% anual. Mientras que el PBI chino se expandió 9,9% en 2008, una desaceleración de 2 puntos en relación al récord del año pasado, en que creció 11,9%. La previsión del Fondo Monetario Internacional es que China crecerá en 2009 7,5%, una caída de un punto con respecto a la estimación de hace 30 días, en que se presumía una tasa de 8,5% en el año. Aún así, China e India serían las dos economías de mayor crecimiento en 2009, y responsables de evitar una recesión mundial, tras la contracción que experimentan las economías avanzadas del G-7.
India enfrenta la crisis financiera internacional en buenas condiciones económicas. Su tasa de inversión ascendió en los últimos cinco años a 35% del PBI. Diez puntos más que en la década del 90, 15 puntos por encima del promedio de América latina, y 10 puntos por debajo de los niveles chinos. La inversión extranjera directa (IED), muy inferior a las tasas chinas, ascendió en 2007 a 17.000 millones de dólares, pero en el primer trimestre de este año trepó a 10.000 millones de dólares, el doble que en igual período del año anterior. Las reservas del Banco Central de Nueva Delhi alcanzaron 316.000 millones de dólares en mayo de 2008, la sexta parte de las reservas chinas, que ascendieron a 1,8 trillón de dólares en esa fecha.
A diferencia de la República Popular, India tiene un enorme déficit fiscal, que este año llegará a 8,4% del PBI, lo que limita los intentos de realizar una política fiscal de apoyo a la demanda. La causa fundamental del déficit es una densa estructura de subsidios, sobre todo en los combustibles y los fertilizantes de bajo costo que utilizan los campesinos. El total del gasto público de la cuenta de subsidios supera el 3% del PBI, en un producto de un trillón de dólares.
El golpe fundamental para la economía india de la recesión en los países avanzados lo experimenta su industria de procesamiento de la información (“IT services”), la mayor del mundo después de la de Estados Unidos. La industria IT de India, que ocupa 2 millones de personas de lengua inglesa, en gran parte (75% o más) con grado universitario en ciencias e ingeniería, deriva 85% de sus ganancias de las exportaciones a Estados Unidos y el Reino Unido; los servicios financieros, situados sobre todo en Mombay y Delhi, obtienen entre 35% y 40% de sus ingresos de sus ventas a estos mercados, hoy sumergidos en la recesión. El sector aporta ingresos anuales que superan los 50.000 millones de dólares, y una participación del 16% en el total de sus exportaciones. Un golpe a esta industria, provocada por la recesión en el G-7, tendría un impacto directo sobre el país.
Pero la competitividad de su industria IT no surge sólo de su superior nivel de productividad y de su reconocida capacidad de innovación. Se fundamenta, ante todo, en su estructura de costos, que es 20% o 30% de la norteamericana. Por eso sus empresas disponen de una extraordinaria liquidez; y en la medida que la crisis se profundiza se expanden en el mercado informático, nacional e internacional. Tata Consultancy Services (TCS), la segunda mayor empresa IT de India, compró en octubre en 505 millones de dólares la operación de servicios informáticos en el país de Citigroup, y la primera, Infosys, que dispone de 2.000 millones de dólares en “cash flow”, planea expandirse en el mercado norteamericano, comprando una o varias firmas de Silicon Valley.
India, considerada como país individual, es responsable del 40% del comercio mundial de servicios de alta tecnología, y su participación es creciente. Su posición de vanguardia en la “nueva economía” de servicios de alcance global le otorga un papel estratégico en el proceso de globalización, más allá, incluso, que la que surge de su crecimiento económico y de su participación en el comercio mundial.
La “excepcionalidad” india también se refleja en el plano de la seguridad, el núcleo duro de la política mundial. El Congreso de Estados Unidos aprobó en octubre, por el voto de demócratas y republicanos, el Tratado de Cooperación Nuclear con India, firmado en 2005 por el presidente George W. Bush y el primer ministro Manmohan Singh; el Tratado establece expresamente una excepción para India del régimen de no proliferación nuclear (TNP).
India enfrenta la crisis mundial 2008/2009 con los instrumentos de su “excepcionalidad” en primer plano. De ellos depende, en gran parte, la suerte de la economía mundial en 2009.