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La nueva primavera sin escuelas y con distancia

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Escolaridad por celular. Destacada nota sobre el uso que docentes dan a la tecnología. | shutterstock

La llegada de la primavera siempre es un motivo de renovación y un estímulo vital. En la edad escolar se asocia a la celebración del Día del Estudiante, con la salida bulliciosa a parques y espacios de recreación de grupos de alumnos de todos los niveles. La ilusión de ese día fue y sigue siendo para niños y adolescentes muy grande. Este año es distinto. No está la escuela como antes, ahora es por teléfono o computadora cuando se puede. Programar salidas es más difícil y, además, ya no es lo mismo, no pueden estar sin barbijo, tienen que guardar distancia y se agrega que no se puede saludar con un abrazo y menos darse un beso.

El domingo, la nota de Clara Fernández Escudero sobre la modalidad de la educación en tiempos del Covid señala: “El 90% de los docentes usan el celular para enseñar”, informan los maestros del nivel inicial y primario. Es con mensajes de textos y whatsapp (75%) que se comunican con los alumnos y en el 50/60% a través de llamadas. En el nivel secundario es similar, pero con el predominio del whatsapp y en menor medida uso de plataformas. Esto les implica a los docentes un mayor tiempo de preparación. La falta de elementos tecnológicos es el mayor problema que refieren, menos del 40% tiene computadora de uso propio, lo que les restringe el tiempo para desarrollar la docencia. 

Estos datos, provenientes de una encuesta del Ministerio de Educación de la Nación, debe hacer reflexionar respecto a la calidad de la educación en tiempos normales, no solo en este momento excepcional, pero que se posterga en el tiempo y que exige adecuaciones. Esto se evidencia al analizar la frecuencia del contacto con los alumnos. En el nivel secundario el 38% tuvo menos de una comunicación por semana con los alumnos. Esto está directamente vinculado a la modalidad de la enseñanza secundaria, en general, los docentes al ser por materias tienen poca interacción con los alumnos, lo que en épocas del Covid se amplió. Esta escasa comunicación impacta directamente en la calidad del aprendizaje. Los aspectos afectivos que influyen en gran medida están ausentes ya que prácticamente profesores y alumnos son casi extraños. 

La experiencia actual no parece que se use para modificar la enseñanza secundaria. Es lamentable, pero educación es el área de menor capacidad de reacción y adaptación a las necesidades de esta nueva normalidad, como se llama ahora. 

La nota el sábado en relación al Día del Maestro: “Especialistas imaginan qué escuela será posible en la nueva normalidad”, nos informa acerca de cómo los especialistas están haciendo un balance del impacto de la pandemia en el sistema educativo. Dicen los expertos “ahora la discusión no es volver o no al aula. Ahora es cómo hacer para que los que no sostuvieron la continuidad escolar, vuelvan al circuito del aprendizaje”. Una investigación estima en 45% el abandono escolar. Otros dicen que se necesita adoptar medidas rápidas de las herramientas y plataformas en las instituciones y familias para que no se interrumpa la escolaridad. 

Pero sabemos que a muchos docentes y alumnos les faltan elementos tecnológicos. Entonces, la desigualdad entre los con acceso a computadoras y /o teléfono y a conectividad serán los que no se pierdan, o sea los provenientes de familias con recursos, mientras que los otros, los pobres por distintos motivos, incluso los por vivir lejos de centros urbanos donde se concentra la conectividad, se quedarán en el camino. Esto es muy grave y exige que el Gobierno nacional y los provinciales trabajen para superar esto rápido, para evitar una gran pérdida.

Una buena noticia: la nota de Patricia Valli el domingo: “Amplían con una ley el presupuesto para personas en situación de violencia de género”. Que el presupuesto enviado por el PEN al Congreso incluya o sea elaborado con perspectiva de género es ya bueno, pero que además se constituya una mesa de coordinación para ir cerrando brechas de desigualdad es aún mejor. El anuncio de ayuda económica para víctimas de violencia del colectivo Lgbtqi+ es importante, por eso la firma del acuerdo con Anses es muy bueno, y mejor aún que se haya publicado el programa de apoyo y acompañamiento a personas en situación de riesgo de violencia por razones de género. Seguiremos monitoreando estas actividades que son claves para prevenir la violencia y disminuir los femicidios.

Felicitamos a Maca Sánchez que publicó su libro El fútbol es mi rebeldía, del que PERFIL reprodujo un fragmento. Es un testimonio que ayudará a muchas niñas y adolescentes que hoy empiezan a jugar a la pelota y que no sean vistas ni tratadas como “bichos raros”. La igualdad en el fútbol es el objetivo.