La reunión se produjo el último viernes por la noche. La excusa para la cena fue el comienzo de la temporada de avistaje de ballenas en la zona de Puerto Madryn. Sentadas a la mesa había cinco personas: los diputados Manuel “Lolo” Morejon y Raúl Rivara, el ex ministro de Economía Martín Lousteau, el diputado Felipe Solá y el anfitrión, el gobernador de la provincia de Chubut, Mario Das Neves. La tenida gastronómica fue prolongada: duró cinco horas. Se habló de todo; y el todo incluyó no sólo las consabidas críticas al matrimonio presidencial, sino también la idea de aunar fuerzas para llevar adelante un proyecto político común destinado a dar batalla dura al kirchnerismo en el decisivo año electoral que viene. “Hubo muy buena química entre Das Neves y Solá”, afirma uno de los asistentes a la comida. Se acordaron tres puntos básicos:
Comenzar a dar los primeros pasos en pos de la construcción del proyecto político común antes mencionado.
Recorrer el país juntos.
Empezar a hacerlo en una de las provincias grandes y la provincia elegida es Santa Fe.
Un tema sobre el que también se habló fue el de debatir la necesidad imperiosa que tiene el justicialismo de discutir sobre la honestidad de muchos de sus candidatos. “Si esto no lo hacemos, va a ser muy difícil atraer a los sectores independientes de la ciudadanía”, expresa la fuente antes citada. Quedó por definir qué hacer con referencia a si competir o no dentro del justicialismo en las internas abiertas y obligatorias que tendrán lugar en agosto del año que viene. Las dudas sobre la falta de transparencia crecen por doquier.
Esta reunión ilustra sobre el desafío de concretar proyectos comunes al que se enfrenta la dirigencia de la oposición en el larguísimo camino abierto que llevará a los comicios por la presidencia en el 2011. Sin esa suma nadie tendrá chances de vencer a Néstor Kirchner. Tampoco tendrán posibilidad de llevar adelante la tarea de control para el que la ciudadanía los votó en junio de 2009. Un ejemplo de ello es lo que viene pasando con el proyecto de modificación del Consejo de la Magistratura. La última reforma de este cuerpo fuertemente impulsada por la actual Presidenta, cuando se desempeñaba como senadora, lo dejó al actual oficialismo con un número clave para decidir sobre la permanencia o no de los jueces. El Gobierno ha usado esto a manera de una verdadera espada de Damocles para amedrentar a más de un juez. “Todo juez que tiene una causa sensible para el Gobierno es sujeto de una investigación destinada a detectar sus debilidades; tras ello se le hace saber directa o indirectamente que, según sea su conducta en la investigación que lleva adelante, el conocimiento de esa circunstancia podrá ser usado en su contra para abrirle un expediente por mal desempeño de sus funciones. Por eso es que muchos jueces están con un gran temor hacia el Gobierno”, confiesa un magistrado.
En la semana que pasó, el uso del doble discurso, una constante en la metodología del matrimonio presidencial, tuvo un nuevo capítulo. Lo produjo la Presidenta al referirse al corte del puente que une Gualeguaychú con Fray Bentos por parte de un grupo de asambleístas de la ciudad entrerriana. Esto ocurrió luego de su encuentro con el presidente de la República Oriental del Uruguay, José Mujica. La Dra. Cristina Fernández de Kirchner arguyó allí que estaba en contra del corte pero que nada podía hacer para levantarlo ya que eso era una cuestión de la Justicia. En ámbitos judiciales algunos memoriosos recuerdan que, el 6 de marzo de 2006, el entonces juez federal de Concepción del Uruguay, Guillermo Quadrini, ordenó a la Gendarmería Nacional desalojar la Ruta 136. Como corresponde, el jefe de esa fuerza de seguridad le informó de la novedad a su superior, el ministro de Seguridad y Justicia, que en ese tiempo era Aníbal Fernández, cuya respuesta, lapidaria, decía así: “En lo que hace a las instrucciones a cualquiera de las Fuerzas, es el suscripto quien impartirá las mismas, en el marco de las facultades que le son propias. Las instrucciones que corresponda adoptar en cada caso y a través de las cuatro Fuerzas Federales, son absoluta discrecionalidad de este Ministerio, y dentro del marco de legitimidad otorgado a través de la Constitución Nacional y las Leyes de la Nación”. Y así fue como se desobedeció la orden del juez. Por lo tanto, una vez más, lo dicho por la Presidenta no se ajusta a la verdad.
El Gobierno tiene habilidad y astucia para aprovechar esta incapacidad que muestra el arco opositor de sumar voluntades en pos de un proyecto común que sea creíble para la sociedad. Tiene a su favor, además, los datos del crecimiento de la economía, que son reales, y se entusiasma con la ola de consumo que ha producido el plan de asistencia por hijo. En ese contexto, ahora las energías del matrimonio presidencial pasan, en gran parte, por asegurar la llegada de los decodificadores destinados a los beneficiarios de esos planes para la Copa Mundial de Fútbol. En la concepción de los Kirchner, este habrá de ser un instrumento esencial para su proyecto de reelección.
No es la propaganda la única herramienta que utiliza el oficialismo. En el menú entra también el uso de los recursos del Estado para la destrucción de sus adversarios. Esto fue lo que denunció, ante el asombro de sus compañeros de bancada, la senadora por Formosa, Adriana Bortolozzi. La legisladora del Frente para la Victoria fue clara y contundente al referirse a la utilización de la SIDE por parte del matrimonio presidencial con la intención de destruir la figura política de Mauricio Macri, sobre cuya situación judicial se produjo, en la semana, una variante no menor: la identificación de la persona de la SIDE que alertó a Sergio Burnstein sobre la escucha ilegal, instrumentada por Ciro James, de la que estaba siendo víctima. Quienes habitan en el ámbito de los tribunales de Comodoro Py especulan ya sobre dos elementos: el primero es que la teoría que sostiene el juez de que James había engañado a la SIDE comienza a tambalear; la segunda es que, siguiendo ese razonamiento, se hará necesario investigar las responsabilidades y/o conexiones que los superiores de James en la SIDE pudieran tener con el caso. Hay un tercer elemento: las razones por las que el juez no se preocupó en averiguar quién hizo la llamada que avisó al Sr. Sergio Burnstein de que estaba siendo espiado.
Mauricio Macri cometió, cuanto menos, un grueso error político al nombrar al comisario Jorge Palacios al frente de la Policía Metropolitana. Las novedades de la semana han dado fundamento a la sospecha de que, a caballo de ese hecho, la SIDE haya montado una operación tendiente a dañar políticamente a Macri. Conviene recordar que el titular de la SIDE es Héctor Icazuriaga, un hombre que nada hace sin antes consultar a Néstor Kirchner.
Producción periodística: Guido Baistrocchi
